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Esta ha sido la segunda edición del Audio Video Multimedia Experience. La primera se realizó en el hotel Eurobuilding de Alberto Alcocer, y para esta ocasión se cambió de escenario y la feria se trasladó al Novotel de la calle O´Donnell de Madrid. Imagino que la búsqueda de un escenario más adecuado para todos los requisitos de la feria ha sido lo que ha propiciado el cambio de localización, ya que el Eurobuilding era por sí mismo una instalación realmente impresionante.

La verdad es que el aficionado debe agradecer sin un momento de duda que este tipo de acontecimientos se realicen continuamente en nuestro país, y yo me sumo a ello, reconociendo a todos los implicados, el esfuerzo y el tiempo dedicado a organizar un evento de este calibre. Las cosas en esta vida salen mejor o peor, pero los responsables han hecho todo lo que han podido hasta el límite de sus medios disponibles, y esa dedicación hay que premiarla con un agradecimiento sincero.

Parece que la afición respondió a la llamada, rubricando un fin de semana con una asistencia a todas luces mejor que la del año pasado. Esto es esperanzador, ya que nuestra afición necesita urgentemente recibir un empujón. Después de esta última crisis, las cosas parece que han ido de mal en peor para el sector, y sin embargo creo que un renacimiento de éste, solo puede ser realizado inyectando sangre nueva, atrayendo y convirtiendo en aficionados a jóvenes amantes de la música. En este punto es donde los importadores y minoristas han de trabajar, y esta fería es una de las grandes piedras de toque de la implicación de estos con el mercado.

En esta ocasión lo que he podido apreciar con cierta tristeza, es que no ha habido esos equipos de precio estratosférico que solemos disfrutar en otras ocasiones. Sarte siempre nos suele impresionar con un mega-equipo de esos que solo se pueden disfrutar en ferias, esta vez lo expuesto, aunque de una calidad igual de elevada, no tenía esa capacidad de dejarnos boquiabiertos con la que soñamos cuando vamos a estos eventos. Es más, me atrevería a decir, que es la exhibición más discreta que recuerdo del importador valenciano. ¿Reflejo de los tiempos en los que vivimos?

La verdad es que he reflexionado sobre el tema, y digamos que es muy bueno que estos equipos “comprables” suenen en las exposiciones, pero también es deseable que los buques insignia salgan a pasear, ya que son los que realmente crean afición y suscitan expectación a muchos aficionados que desean apreciar qué son capaces de ofrecer –aunque luego sean inalcanzables–. La convivencia de ambos tipos de sistemas en la feria creo que es la opción ideal para hacer nuevos aficionados y satisfacer a los experimentados. Primero maravillarlos y atraparlos con la perfección y luego intentar introducirles en sus casas aunque solo sea un pequeño pedacito de ese sueño inalcanzable.

Gasté unas cinco horas paseando por la feria, intentando escuchar de la mejor manera posible cada sistema que había instalado. Me gustó lo que vi y por otro lado me pareció que faltaba mucho material y algunos destacados distribuidores que sí expusieron en la pasada edición. No soy nadie para juzgar el por qué de tantas ausencias, pero creo que habría que trabajar para que en el certamen del próximo año, exista una participación más nutrida de expositores. Conozco personalmente varios amigos, ni uno ni dos ¡varios!, que venían de fuera y que marcharon de vuelta antes de tiempo, claramente decepcionados con el poco rato que habían podido gastar visitando la exposición. Otros directamente, y con hotel reservado para dos días, decidieron perder la segunda noche de hotel contratada y regresar a casa, ante la certeza de “tenerlo todo visto y oído en pocas horas”.

La verdad es que, no obstante, había un poquito de todo, y yo me perdí un ratito por uno de los rincones más agradables de la fería, comprando unos cuantos vinilos a Kleifri records. Un gusto el tratar con David Mallén que no ve el momento de recomendarte las grabaciones más brutales que uno pueda imaginar, tanto en interpretación como en calidad de grabación. Totalmente recomendable siempre una visita a su “stand”, aunque los que se lo hayan perdido siempre pueden visitar su tienda online, una gozada.

En lo que al sonido respecta, con sus luces y sombras, todo se mantuvo dentro de los márgenes que una instalación de feria permite. Hemos de entender que montar un equipo en un día y en una sala desconocida, la mayoría de las veces poco apropiada para este menester, no es tarea fácil, y sí muy desagradecida. Los resultados muy pocas veces hacen honor a la valía de los equipos expuestos, y menos si estos son equipos de muy altas prestaciones. Pero qué le vamos a hacer, hay que adaptarse a la situación e intentar sacar lo máximo de lo que se dispone, máxime cuando hay que pensar también en al aficionado que se desplaza para la ocasión –en ocasiones desde lejos–, y al que no le valen excusas. ¿No se supone que los expositores son profesionales avezados con una año entero para preparar esta exposición? Pues eso…

Me gustaría destacar como el mejor sonido de la feria el equipo presentado por AudioHum y Alma Audio, compuesto por fuentes de Metronome, AMG, y DS audio, electrónica Burson y monitores Verus Canor. A mí personalmente fue lo que más me gustó, y pude disfrutar de una sala con vocación audiófila y con el sistema más cuidado del evento. Aparte de llevar buen material hay que saber colocarlo con mimo y hacerlo sonar.

Está claro que todos los implicados hicieron todo lo posible para que sus configuraciones gustasen, aunque algunas resultasen un poquito raras y desequilibradas. No creo que nadie se gaste 30.000 € en unas cajas Bowers 800D3 para luego combinarlas con una etapa Rotel de 2.000 €. Pero bueno, cada cual puede hacer lo que crea más conveniente para sus intereses y para atraer nuevos clientes, pues las motivaciones pueden ser varias y todas igual de válidas.

Pasé un buen rato visitando las dos salas de cine, la de Sarte espectacular, con ese impresionante proyector 4k Sony y las cajas Martin Logan. Cuantos recuerdos me trajeron de mi primer equipo de AV con cajas M. L. Oddysei, Aerius i y Theater. Y la de JVC con ese magnífico proyector, al que gustosamente hubiese hecho una pequeña calibración para ver todo lo que podría dar de sí.

Destacar la presencia de uno de mis personajes favoritos del mundillo del audio, el señor Van den Hul. Como siempre, inagotable y dispuesto a dar explicaciones de todo, ayudado por el carro de conocimiento que lleva acumulado durante años y años. Una maravilla para los aficionados el poder disfrutar de su presencia.

Para finalizar, reconocer el esfuerzo y despliegue efectuado por el importador malagueño Reydis, que demostró material francamente interesante, como los servidores Cocktail Audio –que esperemos poder analizar en esta publicación en el futuro–, las poderosas cajas acústicas Heco Direkt Dreikland, o los productos de la firma francesa Elipson –refinados en su conjunto–, en las salas en las que expuso.

Mi deseo para próximas ediciones es claro y concreto, espero que todos los que en esta ocasión no han venido y no han sido invitados a participar –más de la mitad de los distribuidores de este país–, puedan acudir y redondear el evento que creo que todos los que somos aficionados al audio y al vídeo nos merecemos.

Hasta el próximo año. Ahora disfrutad de las fotos.

 

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