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Multiuso único

Cuando Xavi Casellas, del bien conocido importador y tienda de Barcelona Werner, me envió el Pathos Converto para probarlo, prueba publicada aquí, metió una sorpresa en la caja del aparato italiano: una compacta cajita que al abrirla descubría un lujoso envoltorio, dentro del cual había una no menos lujosa funda de piel que contenía algo parecido a un moderno teléfono inteligente, apenas más grande y grueso que estos, y una bolsa con varios cables adaptadores de excelente aspecto. Bienvenidos al mundo del Celsus Companion One.

Confieso que tuve que buscar alguna referencia en internet para saber “qué” era “eso”, pero enseguida lo entendí. Tampoco era tan difícil, a fin de cuentas la caja lo describía perfectamente: convertidor DAC portátil para conexiones USB, amplificador portátil de auriculares y reproductor en red –en anglicismo “streamer”–. Interesante, pero existen algunos aparatos de marcas populares dedicadas a la informática con características sobre el papel similares y nunca hubiera pensado en ellos para nada cercano a la reproducción “seria” de la música… Algo me decía que este aparato sería diferente, primero porque Werner apuesta por él y no se dedican precisamente al “mass market”, y además porque su precio no era de “todo a cien” euros sino seis veces superior.

Celsus CompOne Todo

El acabado exterior del Companion One ya es una declaración de intenciones pues es impecable, perfecto, incluso algo misterioso. Los botones “Power” y “Vol +/-” hablan por sí solos, casi como el “Gain” que permite conmutar entre dos niveles máximos de salida –un minúsculo LED rojo entre los botones de volumen avisa si estamos en el nivel alto–, pero para entender cómo usar los otros dos, que cambian uno de modo USB a Wifi, y de tipo de conexión Wifi el otro, me hizo falta una repetida lectura del mínimo manual incluido –sólo en inglés por cierto–. Creo que podré explicarlo de forma fácil para entender este aparato mejor: el Celsus puede actuar básicamente de dos formas, conectado a “algo” vía USB o de forma inalámbrica vía Wifi.

Celsus CompOne Ctrl

Si lo vamos a usar de la primera forma, entonces lo vamos a conectar físicamente con un cable a un ordenador, tableta o teléfono móvil. El aparato lleva un conector micro-USB como el que creo ya es estándar en los móviles que no sean Apple, y la primera buena noticia es que en la bolsita nos vienen todos los cables necesarios para esa conexión, ya sea a un ordenador  por USB, tableta/móvil Android –micro USB también, compatible OTG–, o tableta/móvil Apple –conector ancho antiguo o el pequeño nuevo como quiera que le llamen–. En cualquier caso la conexión es rápida y fiable: en el caso de los ordenadores hay que instalar un driver –que habrá que descargar de su web, cosa que siempre hago para asegurarme de tener la última versión– y activarlo en nuestro programa de reproducción a través de las opciones ASIO. Yo uso un PC con Windows y Foobar, y no fue complicado, como cualquier DAC que sea compatible DSD –es decir que sí lo es, pero una vez aprendido ya se hace fácil–. Entiendo que con Mac es más sencillo –sin driver– y quien use Linux sabrá mucho mejor que yo qué necesita… También para las tabletas/móviles inteligentes la conexión es directa y sencilla.

Celsus CompOne Frente

Si queremos usar el Companion One sin conexión física, la cosa parece complicada hasta que entiendes cómo hacerlo y luego parece mentira lo sencillo que es. Hay dos formas de hacerlo, siempre vía Wifi: que sea el propio aparato el “emisor” Wifi y conectemos a él la fuente donde tengamos la música, o que sea un “receptor” Wifi donde vayamos a reproducir la música. En el primer caso –que es como se conecta por defecto al encenderlo–, habrá que buscar en el menú de conexión Wifi de nuestra fuente una llamada “Companion One” y conectarse directamente para reproducir música. Parece que el fabricante prefiere eso para no compartir una Wifi que puede tener tráfico puntual que perturbe el flujo de los datos musicales, pero a mí me resultó complejo andar conectando y desconectando… La otra forma, convertirlo en un receptor, pasa por conectarse a él primero de esta manera y entrar en el menú de configuración para poner la clave de nuestra Wifi y que se conecte a ella –si lo conseguimos y tenemos conectado el aparato a unos auriculares escucharemos un mensaje de confirmación–. Esto sólo es necesario una vez –cuando te lo sabes– y a partir de ahí el Celsus aparecerá como posible reproductor o “renderer” en cualquier programa que nos permita manejar reproductores uPNP –el protocolo DLNA–.

Recapitulando: podemos conectar el Companion One directamente con un cable USB a nuestra fuente, o podemos enviarle la música de forma inalámbrica por Wifi con una previa configuración.

