ISE 2025: una perspectiva personal
Así a primera vista, no parece que una crónica del certamen ISE se ajuste a los intereses de los lectores de un medio como el presente, ni, por supuesto, a los del grueso de fabricantes de los productos que solemos analizar. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, sobre todo desde que un grupo de consumidores potente/muy potente en lo económico introdujo el vídeo de alta calidad en su particular ecuación de ocio doméstico, la expansión brutal de la tecnología a todos los niveles ha obrado un pequeño gran milagro: que la fusión armoniosa de sonido, imagen, control y datos -entre los que, por supuesto, se incluyen los que utilizan Internet como “canal” esté al alcance de un número sustancial de usuarios. De ahí la crónica que protagoniza las líneas que siguen y el hecho de que se titule “una perspectiva personal” por cuanto aspira únicamente a realizar una valoración de un proceso que está en marcha desde hace sus buenas dos décadas y que corre paralelo al siempre más estático, amén de mucho más cerrado en su propio ecosistema, fluir del audio High End. Cierto es que siempre habrá quienes fabriquen amplificadores a válvulas de uno en uno y con sus propias manos. Y lo mismo vale para cajas acústicas, cápsulas, brazos y la miríada de componentes que los hacen posibles. Pero si queremos que el sonido de excepción tal y como lo entendemos los puristas del audio de toda la vida sobreviva desde el punto de vista comercial, es decir como industria, esa integración de sistemas de la que el ISE es su máximo exponente debe ser más que bienvenida.
Una evolución sostenida que en Barcelona está llegando a su máxima expresión
Durante la preparación del presente artículo estuve echando un vistazo a mi particular “hemeroteca”, tanto en su versión informática como impresa, por cuanto uno intenta guardar todo o casi todo de su profesión cuando ésta se confunde -para lo bueno y para lo mano- con su afición de toda la vida. Pues bien: mi primer reportaje sobre el Integrated Systems Europe se publicó hace exactamente 10 años, es decir en 2015, y entre las reflexiones que vertí en la presentación del mismo puse las siguientes: “El “Integrated Systems Europe” no suele formar parte del circuito de exhibiciones internacionales que se reseñan en las publicaciones dedicadas a la electrónica de consumo. Sin embargo, la implicación creciente de la tecnología más avanzada en los sistemas residenciales de alto nivel convierte a la cita holandesa en poco menos que ineludible para quienes desean estar realmente a la última. Al igual que en el estadounidense CES, en el ISE sólo se admiten visitantes profesionales, una característica que determina por completo la operativa –trato, nivel técnico y de las demostraciones- del certamen y que lo diferencia por completo de la masiva IFA –que, no obstante, tiene también sus tiempos y espacios reservados a “pros” y prensa- y la entrañable y familiar, pero, en su nivel, potente High End de Múnich. En lo que respecta a la organización, el ISE es impecable: todo funciona a la perfección, hasta el punto que conseguir una acreditación para un medio, del tipo que sea, es un juego de niños. El espacio disponible en el presente número nos impide hacer una reseña exhaustiva de lo que vimos y escuchamos en el salón holandés, motivo por el que en próximos números de la revista trataremos que, en nuestra opinión, encajan con los gustos e intereses de no pocos de nuestros lectores: visualización y gestión de imágenes 4K, videoproyeccción láser, sonido multidimensional (Dolby Atmos, Auro-3D), pantallas de videoproyección, conectividad de alta velocidad, control de componentes “periféricos” (ahí entran en juego marcas como Lutron o Kramer) o incluso descodificación de audio/optimización de alta precisión para salas de escucha/cine (caso de Trinnov). ¡Bienvenidos a la “conexión pro” del High End!”
Desde ese primer artículo tuve la ocasión de visitar el ISE, todavía en Amsterdam, en 2016, 2027, 2018 y 2019. En 2020 se pudo celebrar por los pelos porque apenas un mes más tarde llegó el famoso confinamiento a cuenta del infame Covid-19, mientras que la primera edición “barcelonesa”, es decir la de 2021, tuvo que cancelarse precisamente por el “bicho” en cuestión. La edición de 2022, sí se celebró. Estuvo algo descafeinada, cierto, pero no estuvo mal, como atestiguan los 43.7000 profesionales que la visitaron en unas condiciones aún anómalas. El certamen empezó a ganar impulso definitivamente en 2023 y en 2024 estuvo impresionante, en realidad digno de un acontecimiento de alcance mundial que posiblemente acabe superando, entre los eventos que se celebran en la Ciudad Condal, al MWC, al emblemático MWC/Mobile.
