Naim Audio NSC 222+NAP 250+NPX 300+Focal Supra Nº2 Brown Concrete: una propuesta hiperseductora firmada por dos superclásicos del audio
Presentada en sociedad, y además en primicia absoluta, durante el salón ISE (“Integrated Systems Europe”), celebrado en Barcelona entre el 31 de enero y el 3 de febrero de este año, el sistema estereofónico que protagoniza la presente crónica es una brillantísima confirmación del excelente estado de forma de las dos marcas que firman los componentes que lo constituyen, amén de una lección magistral de que el concepto de sinergia –en este caso con el poderoso añadido de la pertenencia de las marcas en cuestión al mismo grupo empresarial, el francés VerVent Audio para ser exactos- no es una entelequia de la audiofilia más radical y, muy importante, que en el ámbito del High End el diseño industrial de altos vuelos ha llegado para quedarse. Y es que tanto el preamplificador con streamer incorporado NSC 222 como la etapa de potencia NAP 250 y la fuente de alimentación externa NPX 300, todos ellos rubricados por la británica Naim Audio, así como la novísima versión en acabado Brown Concrete de las columnas Sopra Nº2 de la francesa Focal, brillan simultáneamente por la elegancia de su apariencia externa, el perfeccionismo impoluto de sus acabados y el refinamiento y el carácter innovador –amén de exclusivo- de su tecnología para ofrecer una presentación del sonido verdaderamente holográfica, en el que precisión tonal y pegada se armonizan a la perfección para devolver a la vida todo tipo de grabaciones musicales.
Naim: una filosofía personalísima que ha sabido evolucionar sin perder su esencia
En anteriores artículos les he hablado sobre mi relación con Focal, pero no así en lo que respecta a Naim Audio, en mi opinión uno de los nombres más rabiosamente puristas del panorama del audio High End de las últimas décadas que además ha tenido el enorme mérito de haber sabido reinventarse con indiscutible éxito –el audio digital, sobre todo el streaming en alta resolución, tiene mucho que ver con ello- sin renunciar a los elementos que desde siempre le han permitido tener una personalidad muy marcada. Dicho esto, mi relación con la empresa fundada en 1973 por el recordado Julian Vereker empezó a principio de la década de los 90’ del siglo pasado aunque por publicaciones varias ya la conocía desde bastante antes. A modo de curiosidad, les diré que Mr. Vereker tuvo en su momento una vinculación muy estrecha con otro gigante del audio “british” que a la postre se convirtió en una especie de “enemigo íntimo”: el carismático Ivor Tiefenbrun, fundador de la escocesa Linn Products. Una rivalidad que resultó ser de lo más interesante por cuanto mientras el segundo apostó por la modernidad en todos los sentidos, aunque siempre dentro de la premisa de la búsqueda de la calidad sonora absoluta, el primero mantuvo siempre una fuerte componente “analógica clásica” por llamarlo de algún modo. Esta última percepción se podía constatar fácilmente no sólo en la sobriedad estética de las electrónicas de Naim Audio sino, sobre todo, en la fabricación 100% artesanal –cuidadísima, que conste- con componentes “premium” de las mismas y en la importancia descomunal concedida, también en todas ellas, a la fuente de alimentación, hasta el punto de ser la empresa de Salisbury una de las poquísimas que desde sus inicios puso a punto fuentes de alimentación externas –con sus icónicos cables terminados en conectores DIN- para mejorar las prestaciones de todas las electrónicas que comercializaba. El resultado es fácil de adivinar: además de sonar fantásticamente bien, los preamplificadores, amplificadores integrados y etapas de potencia de Naim Audio figuraron en su momento entre los poquísimos de origen europeo capacitados para competir en dinámica y pegada con gigantes del en su momento incipiente High End estadounidense “moderno”, caso de Mark Levinson, Krell, Spectral o Cello. Todas estas características se mantuvieron con la irrupción del audio digital, reforzándolo en términos de musicalidad, como corroboraron en su momento varios lectores de CD y en la actualidad los modelos que configuran la generosa oferta de Naim Audio para sacar el máximo jugo a la “Hi-Res” internáutica.
“Simplicidad sofisticada” para celebrar medio siglo en la cúspide del audio
Aunque el presente artículo pretende ser la crónica de una audición y no un “multibanco” de pruebas, creo que no viene de más comentar algunas de las particularidades más significativas de los elementos que lo componen, en especial las electrónicas, ya que han sido creadas para redefinir la legendaria gama Classic de Naim Audio coincidiendo con la celebración del 50º aniversario de su fundación. La información que sigue procede de la hoja de producto de los tres modelos de Naim Audio del sistema evaluado, que de hecho se complementan con una cuarta, el preamplificador de fono NVC 331, no disponible en el momento de la escucha.
Efectuado la anterior presentación, tenemos en primer lugar el preamplificador con streamer incorporado NSC 222, una completísima electrónica de la que hay que destacar elementos como el sofisticado control de volumen (una versión en miniatura del empleado en el soberbio modelo de referencia absoluta Statement), la tarjeta para streaming NP800 de Naim Audio (con señales digitales balanceadas LVDS), el aislamiento galvánicos de los circuitos de audio y de control o el exclusivo filtro de sobremuestreo a 705’6 kHz/768 kHz basado en DSP de la firma británica. A ello habría que sumar el uso de un “chip” de conversión D/A PCM1791 de Texas Instruments seguido de amplificadores operacionales y filtros ejecutados con componentes discretos de grado audiófilo y un amplificador de auriculares dedicado de 1’5 W ejecutado también con componentes discretos y funcionando en Clase A/AB.
