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Cuando los primeros servidores de audio salieron al mercado, hace ya unos cuantos años, consiguieron despertar entre la comunidad audiófila internacional un rápido interés y curiosidad. ¿Quién podía resistir la tentación de indagar, probar e incluso adquirir un producto, que por aquel entonces proponía como novedad, disponer de toda nuestra discoteca al instante, sin levantarnos de nuestro sillón y sólo al alcance de un click de nuestro dedo? En los momentos actuales, incluso sin ser ya una idea novedosa, sigue resultando una opción de lo más atractiva. Entonces sólo me queda preguntarme, ¿por qué en estos años no han conseguido extenderse, popularizarse de manera masiva y arrasar con la competencia? Si repasamos los catálogos de las principales firmas de high-end, especializadas en reproducción de música en formato digital, vemos que los reproductores de CD y SACD se siguen comercializando con éxito. Cierto es que en busca de una compatibilidad mayor y para no encontrarse el comprador con ninguna opción futura cerrada, la mayoría de ellos ya cuentan en sus opciones de conexionado con entradas digitales, para poder utilizarlos únicamente como DAC si es necesario. Buena idea a todas luces, aunque gran número de aficionados, incluso disponiendo de esta opción, continúan reproduciendo sus antiguos CD’s a la vieja usanza. ¿Cual es el motivo para este inmovilista comportamiento, que obvia incluso la posibilidad de adentrarse en la reproducción de música en alta resolución, con las ventajas evidentes que aporta? Varias razones pueden dar explicación a este sin sentido. Una es que los aficionados a la hi-fi clásica no están acostumbrados a una dinámica de avances tecnológicos y comerciales tan cambiante, y muchos de ellos ante tantas novedades, se encuentran esperando ese producto de alta calidad, que venga para quedarse y no pase a estar desfasado a los pocos años, sino meses. Otra explicación, aunque mucho más radical, es que estos avanzados y modernos servidores suenan peor que un buen transporte dedicado.

Cierto es que en varios servidores de audio que he tenido la suerte de probar, las diferencias audibles entre un buen transporte y ellos son pequeñas. Incluso hay un buen número de aficionados, para los que las claras ventajas de comodidad y capacidad de almacenamiento que los primeros gozan, compensa su uso habitual como fuente de sonido. ¿O puede ser que tal vez nunca hayan escuchado un transporte de calidad, para poder compararlo con él? Como podéis ver, mis observaciones las establezco siempre en el apartado de mecánicas de reproducción, dejando de lado la calidad del DAC empleado. Lo cierto es que para el sector duro del high-end, comprometido con la obtención de la mayor calidad de sonido posible, estas pequeñas diferencias a favor de un transporte dedicado de alta gama, han conseguido disuadir a muchos de su incorporación en su equipo.

Pero, ¿cuál es la razón para que un servidor de audio especifico o un ordenador empleado como tal, suenen peor que un buen transporte? Argumentar que no tenemos la capacidad técnica suficiente para conseguirlo parece un disparate impensable. ¿Podemos llegar a Marte y no conseguir esta nimiedad tecnológica? Por fortuna, parece que algunas compañías últimamente han encontrado las soluciones, para conseguir que un servidor dedicado, muestre una calidad sonora acorde al resto de componentes de nuestros queridos equipos de sonido, sean del nivel que sean. Y entre todas ellas, destaca de manera significativa la firma coreana WideaLab Aurender, que cuenta con varios servidores de audio en su catálogo.

 

Evaluamos en esta ocasión el modelo Aurender S10, que es el producto que ha dado fama internacional y excelentes críticas a la firma surcoreana. Recientemente han sacado al mercado el nuevo modelo tope de gama de la compañía, el Aurender W10, que basado en los mismos principios técnicos que el S10 aumenta sus capacidades de almacenamiento, conexionado y su calidad sonora, pero a un precio muy superior de 14900€. En HIFIlive pensamos que el modelo S10 puede ser más interesante para un mayor número de lectores, al contar con un precio más moderado y un funcionamiento irreprochable.

Construcción

La calidad constructiva que exhibe el Aurender S10, se encuentra a la altura de cualquier realización de muy alta gama de las más elitistas firmas del high-end internacional. Su chasis enteramente fabricado en aluminio de importante grosor, demuestra una gran robustez y una total ausencia de vibraciones. Su aspecto denota elegancia y un simple vistazo deja apreciar que estamos ante un aparato muy bien construido. Enteramente acabado en color aluminio, cuenta con unas aletas laterales también de aluminio pero de color negro, que rompen la unidad cromática. Estas aletas se encuentran situadas a modo de disipadores de calor, aunque su inclusión tal vez sea más estética que funcional, pues el Aurender S10 en ningún momento llegó a calentarse ni medianamente.

