Otro aspecto de extraordinaria importancia para el usuario, es el sencillo ajuste de bías del T-2000. Para ello dispone de un vumeter específico por canal. Un pequeño conmutador selecciona una de las dos válvulas de potencia con las que cuenta por canal y un pequeño tornillo ajusta el vías de cada válvula. No es necesario emplear ningún polímetro externo para ello y lo que es más importante, permite sustituir cada válvula de potencia de manera individual si fuese necesario. Ello supone un considerable ahorro, viendo el precio actual de válvulas de calidad.
Aspecto básico también en la calidad sonora final del T-2000 es el magnífico atenuador que emplean, de diseño propio y con contactos de plata escalonado. Se percibe claramente el gusto por no descuidar ningún aspecto.
Entre estos detalles que marcan y de qué manera la diferencia, se encuentra el empleo de un sistema amortiguante de gel, bajo los zócalos de las válvulas, que reduce la microfonía es estas. Ya que hablamos de válvulas, este amplificador emplea cuatro KT120 Tung Sol para potencia, para preamplificación las holandesas Mullard E810F (4 unidades) y las estadounidenses Sylvania 6485 (2 unidades), ambas de procedencia NOS.
¿Todo conectado? ¡Estupendo! Escuchemos pués.
No me lo pienso y pongo el corte tres del «Let it be naked» de los Beatles que, si sois cansinos como yo con los fab four, segúramente sabréis que corresponde a la canción «For you blue» de George Harrison. Ese rasgueo de la guitarra acústica de la intro, es tocado por momentos como con cierta «mala leche» y en esos instantes hay unos armónicos de las cuerdas que revelan la propia tensión de ella, como incluso el propio material de ésta y la imperfección que se produce en el acto de tocar la guitarra cuando le imprimes esa misma fuerza. Al escucharlo quedé sorprendido por varios aspectos. Uno es por el absoluto silencio mecánico que este amplificador posee. Deberíamos siempre esperar, en aparatos de este precio, un funcionamiento semejante, aunque desgraciadamente a veces observamos que siempre no es así. Otro es la agilidad con la que fue resuelto dicho pasaje, que al mismo tiempo resultó profundo y repleto de visceralidad. Estupendo también cuando se incorporan los instrumentos y hay muchas capas de música. Se observa como las va gestionando todas con hermoso sonido y una alegría de lo más musical. Con el alma encogida estaba ante la llegada del solo de esta canción, que va con unos arreglos de teclado de Billy Preston, el invitado a aquellas dramáticas sesiones del penúltimo disco de los de Liverpool. Y es que el sonido del teclado que utiliza es como percusivo y, si no hay una gestión óptima de amplificación, puede solaparse con los toques de guitarra. Mal trago mas que superado, pues francamente lo bordó. De pronto el bueno de Preston estaba allí tocando y yo ante él escuchando todas y cada una de sus expresivas notas con el Leslie.
La música clásica también tuvo su espacio en mis audiciones, con muy buenos resultados. Escuchando Scherezade de Rimsky Korsakov, en la excelente grabación de Living Stereo, el grado de emoción que desprende este amplificador, beneficiado por su silencio trágico, consiguió que me preguntase… ¿por qué no escucho más música clásica?