En cuanto a la parte digital, ésta se compone de tres elementos aparte de la sección de lectura de discos. La placa con las entradas digitales, la que contiene el chip principal de procesado y sobremuestreo, y por fin la parte de la placa con los DAC propiamente dichos y toda la sección analógica de salida. En lo que respecta a las entradas digitales, las coaxiales, óptica y AES/EBU (XLR) pasan todas por un receptor bastante habitual (pero perfectamente eficaz), el CS8416. La entrada USB cuenta con su chip dedicado, que tiene el adhesivo con la inscripción “Single Core Audio Processor v1.0”, y tiene adyacentes a él otros chips y el interruptor que permite desconectar el cable de “tierra” del cable USB si tenemos problemas de ruidos procedentes del ordenador que usemos. Esa entrada USB puede funcionar de dos modos, uno más compatible pero limitado a 24/96 de resolución, y el otro más avanzado (que requerirá drivers en algunos sistemas operativos como Windows) en modo asíncrono, en el que “manda” el reloj interno y no el del ordenador, en este caso hasta 24/384, aunque no DSD de forma nativa (una lástima).
La falta de compatibilidad con el flujo DSD se explica en parte con lo que viene a continuación: todas las señales digitales, ya sean leídas de discos ópticos por la mecánica de transporte, o llegadas por alguna de las entradas digitales, pasan por el procesado digital interno, el sobremuestreo de la empresa suiza Anagram que utiliza de forma licenciada Cambridge Audio llamado ATF2 (por Adaptative Time Filtering), y que convierte todo a señales PCM de 24 bit y 384 kHz., además de aplicar filtros específicos para eliminar “jitter”. El chip encargado de esto es un avanzado procesador que también nos permitirá elegir el tipo de filtro digital, lo cual como veremos cambiará sutilmente el sonido, y por supuesto es aquí donde si así lo necesitamos podremos regular el volumen.
La zona de la derecha de la placa trasera está dedicada a los chips DAC propiamente dichos: son dos AD1955 trabajando en doble diferencial, de forma que éste es pues un reproductor (o DAC) realmente balanceado en su estructura interna. La primera sección analógica (de conversión de la salida de los DAC en intensidad, a voltaje) cuenta con operacionales OPA842, y las posteriores (filtrado y des-balanceado para las salidas RCA) con operacionales OPA2134. Es una solución que Cambridge ha usado antes (he visto esta combinación en otros reproductores o DAC suyos) y que claramente domina, o es su favorita, y de hecho no tenemos nada que decir puesto que se trata de amplificadores operacionales de primera fila. Los componentes pasivos presentes en esta placa, como en las otras, son también de primera categoría y bordeando lo esotérico en algún caso. No hay pues ningún reproche posible a nivel constructivo, y considerando el precio final la calidad percibida, y recibida, es extraordinaria.
Impresiones
El funcionamiento del 851C no tiene muchos secretos: abrir la bandeja si queremos escuchar un disco, o elegir entrada digital si queremos usarlo con otra fuente. Existe un menú de configuración al que necesitaremos acceder para elegir el modo de funcionamiento de la conexión USB, como comenté más arriba, y es importante saber que también a través del menú deberemos elegir si queremos que el volumen sea fijo o regulable (en cuyo caso además podremos controlar el “balance” derecha-izquierda). Es decir, no basta con pulsar los botones del volumen del mando para esto, aunque esa configuración sólo será necesaria hacerla una vez (pero se pierde al desenchufarlo, no en reposo). Un último detalle respecto a esto es que, con el volumen activado, al regresar del modo reposo el volumen se queda en “-29” (una atenuación de casi 15dB) que, atención, puede ser un nivel bastante alto según la etapa y cajas instaladas. Lo considero un pequeño fallo de programación: sería mejor que volviera al nivel anterior al apagado, o incluso a un nivel inferior (o mudo con indicación de ello).