¿Puede el virus de la Alta Fidelidad transmitirse por vía genética? Uhmmm. ¿Disparate…? Seguro que la mayoría de los lectores entenderán esta pregunta cuando conozcan el nombre del propietario y diseñador de este firma danesa, Alexander Vitus Mogensen (AVM). La verdad es que si entre tantos cromosomas X e Y no existe uno específico para nuestra enfermedad, seguro que haber mamado el hi-fi desde la cuna y crecido entre aparatos, transformadores y condensadores ha hecho el resto.
Lo cierto es que Alexander Vitus puede presumir de trabajar en la compañía de su padre desde los 13 años. Durante su trabajo en Vitus Audio trabajó en producción y en el diseño de piezas mecánicas en Solidworks. A través de estos trabajos adquirió un profundo conocimiento de la perfecta relación entre la fabricación de electrónica, la ingeniería del producto y la incorporación del diseño 3D tanto en electrónica como en partes mecánicas. Así con este bagaje de experiencia, a los 18 años fundó su propia compañía AVM-TEC, desde donde se encargó de toda la producción SMD de Vitus, a la vez que desarrolló su propia firma Alluxity.
Alluxity
Aunque Alluxity es una compañía independiente de Vitus Audio, basta con echar un vistazo rápido a su diseño y precios, para llegar a la conclusión que su estrategia de ventas es complementaria. Alluxity parece que intentar rellenar algún vacío existente en la línea de productos de Vitus, no hacerse la competencia entre ellas, o como expresa el dicho en España «entre bomberos no nos pisemos la manguera». La verdad es que su estilo es absolutamente moderno y muy atractivo en cualquier salón doméstico, en contraposición a Vitus, que sin tener una estética fea en absoluto, sí pertenece al segmento del high end más convencional. Así con un precio un poco más contenido y un diseño más actual, es posible que su mercado se encuentre entre el nuevo y más joven aficionado a la hi-fi que requiera al 50% calidad sonora y estética actual y diferente.
Actualmente la compañía sólo tiene en catálogo dos productos, que son los objetos de este análisis. El preamplificador denominado Pre One y la etapa de potencia estéreo Power One. Ambos se caracterizan por un diseño moderno, atractivo, que se desmarca de lo habitual, especialmente con sus generosos displays táctiles desde donde es posible controlar todas sus funciones, permitiendo una ausencia total de botones o potenciómetros en sus frontales. Sus formas son relativamente delgadas, muy fáciles de ubicar, aunque el amplificador tiene una importante profundidad y peso. Fascinantes a la vista es un adjetivo que no es exagerado al referirnos a su diseño. Los colores disponibles para su acabado externo son dos, en blanco y en negro, mate en ambos casos. Las unidades que Sound Sevilla tuvo la gentileza de enviarme para esta prueba son ambas de color negro.
El previo prácticamente es la mitad de profundo que la etapa estéreo y presenta un acabado suave, sin ningún tipo de arista y con los cantos ligeramente redondeados. A simple vista, al igual que la etapa, no encontraremos ningún tornillo visible, pues se encuentran en su parte inferior. En la parte superior del mismo, también al igual que en el amplificador, podemos leer en caracteres de gran tamaño y rebajados, el nombre de la firma. Lo más llamativo indiscutiblemente, es el gran display localizado en el centro de su frontal. Con fondo negro y diez iconos en blanco bordeándolo, el nivel de volumen podemos leerlo con gran facilidad situado en el centro, en grandes números también blancos. Las opciones que presenta el preamplificador son muy básicas, control de volumen, mute, selector de salida RCA o XLR, standby, y cinco entradas seleccionables (2 RCA y 3 XLR). Mención a parte merece el mando a distancia del que se gobiernan la mayoría de estas funciones. El Alluxity Pre One trae de serie un básico mando a distancia de Apple, por supuesto en plástico. Su funcionamiento y rapidez en mandar las órdenes al previo es ejemplar, pero me parece que desmerece totalmente del alto nivel constructivo y de acabados del conjunto danés.
La etapa de potencia es si cabe más atractiva visualmente que el previo, pues aparte de ser de un tamaño muy superior, presenta ocho orificios laterales a modo de disipadores de calor, francamente vistosos y a la vez prácticos, pues ayudan mucho en la manipulación del aparato. Ciertamente no son sólo una implementación de cara a la galería, pues el amplificador se calienta durante su funcionamiento, no de manera alarmante, pero si significativa. Cuanta con el mismo display central que el previo, aunque en esta ocasión sólo con cuatro iconos, standby, atenuador de la iluminación y el de las dos entradas RCA y XLR disponibles. El funcionamiento en todo momento se produjo de manera absolutamente silenciosa, sin ningún ruido mecánico, ni tampoco a través de los altavoces.