Dicho esto, no se puede negar que la monumental organización -apoyada por las mega-asociaciones empresariales AVIXA y CEDIA- cuya cabeza visible es Mike Blackman, director ejecutivo del ISE, ha mantenido el nivel de excelencia que tanto me impresionó hace una década. Para que se hagan una idea de la complejidad que entraña la puesta a punto de un encuentro de estas características, baste con saber que desde el primer día -martes 4 de febrero en la edición de 2025- hasta el último -viernes7 de febrero- hay una espaciosa oficina –“Rebooking”, que además edita su propia guía para que el personal sepa cómo proceder- situada en el Acceso Este dedicada en exclusiva a las empresas presentes en la edición en curso que deseen reservar su espacio para la edición de 2026; por su parte, las que aspiren a hacerlo por primera vez tendrán que contactar con un “comercial” concreto asignado a su área geográfica. Dicho con otras palabras: ¡el ISE 2026 empieza a ponerse en marcha en paralelo cuando el de 2025 está en su apogeo! La verdad es que nunca había estado en esta oficina, pero como en la puerta ponía “Press”, pues decidí echar un vistazo y resulta -era el miércoles 5 de febrero a eso de las 12h- y me encontré, junto a un montón de gente esperando que les llamaran para reservar plaza, con un profesional vestido con la marca España que estuvo hasta las 13h cortando un jamón ibérico que estaba riquísimo. ¡Empecé bien el ISE 2025, sí señor! Por lo demás, los datos de esta edición hablan por sí solos sobre un evento que va como un cohete: 85.350 asistentes frente a los casi 74.000 del año pasado; un total de 1.605 expositores, de los que 330 se estrenaban; y la ocupación de ocho salones con 92.000 metros cuadrados, casi alcanzando en dimensiones al Mobile World Congress.
A/V High End: poco a nivel explícito, mucho a nivel implícito
No voy a soltarles un discurso sobre un certamen sobre el que la información disponible editada por sus propios responsables es tanta y tan buena que abruma. He reconocer que hasta mi primer ISE “barcelonés” nunca había estado en “Fira de Barcelona | Gran Via”, el espacioso y moderno -el “clásico”, situado en Plaza de España, en pleno centro de Barcelona, data de 1929- recinto ferial donde se celebra el evento de marras. Y, sinceramente, me pareció espléndido por lo bien pensado que está, con un total de 11 áreas estructuradas en 8 Pabellones –“Halls”- dedicados a disciplinas tecnológicas concretas. Salvo algunas excepciones, el grueso de lo que puede interesar a los amantes del A/V doméstico, aquí denominado con el más genérico y “posh” término “residencial”, se concentraba en los Pabellones 2 (en realidad una de sus mitades) y 3, ya que el Pabellón 8.1 y las “Audio Demo Rooms” del Pabellón conjunto, el 8.1 estaba dedicado a un tipo de producto eminentemente profesional. No hay que olvidar que el ISE es la feria audiovisual más grande del mundo y que cuando hablamos de audio, por ejemplo, se piensa más en sistemas para sonorizar un estadio o un hotel que una sala de estar, y que, en vídeo, con permiso del cine, las megapantallas para acompañar a conciertos en directo o grandes eventos de todo tipo se llevan la parte del león.
