Dicho esto lo que más nos llama la atención y enlaza con el I+D es el uso del SMC, patente que ha desarrollado DALI y que al parecer le ha permitido la eliminación de la distorsión del tercer armónico. Se trata de un sistema de motor de imán de elaboración propia, que prácticamente libera al altavoz de cualquier tipo de distorsión, con una capacidad única de entregar una alta conductividad magnética y una conductividad eléctrica muy baja, dando como resultado una bajada significativa de la coloración del sonido reproducido. En cuanto a los rojizos altavoces que emplean, destaca la utilización de un cono de fibra de madera fabricado por la misma empresa que hace los conos para la serie EPICON.
El tweeter híbrido, también patentado por DALI, lo forma un módulo que combina el tweeter de cúpula con la cinta, dando lugar como veremos después a una reproducción francamente asombrosa de las altas frecuencias, y una dispersión que pensamos supera a muchas realizaciones de otras marcas. Vamos pues a valorar el resultado.
La escucha
A continuación la maravillosa toma de sonido de la B.S.O. Libertador de Dudamel, expande la orquesta por toda la sala, ofreciendo una buena profundidad y una zona agrave majestuosa. Nada destaca sin embargo y conforme avanza la escucha entendemos que la sonoridad parezca buscar un equilibrio interesante entre, por un lado, la neutralidad necesaria en Alta Fidelidad y la búsqueda de sus propias señas de personalidad. Nunca me atrevería a decir “coloración”, en la impronta sonora de la propia marca. La cantidad de grave es la necesaria para tratarse de unas columnas, generoso en todo momento, sin llegar a molestar, siendo el nivel de definición y precisión en este apartado más que notable.
Comenzamos a notar muchos detalles en la música que resaltan especialmente en cajas más analíticas, pero que curiosamente en las Rubicon 6, se integran perfectamente dentro de la generalidad de la música. De modo que sin ser estos detalles excesivamente protagonistas, quién sabe, tal vez consigan calmar algunas ansias audiófilas, conscientes seguro la gente de Dalí, de gran parte del mercado al que van dirigidas: ya nos conocemos, incapaces de sentarnos simplemente a “escuchar música”.