Celsus CompOne trasera

Nuestros lectores más fieles quizás se extrañen que haya empezado describiendo cómo usar el aparato en lugar de mi habitual análisis técnico de como está hecho. Bueno, creo que en este caso esa explicación previa era imprescindible para saber “qué hace” el aparato –¡porque yo mismo estaba un poco perdido hasta que lo entendí bien!–. ¿Y qué tiene dentro el Celsus? Pues por una vez tuve que resistir la tentación de desmontarlo a fondo, porque no vi una forma no destructiva de hacerlo, y prefiero seguir contando con la confianza de Xavi y Werner… cosa que no sé yo si hubiera conseguido devolviéndole una bolsita llena de piezas rotas. Está todo tan bien cerrado y acabado que como digo no veo forma de abrirlo sin romperlo, pero sí puedo decir que me gustan mucho los componentes que ha usado el fabricante.

El chip DAC en sí es nada menos que el Sabre ESS9018 en su versión menos sofisticada y de menor consumo K2M, precisamente pensada para aparatos como éste en los que la duración de la batería puede ser clave. La batería en sí tiene una capacidad de 6Ah y eso asegura una autonomía de muchas horas, de hecho yo fui incapaz de dejarla a menos de la mitad en días de muchas horas de uso y por tanto la preocupación por su carga sencillamente no existe –bien–. Se carga por una segunda conexión micro-USB, como cualquier móvil Android, aunque dada su capacidad puede tardar unas cuantas horas en quedar al 100% –unos pequeños LED azules indican en todo momento su estado–. La salida analógica del Sabre pasa por operacionales excelentes: OPA1612 para la salida de línea y AD8397 para los auriculares. El conjunto se calienta bastante en funcionamiento, me sorprendió aunque eran días muy calurosos cuando lo probé y quizás eso influyó.

Celsus CompOne salidas

En el extremo estrecho opuesto a las entradas USB –carga y datos–, están tres salidas estándar tipo jack 3’5 mm. Una digital óptica para usarlo como adaptador USB-SPDIF o como reproductor en red hacia otro DAC, más dos salidas analógicas dedicadas a la “línea” –para un equipo con previo o integrado etcétera– y “auriculares”. Aquí tengo una crítica y es que no entiendo para qué queremos una salida digital dada la calidad del DAC interno, y en cambio sí hubiera preferido unas salidas RCA para línea en lugar de obligarnos a usar un adaptador jack/RCA que, por muy bueno que sea, siempre estará limitado por la calidad de la conexión de la hembra jack interna –al final lo que hace contacto dentro es una lengüeta de acero–.

¡Música!

Pues sí, porque de eso se trata aquí: con el Celsus no hay excusa para escuchar música con una calidad óptima en cualquier sitio. Lo usé, tanto conectado a un ordenador o tableta como reproduciendo vía Wifi, en mis equipos estéreo, en mi despachito, en el jardín, en la cama, en la oficina… ¡en todas partes! No lo usé en el tren porque sólo lo cojo el día que nieva y no lo usé en moto porque ahí uso tapones, pero creo que queda clara su utilidad.

Celsus CompOne Controles

Aparte de la conectividad –por el necesario uso de adaptador jack-RCA en los equipos de altavoces–, la única limitación que tiene el Companion One es que a través de la conexión inalámbrica sólo reproduce archivos en formato PCM –no DSD– aunque eso sí hasta 24 bit y 192 kHz –pocos “streamer” llegan a eso–, mientras que vía USB es capaz de llegar hasta 382 kHz y 32 bit en PCM, pero sobre todo permite decodificar de forma nativa DSD –hasta DSD128–. Tampoco hay muchos DAC portátiles con esta capacidad.

Lo mejor no es de lo que es capaz sino cómo lo hace. Creo que es un gran acierto la combinación de alimentación por batería y los operacionales usados –además de la topología del circuito que hayan implementado allí dentro y los componentes pasivos usados–, porque el Celsus siempre suena con un perfil tirando a suave y “analógico”, en contraste con lo que quizás podría esperarse de un chip Sabre en un aparato portátil, es decir que fuera “analítico” en el mal sentido, es decir que exagerase defectos. Nada de eso, ni siquiera grabaciones en las que la voz sabemos que tiene sibilancias exageradas –muchas de Diana Krall por ejemplo– se hacían desagradables a través del Companion One. Pero eso no significa que su sonido estuviera cortado en agudos o fuera falto de transparencia, porque sí permite apreciar perfectamente el “aire” y las pequeñas reverberaciones de muchas grabaciones, o el final de una canción con los pedales del piano pisados y las notas desvaneciéndose lentamente.

Celsus CompOne gral

En el otro extremo del espectro nos encontramos con un grave preciso y muy presente, de hecho me sorprendió la fuerza con que mis 802D reproducían pasajes enérgicos de Dire Straits o Metallica usando el Celsus directamente hacia el previo pasivo de resistencias Kohzmo –que “se come” ganancia y según el caso dinámica– y la etapa Pass XA30.5, puesto que ni siquiera necesité activar la ganancia más alta que duplica el voltaje de salida. Es un placer pasar horas escuchando música en ese equipo usando el Companion One como reproductor en red y cambiando canciones con el móvil –usé la aplicación Bubble UpnP, muy recomendable–, que le eran enviadas desde un ordenador de mínimo ruido y potencia que uso como servidor –ahí tengo instalado Minim Server para Windows, también muy recomendable–, un placer que no pude trasladar al sótano pues el Celsus empezaba a sufrir cortes por falta de cobertura Wifi –son ya tres plantas de distancia, aunque mi Squeezebox Touch no tiene ese problema–.