El panel frontal exhibe una vistosa pantalla AMOLED de gran tamaño que ocupa la mayor parte de su superficie. Esta se compone por dos partes independientes que nos muestran varias posibilidades de visualización y de información compartida. Existen tres modos de pantalla seleccionables por el usuario, siendo el que presenta un fondo negro, en mi opinión, el más práctico y útil de todos. Muestra en la zona izquierda del display, el nombre del artista, el progreso del track reproducido e información sobre el dispositivo USB que tengamos en ese momento conectado. En la derecha veremos el título del archivo reproducido, la profundidad de bits (24), la frecuencia (44.1) y el formato del archivo (WAV). Los otros dos modos son básicamente el mismo, pues consisten en unos medidores de dBs estilo McIntosh. La única diferencia entre ellos es el color que queramos que tenga el fondo de la pantalla, que podemos seleccionarlo entre amarillo o azul, todavía éste último más parecido al clásico de la firma de NY.

A la izquierda de dicho display encontramos el botón de encendido/apagado del aparato, enmarcado por una suave luz blanca. A la derecha tenemos los únicos cuatro botones de control del aparato, aunque nunca los utilicé, al estar diseñado el S10 para manejarse completamente desde una iPad. Corresponden a funciones absolutamente básicas como Reproducir/Pausar, Avance, Retroceso y Conmutación de la pantalla.

La parte trasera del aparato muestra el mismo nivel de alta calidad exhibido en su conjunto y cuenta con un buen número de entradas y salidas digitales, suficientes para la mayoría de los aficionados. Lo único que se puede echar en falta es una salida tipo BNC, tan empleada actualmente. Aparte del conmutador de encendido, disponemos de tres salidas digitales, SPDIF RCA, AES EBU y Toslink óptica, y dos conexiones USB. Éstas últimas se pueden emplear tanto como salida USB, como para puerto de entrada de datos. Por último se incluye una conexión Ethernet para futuras actualizaciones de software por Internet, trasferencia de archivos y para  permitir el control remoto del aparato a través de cualquier iPad. Obviamente, al no disponer de DAC interno, el servidor carece de salidas analógicas.

Acabada la descripción externa del Aurender S10, vamos a echarle un vistazo al interior del aparato, para comprobar si mantienen el mismo esmero y calidad constructiva.

Destapando el S10, vemos que ciertamente nos encontramos ante un ordenador audiófilo, pues emplea soluciones diseñadas y ejecutadas buscando la mayor calidad sonora posible. La más obvia a simple vista, es la división interna del servidor en tres compartimentos, que intenta aislar los elementos o partes susceptibles de ensuciar o producir ruido eléctrico en el resto de componentes. Así pues en estos tres recintos, divididos por gruesas paredes de aluminio, encontramos, la CPU, la fuente de alimentación y las unidades de almacenamiento.

La tarjeta de sonido, tiene una importancia capital en el rendimiento sonoro de cualquier servidor y WideaLab lo ha tenido muy en cuenta, tomándose la molestia de diseñar y fabricar una tarjeta con tecnología propia, ante la imposibilidad de encontrar en el mercado una que fuera de su completo agrado.

Por último destacar que el S10 dispone en su interior de un disco duro de 2TB de capacidad y de una memoria sólida SSD con un tamaño de 64GB. Aunque para almacenar grandes colecciones de música, 2TB pueden resultar insuficientes, la unidad de prueba que he recibido tenía en su interior unos 900 discos almacenados, con una buena parte de ellos de alta resolución, y el espacio que ocupaban era poco más de una cuarta parte de su capacidad total. En el caso de necesitar más espacio de almacenamiento, siempre es posible conectar cualquier dispositivo NAS, solución ideal para ello.

A continuación relataré el funcionamiento combinado de ambos dispositivos de almacenamiento.