Así las cosas, les diré que en lo concierne a nuestro ámbito de interés el ISE 2025 fue algo inferior al de 2024. El motivo es bien fácil: durante años, hubo una serie de empresas que obviaban el certamen, mientras que otras participaban en el mismo y dejaban de lado otros. Me refiero a las marcas de Masimo/Sound United y del McIntosh Group, el primero ausente ya desde hace unos pocos años y el segundo justo desde el actual, probablemente como consecuencia de su adquisición por Bose. En cualquier caso, la envergadura creciente del negocio de las instalaciones audiovisuales a medida –“custom”- hizo que, como cada año, al ISE acudiera una potente representación de especialistas en sonido e imagen “residenciales” de alto nivel de nuestro país. ¿Marcas? De entrada, las grandes multinacionales “de siempre”, por supuesto, léase Sony, Epson, Samsung, LG, Panasonic, Philips o Sharp, así como las de origen chino, con dominio apabullante en las antes mencionadas superpantallas -tipo “muros de LED’s” en su inmensa mayoría- y, en un “segundo primer plano, empresas igualmente potentes pero más especializadas y de menor envergadura como Bose, Yamaha, Christie o Sennheiser. Lógicamente, también la omnipresente “IA” tuvo su protagonismo, aunque, en mi opinión, inferior a la del CES de este mismo año, aunque todo se andará.
De “nuestras” marcas habría que señalar en primer lugar las dos que apoyaron su propuesta con salas de cine dignas de tal nombre: JBL Synthesis por un lado, y Lyngdorf -con la parte de imagen a cargo de uno de los formidables videoproyectores de Barco Residential- por otro. Buenas y muy profesionales presentaciones en ambos casos, incluso con contenidos y fuente -Kaleidescape- compartidos… tanto, que había que reservar hora o, de algo sirve la experiencia, dejar esta interesante experiencia para el último día, con el personal ya agotado de tanta excitación -y tanta interacción social- y con ganas de volver a casa y con el grueso de stands medio vacíos. Otros nombres a destacar fueron el tándem anglofrancés -o francoinglés, como gusten- Focal-Naim, que repitió stand a la vista del evidente buen gusto de quien lo diseñó. Buenas “demos”, aunque la de A/V más floja que la del año pasado, producto magnífico, catálogos muy opulentos -compitiendo con los de Lyngdorf y s división de lujo, la elitista Steinway Lyngdorf- y portafolio en continua expansión. A señalar que estas dos marcas legendarias son de las pocas que además de estar presentes en el ISE “repiten”, por lo menos hasta ahora, en Munich High End; y lo mismo vale para la danesa DALI, que a un stand discreto pero elegante sumo una presentación en el “loft” del establecimiento especializado Werner de la que dimos buena cuenta recientemente en esta publicación (https://hifilivemagazine.com/dali-epikore-en-werner/).
Por el contrario, Bang & Olufsen y Monitor Audio, que el año pasado no acudieron a la gran cita bávara, mostraron –“demostraron”, en el caso de la danesa- sus componentes de audio y para instalaciones especializadas en espacios de innegable buen gusto. En Barcelona pudimos ver también la propuesta de marcas tan interesantes como Sonance -fantástica, por audaz e imaginativa, su demostración de altavoces empotrables en una sala completamente desnuda con la asistencia de un más que ocurrente vídeo- o Sonos, esta última con un espacio expositivo precioso, sin olvidar otras más “tradicionales” como NAD, Bluesound, Architettura Sonora, Stormaudio, Artnovion, James, madVR Labs, Savant, Primare, Velodyne, Meridian, Magnetar o Trinnov. En paralelo, hubo distribuidores que aprovecharon la concentración de profesionales que facilita el ISE para invitarlos a eventos propios, caso de la barcelonesa Gedelson y sus dos salas en el cercano hotel SB Plaza Europa (https://www.youtube.com/watch?v=b9275CWv9HA) y la también barcelonesa Masimo Conzsumer, que en este caso preparó una visita exclusiva para un grupo de clientes internacionales a la espectacular “tienda” -situada a 10 minutos a pie del ISE- de los fabulosos superdeportivos McLaren y el absolutamente alucinante -en mi vida había visto algo similar- museo que la complementa, el Chelsea 1979.
Para finalizar
¿Es el ISE “nuestra” feria? En mi opinión, no. Por lo tanto, ¿hay que ir? También en mi opinión, decididamente sí. Al fin y al cabo, ¿por qué no “integrar” un superequipo de audio High End estereofónico, y no digamos ya de Cine en Casa, en un espacio lleno que beneficie de lo último en domótica, comunicaciones y acceso a contenidos remotos?