La conexión USB viene al rescate en ese caso y no sólo pude seguir disfrutando del “pequeño”, sino que en este caso también de algunos discos que tengo en formato DSD que, con el Gran Filarmonía y las Allegro del sótano, hacían honor al que es claramente el formato digital “rey” en cuanto a calidad, cuando los astros se alinean para que suene tan bien como es capaz de hacerlo. El “Friday Night in San Francisco” en DSD es de esos y el Companion One lo bastante bueno como para dejarnos disfrutarlo como es debido… impresionante.

La buena noticia con auriculares, sobre todo con los IEM tan críticos en cuanto a eso, es que no hay ruidos de fondo cuando la conexión está establecida, y por tanto ésta es una excelente opción para llevarse de viaje junto a un móvil con una tarjeta SD bien cargada de música. Hizo sonar los Sennheiser HD600, pero como sé de qué son capaces bien alimentados ahí sí encontré una limitación de este aparato, que por otra parte sí maneja muy bien auriculares menos críticos con su amplificación.

Celsus CompOne Vol

Conclusión

Lo que de entrada me pareció –lo confieso– un “juguete”, un producto de lujo para clientes exclusivos, lo veo después de unas semanas de uso variado como una herramienta tan práctica, útil y multiuso, que casi diría no debería faltar a ningún aficionado. Mi primera impresión al abrir la caja de Celsus y ver la etiqueta con el precio de un smartphone de última generación fue algo equivocada, acostumbrado a ver algunos productos de marca generalistas con capacidades similares. Basta ponerlo a trabajar en equipos de buen nivel para darse cuenta que ofrece prestaciones lejanas, por mucho mejores, que esos productos más económicos que también pretenden hacer de todo… pero no hacen nada bien.

Hablando del Companion One con un amigo y aficionado me salió esta comparación: hoy en día puedes comprar el mejor lector CD que puedas por los mismos 600 euros y no sonará tan bien como lo hace este aparato con archivos de esa resolución –16 bit y 44 kHz–, para lo que basta cualquier ordenador, tableta o teléfono doméstico. Y el Celsus abre las puertas a un mundo mucho más allá de lo que llega un reproductor de discos compactos, tanto por su vertiente como reproductor en red –sonido de calidad audiófila en cualquier parte de la casa… o jardín– como por su vertiente de DAC portátil, incluso usándolo con auriculares. Es un aparato muy bien resuelto, bien hecho y de acabado excelente que estoy seguro dará más satisfacciones a su propietario de las que pensaba. Recomendado.

Puntos destacados

Excelente DAC vía USB, compatible con PCM y DSD
Excelente reproductor en red –uPNP y AirPlay– para PCM
Excelente amplificador de auriculares portátil
Calidad de construcción y gran autonomía
Compatibilidad universal –Windows, Mac, iOS, Android–
– Conectividad limitada a jack 3’5 mm
– Recepción WiFi algo limitada
– Mandos e indicadores poco intuitivos

PVP: 599 euros

Distribuye Werner , www.werner-musica.com , tel: 93 302 17 92

FICHA TÉCNICA

Entradas digitales: USB (micro) y receptor WiFi. Formatos admitidos: PCM de 44 hasta 384 kHz y de 16 a 32 bit, DSD64 y DSD128 (por USB), PCM hasta 24 bit y 192 kHz (Wifi). Salidas analógicas: dos jack 3’5 mm para ‘linea’ o ‘auriculares’ y 1 óptica SPDIF con adaptador a jack 3’5 mm. Nivel de salida: máximo 1’5 Vrms (3 Vrms con ganancia alta). Volumen regulable en 100 pasos. Relación señal-ruido mejor que 115dB. THD+N inferior a 0’001% sobre 10kOhm. Salida de auriculares: desde 160mW (32 Ohm) hasta 28mW (300 16Ohm). Respuesta en frecuencia 20Hz a 22kHz. Alimentación: batería interna de 6000mAh (carga por conector micro USB independiente). Distribuidor: www.werner-musica.com

EQUIPO UTILIZADO EN LA PRUEBA

Cajas acústicas

  • B&W 802D
  • Allegro by Ramallo

Amplificación

  • Pass XA30.5 (etapa estéreo) con previo pasivo Khozmo
  • Ars Sonum Gran Filarmonía integrado estéreo

Auriculares

  • Sennheiser HD600
  • Shure SE530

Fuentes

  • Buffalo 32 DAC
  • Pathos Converto DAC y amplificador auriculares

Cableado

  • Nordost, Kimber, Siltech

 

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