Funcionamiento

Para poder utilizar el Aurender S10, es imprescindible contar con una iPad, como interface desde donde controlar la aplicación propia desarrollada por la firma para el total control del servidor. Esta aplicación la podemos descargar de manera gratuita en unos minutos desde el Apple Store. La aplicación es muy fácil de utilizar, encontrando la música almacenada clasificada por todo tipo de géneros musicales, o por artista, álbum, canción, compositor, etc. Es realmente sencillo encontrar la información deseada, pudiendo además visualizar la portada e incluso la contraportada si la hemos adjuntado al archivo musical.

Una vez disponemos de la APP instalada en nuestra tableta, debemos configurar dicho software en nuestra iPad introduciendo la dirección IP, y tras unos sencillos pasos perfectamente explicados en el manual de usuario, en muy poco tiempo tenemos el Aurender S10 listo para funcionar.

Pero, ¿qué música reproducimos cuando recibamos en nuestro domicilio el servidor con el disco duro de memoria totalmente vacío? Aunque este no ha sido mi caso, me he preocupado de copiar varios CD’s para comprobar su funcionalidad. Como el S10 no dispone de lector de CD’s desde donde poder ripear nuestros discos, es necesario realizar esta operación desde nuestro ordenador. Existen varios programas de ripeo recomendados por el fabricante, según nuestro ordenador sea PC o MAC. En mi caso al disponer de un MacBook Pro empleé el software XLD, aunque para PC el programa recomendado es el DBpoweramp. No supone una labor complicada la subida de ficheros, aunque he de reconocer que existen otros servidores en el mercado, que simplifican este trabajo ripiando ellos mismos los discos. Quizás simplificar las tareas y funciones a realizar por el servidor, pueda ser motivo de aumentar la calidad final de la reproducción. Para almacenar ficheros, tan sólo es necesario, en nuestro ordenador, introducir la contraseña que nos da acceso al almacén del Aurender e introducir la información en su interior. Existe otra posibilidad que consiste en el trasvase de información desde un pen drive o disco duro externo a través del puerto USB trasero.

Una vez tenemos nuestra música dentro del Aurender S10, tan sólo hay que escoger el archivo a reproducir, adjuntarlo a la lista de reproducción y prepararnos para escucharlo.

Desde que posamos el dedo en la pantalla encima del símbolo de PLAY, hasta que la música empieza a reproducirse, pasan aproximadamente 3 segundos. Un breve lapso de tiempo que no debe importunarnos demasiado, no olvidemos que hay lectores convencionales que tardan este, e incluso más tiempo -sobre todo si son reproductores de SACD-, en leer la información contenido en nuestros discos. Voy a contar qué funciones suceden durante este tiempo dentro de nuestro servidor, pues son básicas para comprender cómo funciona el Aurender S10 y a su vez responsables de su calidad final de sonido. En estos cortos segundos de latencia, el Aurender extrae la información de su disco duro y la transfiere a su memoria Samsung SSD. Una vez trasvasada, con el disco duro en completo reposo, lo que nos asegura la eliminación de cualquier ruido mecánico, y lo más importante, sin generar ningún tipo de ruido eléctrico, la información es reproducida en el más absoluto de los silencios. Sin duda, es una solución simple y efectiva.

 

Pero veamos que sensaciones nos transmite el Aurender S10 en acción.

Primero debo destacar que en ningún momento durante su utilización, el servidor ha sufrido ningún episodio de bloqueo, ni retraso en su funcionamiento, el software funciona a las mil maravillas y sin ningún tipo de error.

Como siempre que he manejado un servidor, la experiencia de su utilización es tan placentera, que cuesta analizar exclusivamente la calidad de sonido del mismo, y obviar la comodidad máxima y el disfrute que supone navegar entre casi 1000 discos, poniéndolos y quitándolos sin esfuerzo ni pereza. Entiendo perfectamente que este avance suponga un argumento sólido de compra, a poco que su calidad sonora acompañe en su disfrute. Y ciertamente el sonido del Aurender S10 es muy bueno.

La pregunta que la mayoría de los lectores se estarán planteando en este momento es, ¿su calidad de reproducción puede compararse o supera a la de un transporte dedicado de ultima generación? La respuesta a mi pesar continúa siendo negativa, pero sus cualidades sonoras se encuentra tan cerca de las de mi transporte, que puedo asegurar que muchos aficionados no serían capaces de distinguirlos, o incluso preferirían el sonido conseguido a través del servidor Aurender.

