La compañía estadounidense Coffman Labs, tiene la convicción de que la manera clásica de construir amplificadores, sigue funcionando en la actualidad.
El Coffman G1-A es un preamplificador de producción limitada, diseñado para durar por décadas con el cuidado adecuado.
Totalmente analógico, aleja de su interior piezas de silicio como microcontroladores e interruptores digitales, que se desgastan con el tiempo y son muy frágiles con cualquier fluctuación de voltaje. No hay placas de circuito, todo el cableado es punto a punto a mano, las tiradas de cable son inexistentes y todos los componentes de voltaje están sobredimensionados.