Calidad material
El auricular posee un nivel de acabados excelente, como corresponde y se espera de su categoría de mercado. Se ofrece en una caja de seguridad de material plástico, con relleno de espuma adaptado a la forma del auricular. Viene con un pequeño kit de limpieza y el cable de serie, que es desconectable. Respecto al cable debo decir que me parece manifiestamente mejorable para un equipo de este nivel, especialmente en apariencia. Afortunadamente, el resultado sonoro no es malo, pero estoy convencido de que se puede sacar más partido del auricular con un cable de mayor nivel, más acorde con el rendimiento del auricular.
Por criticar algún aspecto, y debo reconocer que es complicado, podría decirse que algunas uniones podrían ser algo más sofisticadas en su diseño. Por ejemplo, para el ajuste de la diadema a la talla personal del usuario, la barra metálica dispone de unos rebajes que hacen de límites, de manera que el ajuste es por pasos, y su dureza se regula… con un tornillo. Algo inusual, aunque hay que reconocer que muy a juego con la estética retro-artesana que impera en todo el diseño.
Ergonomía
La marca Audeze ha hecho una apuesta por un estilo retro, como ya hemos indicado, y esto tiene puntos a favor y en contra. A favor, que al tratarse de un diseño clásico se aplican soluciones muy comprobadas y depuradas con el tiempo. Es seguro que darán buen resultado. En contra, que muchas de estas soluciones, a pesar de buenas, han sido ya claramente superadas por diseños más modernos de otras marcas, cuyo esfuerzo en el desarrollo del diseño se muestra claramente superior y más refinado.
Para ser un modelo full-size el resultado es cómodo y práctico, y aunque uno es consciente en todo momento del tamaño del auricular, éste se mueve poco y se deja llevar puesto con bastante libertad de movimientos.
El peso es alto, estamos hablando de unos 490 ó 522 gramos, según el material de acabado, cuando lo habitual en esta clase de auriculares ronda los 300 gramos. Este es probablemente el factor más negativo del diseño de los Audeze, ya que este peso tan alto se deja notar cuando el uso es habitual y prolongado. Y se nota en el cuello. No es un tema menor, desde luego, por lo que el uso de este auricular debe ser sedentario, empleando un asiento que permita apoyar la cabeza para relajarse sin problemas.
Resumiendo todos estos puntos, podemos afirmar que se trata de un auricular bastante bien diseñado para su uso habitual. No podemos, sin embargo, ignorar que hay otros modelos que están claramente más logrados en este apartado. Su estética, sin embargo, no está tan lograda como la de los Audeze para aquellos que gusten de este estilo artesanal y retro que abandera la marca y que tan buen resultado tiene en el mercado high-end, donde el carácter elitista y un punto de exclusividad forman parte esencial del producto.
Rendimiento y combinaciones
Pero en general, cuando encontraba que un auricular era de mi agrado, solía gustarme con casi cualquier equipo al que lo conectase siempre que no se tratase de una combinación extrema -auricular muy cálido con amplificador del mismo estilo, como un hd650 con un Musical Fidelity x-can v8-.
En el caso que nos ocupa, sin embargo, la cosa es algo más complicada. Por esta razón me parecía importante valorar este aspecto antes de entrar en la descripción del resultado sonoro.
Los LCD-2 son unos auriculares tremendamente exigentes con la amplificación. Su naturaleza ortodinámica siempre exige más capacidad técnica, y los equipos que son diseñados para el uso con estos auriculares suelen ser muy potentes, rondando los 4 ó 7 vatios de potencia de salida. Existen casos concretos que con potencias más convencionales también funcionan bien, pero son los menos, y en general se trata de equipos de categorías muy altas.