Como ejemplo ilustrativo perfecto de mi razonamiento, quiero compartir la siguiente experiencia ocurrida durante los dos meses que he disfrutado el servidor en mi domicilio. Durante este intervalo de tiempo, en mi sistema aconteció un cambio de cajas acústicas, que me obligó como es costumbre, a jugar con diferentes ubicaciones de las mismas en mi sala hasta encontrar su perfecto alojamiento. Pues bien, durante este período, que bien pudo ser de casi dos semanas, el Aurender S10 sonaba claramente mejor que mi transporte, y no fue hasta que alcancé finalmente el definitivo emplazamiento de las cajas y obtuve el mejor sonido posible en mi sistema, que pude apreciar que mi transporte ofrecía un sonido levemente más natural que el servidor coreano.

Con esto no quiero más que reforzar la idea de que es necesario un ajuste ideal de nuestro equipo, sobre todo exento de problemas -ni siquiera leves- en el control de las frecuencias graves, para poder apreciar esas pequeñas diferencias. Es más me atrevería a decir, que cualquier pequeño emborronamiento en dicha franja audible, puede desembocar en que el Aurender salga victorioso de cualquier posible comparativa. El sonido del S10, transmisor fiel de todo detalle extraído en la grabación, con gran precisión, limpieza, silencio y con un ligero menor peso en su lenguaje musical que mi transporte, consigue aligerar en cierta medida la lentitud e imprecisión que el carácter de un grave un poco inflado aporta a la reproducción musical.

Ahora bien ¿quién tiene un control del grave perfecto en su sala, y ya no digamos en el salón doméstico de uso compartido que muchos aficionados emplean para disfrutar de su música? ¿No será para una mayoría de posibles compradores esta característica del Aurender una ventaja y no un inconveniente?

De todas formas, para exprimir las posibilidades sonoras del S10 al máximo, es aconsejable emplear un cable de corriente de calidad, pues la mejora obtenida con este pequeño cambio es francamente muy elevada. Me cuesta recordar un componente que haya mejorado tanto su rendimiento como este, cuando lo alimenté con mi habitual cable de Okutsu Denko. De inmediato se materializó un sonido mucho más rico, con mayor cuerpo y calidez. Realmente esta es una mejora que se me antoja en esta ocasión imprescindible.

Así pues, con la mejora de calidad que aporta un buen cable de corriente, el servidor nos ofrece un sonido muy natural, detallado y que consiguió atraparme gracias a su extraordinario nivel de silencio. Gracias al cable digital Stealth Varidig Sextet AES EBU empleado, único dibujando un absoluto fondo negro en la música, al silencio de mi DAC con funcionamiento a baterías y al sigilo máximo que el Aurender S10 demostró, conseguí disfrutar de un sistema digital que consiguió revelarme hasta el último detalle presente en una grabación. Si a esto unimos el habitual disfrute que conlleva el disponer de toda nuestra discografía, sólo a un toque en nuestra iPad, en el Aurender S10 me encontré el mejor servidor musical que he probado hasta ahora.

 

Conclusión

El rendimiento del Aurender S10 es brillante en todos los aspectos, demostrando que su calidad de sonido se ha convertido también en un argumento de venta fundamental, casi tan importante como su propia comodidad de uso.

Es bonito, está muy bien construido, es absolutamente silencioso, cuenta con un funcionamiento sencillo e intuitivo y su calidad de sonido alcanza un nivel francamente alto. Sin duda el Arender S10 se convierte en una de las mejores opciones disponibles para el aficionado a la caza de un servidor de alto nivel.

Aurender S10 – 5900€

Distribuye Ultimate Audio

EQUIPO UTILIZADO

Cajas Acústicas

  • Kiso Acoustic HB1

Amplificación

  • Preamplificador Wavac PR-T1
  • Previo de fono Trilogy 907
  • Etapas monofónicas Jadis JA200

Fuentes

  • M2Tech Vaughan DAC y PS Audio Perfectwave Transport
  • Plato Hanss Acoustics T-60, brazo Fletcher Zero, cápsula ZYX Omega Cobre

Cables

  • Interconexión Stealth Audio Sakra
  • Digital Stealth Varidig Sextet
  • Altavoz Stealth Audio Dream V10
  • Corriente Fono Acustica Armonico, Okutsu Denko Prestage, Okutsu Denko Extreme, Stein Music

Accesorios

  • Mueble Artesania Audio Esoteric triple tandem, Vibex One 11R, Acoustic Revive RR-77, Stein Music Super Naturals, Artesanía Audio Dampers Improved y MKIII.

 

 

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