La secta vinílica
Dentro del complejo y adictivo mundo de la HiFi existe un pequeño círculo de adeptos a la magia negra, adoradores de plásticos, gentes extrañas, ancladas en un pasado no muy lejano, veneradores de los vinilos, empeñados en extraer de las ranuras de los viejos LP´s hasta la última gota de información. Tengan cuidado, pues esta peste se extiende cual enfermedad contagiosa por contacto, entra por los oídos y te seduce cual dulce melodía. También los hay que se contagian por referencias externas, dejándose seducir por lenguas malintencionadas, fanáticos del mundo analógico que aparecen por todos lados… Los síntomas son claros, una vez que el vinilo empieza a dar vueltas y la música sale de los altavoces, el paciente experimenta una leve sonrisa y la enfermedad se apodera de su cuerpo cual bálsamo rejuvenecedor. En ese momento puede darse por perdido, la evolución es rápida, los hay quienes quieren resistirse y realizan todo tipo de pruebas con diferentes discos y equipos, pero todo es en vano, ya están contagiados, ya están perdidos, no hay salida han caído en las redes de esta secta. Después del contagio lo mejor es abandonarse y dejarse llevar, pues está claro que tu vida ha cambiado para siempre, tu economía ha quedado tocada de por vida, nunca más tendrás dinero para caprichos, irás de viaje y ya no comprarás recuerdos, solo vinilos. Visitarás una ciudad y buscarás mercadillos de segunda mano. A partir de ahora tus búsquedas en la red solo se orientarán a su compra. Tu vida familiar cambiará por completo, siempre ocultando el último envío de discos, dando direcciones alternativas, teléfonos de amigos, pagos ocultos… tu pareja se convertirá en tu mayor enemigo, siempre mintiéndole y discutiendo por ese pequeño espacio en la librería o ese hueco en el armario.
Porque el principal síntoma de esta enfermedad es la pura y dura acumulación de plástico, paredes enteras repletas de discos, en los armarios, cajas en el garaje, por todas partes, es inevitable, siempre quieres más y más, nunca es suficiente… Pero no vayan a creer que tenemos el síndrome de Diógenes y que acumulamos basura vinílica, no, no y mil veces no. Nosotros somos unos enfermos con clase y aunque compremos de manera compulsiva, después seleccionamos, elegimos y almacenamos de una manera eficaz, limpia y coherente. Son nuestro tesoro y como tal lo cuidamos y mimamos. Fundas exteriores e interiores de todo tipo, estantes especiales, cajas especiales… y lo más importante, nuestros vinilos impecables, limpios como una patena.
Un elemento imprescindible en nuestras vidas
Está claro que yo mismo y muchos de ustedes pertenecen a esta secta –y tú que no lo eres, no te quepa duda de que al final caerás en nuestras redes–, que la mayoría somos compradores compulsivos de vinilo –en la medida en que el espacio de tu vivienda te lo permite– y que todos nosotros necesitamos un eficaz sistema de limpieza –que nadie se engañe con extraños trucos e inventos varios–. Hoy por hoy, no importa que lleves un mes o veinte años con esta afición, lo mismo da que compres lp’s usados que sólo nuevos, que tengas un conjunto de lectura de más nivel o de menos, porque lo que tú necesitas en tu vida es una máquina para limpiarlos. El que no me quiera creer que sepa que se equivoca, lo pagará su oído y su cápsula. Un vinilo sin limpiar se oye con más suciedad, hay menos silencios y en muchos casos suena un poco emborronado, además la aguja va recogiendo toda la suciedad del interior del surco hasta que se satura y se escucha incluso distorsionada. Advierto que estos pegotes que se adhieren al extremo del cantilever son realmente peligrosos, porque aunque en muchos casos se trate de la inocente pelusa que se quita de un brochazo, en otros se trata de grasas y otros tipos de suciedad que se pegan al diamante de tal forma que son bastante difíciles de eliminar incluso contando con los mejores sistemas de limpieza de agujas. Imposible por tanto con el cepillito que incluye el fabricante de la cápsula.
Vista la importancia de la adecuada limpieza de los vinilos, veamos cuáles son las opciones que nos ofrece el mercado. Dejo de lado inventos caseros pseudo-comerciales, porque muchos de ellos no los he utilizado y sería injusto juzgarlos, máxime teniendo en cuenta que cada uno gasta su dinero de la forma que crea más conveniente. Primer nivel, máquinas que limpian con líquido pero que no succionan, no me convencen porque si no se aspira el líquido es bastante difícil que el disco quede completamente seco y sin restos de suciedad. Segundo nivel, maquinas que aspiran. Son las que todos conocemos y/o tenemos, con diferentes variantes según marca y modelo, se esparce el líquido y luego un brazo aspira este líquido junto con la suciedad. Tercer nivel, las máquinas de ultrasonido que sumergen el vinilo en agua y lo someten al proceso de limpieza por ultrasonido. No hay demasiadas marcas, pero cada cual tiene su modus operandi, unas secan otras no, unas cepillan y otras no… Como pueden ver, para ser una secta, un grupo reducido de entusiastas, las opciones que nos ofrecen son muy variadas, tanto por los distintos sistemas que utilizan como por las importantes diferencias económicas.
Nuestra invitada pertenece a este tercer grupo, se trata de la alemana Audio Desk, un diseño envidiable que ya conocen muchos de nuestros lectores y que ahora se presenta en su ultimísimo modelo PRO, una versión mejorada del modelo original que ya llevaba 6 años en el mercado y que al parecer ha servido de banco de pruebas para las mejoras que aporta el nuevo modelo. Básicamente se trata de una reducción del tiempo de lavado, de 5 a 4 minutos y un nuevo y mejorado chip que se encarga de sincronizar todas las funciones de la máquina.