La parte “muscular” del nuestro equipo la pone la etapa de potencia NAP 250, declinación más reciente –sexta generación para ser exactos- del legendario modelo del mismo nombre cuya versión original vio la luz nada menos que en 1975. En consecuencia, estamos ante un producto extraordinariamente depurado en todos los sentidos, empezando por la presencia de 8 (4 para los subsistemas de alimentación y otros 4 para las etapas de salida propiamente dichas) transistores de potencia NA009 hechos a medida para Naim Audio durante el desarrollo del antes mencionado modelo Statement. A señalar que todos ellos están montados en aisladores cerámicos para reducir a la mínima expresión el acoplo capacitivo. La NAP 250 está, como no podía ser de otro modo, repleta asimismo de componentes pasivos de grado audiófilo hechos también a medida, caso de los condensadores de poliestireno empleados en los circuitos de filtrado para minimizar la absorción dieléctrica. La Naim Audio se completa con tres fuentes de alimentación completamente reguladas DR (Discrete Regulator) exclusivas de la marca que le permiten entregar una potencia de salida continua por canal -en Clase A/B- de 100 vatios sobre 8 ohmios o 190 vatios sobre 4 ohmios.
La tercera de las electrónicas del conjunto evaluado es en cierto modo un refuerzo, una especie de “turbo” que conecta con una de las señas de identidad más significativas de Naim Audio: la fuente de alimentación separada NPX 300, compatible con todas las fuentes y todos los preamplificadores de las series 200 y 300 de la firma británica. Formada por un subsistema lineal equipado con un opulento transformador de grado audiófilo y uno conmutado para la circuitería del modo de espera, entre sus aportaciones más relevantes hay que subrayar la reducción instantánea del ruido de fondo, ya de por sí muy bajo en todas las electrónicas que forman parte de dichas series, gracias al incrementando de este modo la gama dinámica y la musicalidad global.
Nuestro equipo se completa con una pareja de cajas acústicas de suelo Sopra Nº2 con acabado Brown Concrete de la francesa Focal, un estilizado sistema de 3 vías/4 altavoces que incluye algunas de las innovaciones más representativas de la marca, caso del tan bello como efectivo sistema de carga por bocina IHL (Infinite Horn Loading) en el tweeter de cúpula invertida de berilio puro o el uso de la tecnología TMD (Tuned Mass Damper) para incrementar el control de los medios, o el esquema NIC (Neutral Inductance Circuit) para optimizar el comportamiento del campo magnético en los altavoces de medios y de graves (equipados ambos con los reputados conos en “W” de Focal). A ello hay que sumar un panel frontal cuya geometría ha sido diseñada para una perfecta puesta en fase de los transductores empleados, siendo la totalidad del conjunto soportado por una elegante base de vidrio templado que a su vez descansa sobre 4 puntas de desacoplo ajustables de acero inoxidable.
La escucha: distinción extrema
La escucha del sistema tuvo lugar en una sala dedicada de tamaño mediano expresamente diseñada por Naim/Focal para su stand del ISE 2013. Obviamente, el término “dedicada” implica necesariamente, en este caso concreto, la presencia de tratamiento acústico especializado, que fue asegurado por elementos –pocos pero estratégica y bellamente dispuestos- de corrección acústica firmados por la portuguesa Vicoustic.
Con una sensibilidad de 91 dB/W/m y una impedancia mínima de 3’1 ohmios, las Sopra Nº2 fueron pan comido para la etapa de potencia NAP 250, que se encargó de poner en valor el espectacular registro de la curva de respuesta en frecuencia -34-40.000 Hz, +/-3 dB- anunciado por el fabricante de aquéllas. Y así llegamos al rasgo más poderoso del sonido del conjunto Naim/Focal: la garra por un lado y el equilibrio, casi perfecto, de la curva tonal subjetiva por otro. En el primer caso, se nota que las electrónicas de Naim Audio van sobradas –cada una a su nivel- en términos de brío, haciendo que las grabaciones con tomas de sonido de alto nivel exhiban una presentación literalmente holográfica (aquí el tratamiento acústico de la sala ayuda). En lo que respecta a la curva de respuesta en frecuencia percibida, aúna la tradicional capacidad de análisis de microinformaciones que desde siempre ha caracterizado a los tweeters de Focal con una suavidad de la que carecen otros diseños similares. Las voces, perfectamente ubicadas en sus diferentes gradaciones armónicas, dejan paso a unos graves profundos y magníficamente “amarrados” gracias al uso de dos woofers, manteniéndose en todo momento una espléndida capacidad de discriminación tanto con piezas ejecutadas con pocos músicos como con grandes formaciones orquestales. Por lo demás, de “palabras mayores” habría que calificar -como mínimo- al NSC 222, en paralelo fuente de sonido y centro de control del sistema, sin ninguna duda uno de los productos de su clase más depurados actualmente disponibles en el mercado mundial gracias a una sofisticación técnica –en hardware y en software- fruto de años de refinamiento continuado.
Para finalizar
30.000 euros redondos (cables y tratamiento acústico aparte) es lo que hay que “soltar” para hacerse con el conjunto que protagoniza el presente análisis. No es un regalo que digamos, pero si lo situamos en el actual contexto del audio High End su relación calidad/precio es francamente apetitosa. Si además tenemos en cuenta que la calidad de fabricación y de los acabados es extraordinaria, que el diseño externo resulta de lo más atractivo –los tres Naim comparten líneas visuales idénticas- y que la tecnología es de primerísima clase, creo que no exagero si digo que este sistema es un excelente partido para quienes consideren la música un elemento fundamental de su existencia.
Importador de Naim y Focal para España: www.sitandb.com
