Para intentar que los lectores intuyan el tipo de sonido que esta combinación proponía, creo que deben saber las condiciones en las que se expuso. Me refiero a un descomunal salón de 150m2 con un anexo lateral de otros 60 y una altura de techos de 5 metros. Esto puede dar una idea de la capacidad de estas cajas acústicas para reproducir música a escala casi real, con un impacto y una dinámica capaz de impresionar y llenar de música todo el salón donde se mostraron. Pero esta brutal contundencia no impedía apreciar una delicadeza y un refinamiento fuera de lo normal y que en momentos de intimismo y emoción conseguían atraparte y hacerte olvidar que te encontrabas ante unas columnas de 230 kg y 2 metros de altura cada una.
La delicadeza y suavidad mostrada por las frecuencias más altas, seguro que es debida también a la enorme, en tamaño y calidad, amplificación de la firma americana VTL. La elevada entrega de vatios y corriente de estas etapas monofónicas, conducían las cajas sobradamente, y por lo tanto eliminaban cualquier atisbo de estrés o esfuerzo en la reproducción sonora. La música fluía sin esfuerzo, transmitiendo de manera inmediata cualquier variación dinámica de las piezas reproducidas.
Las fuentes, tanto analógica como digital, son de absoluta referencia y mucho tenían que ver en el resultado sonoro final obtenido. Especial protagonismo debido a su superior calidad sonora, notamos en la fuente analógica, que conseguía transmitir y hacer sentir ese plus de humanidad que tanto se agradece.
Poco más se puede decir de un sistema de sonido que es un sueño para cualquier aficionado a la alta fidelidad, y que en mi opinión rayaba a un a nivel altísimo en todos los aspectos evaluables posibles. ¿Podría sonar mejor? Seguro que sí, pero en un entorno más controlado y con paciencia y tiempo. Hay que reconocer el gran trabajo de su distribuidor en Portugal y España, Ultimate Audio Elite, por conseguir que este conjunto desplegara un nivel de sonido tan alto y satisfactorio. Puedo asegurar que esto no es nada fácil.
El regreso a España lo efectué con un inmejorable sabor de boca, recordando el sonido de esta nueva edición de Audio Show, pero también de la buena comida que pude degustar estos días y de la maravillosa música en vivo que escuchamos, con los fados de María Emilia proporcionándonos momentos mágicos. Espero por tanto regresar el año que viene, y poder contarlo.
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