Sonido
Aunque en esta ocasión he evaluado las Spektor 6 como unas cajas acústicas exclusivamente dedicadas a la reproducción de música estéreo, se me antoja que muchos de sus futuros compradores serán aficionados –tanto a la música como al cine–, que terminen adquiriendo al completo un conjunto multicanal de la misma serie. Tal vez nuestras protagonistas como frontales, los monitores Spektor 1 posiblemente como traseros, el canal central Vokal y cualquier subwoofer de los numerosos modelos que la compañía tiene como compañero. Su razonable precio lo hace posible y quizás con el empleo de un subwoofer –bien ajustado para ello–, también en la reproducción musical las posibilidades de estas Spektor 6 aumenten aún más.
Comencé mi escucha, tal y como recibí las cajas desde su distribuidor, con 3 pies de goma colocados en su base. Pensé que una columna de tan reducido tamaño y peso, quizá se viera favorecida por ese punto más de relleno y de cuerpo que unos pies de goma pueden aportar sobre unas puntas de desacoplo metálicas. Mi sensación se vio reforzada con los primeros temas escuchados, pues el grave sonaba presente, quizás incluso con algo más intensidad de la que yo esperaba, y sirviendo de relleno al resto de frecuencias que sonaban acogedoras y curiosamente familiares para mí. La sensación –recurriendo al manido símil automovilístico–, es como sentarte en un coche nuevo y sentirte como si fuera el tuyo desde hace muchos años. Salvando las distancias, el timbre me recordaba al de mis propias cajas –sin duda la naturalidad del papel en ambos conos se deja notar–. Era un buen punto de partida para continuar la prueba, comprobar que el comportamiento de las frecuencias graves era satisfactorio, pero aún así y en vez de seguir con la escucha, no podía quitarme de la cabeza que debía instalar las puntas metálicas en sus insertos para ver su efecto.
La operación no pudo ser más rápida, pues sus escasos 14 kilos de peso por caja permiten manipularlas con facilidad y sin pereza. En escasos minutos estaban colocadas sus 4 puntas en la base de cada caja y listas para la escucha. Personalmente siempre prefiero 3 puntos de apoyo en vez de 4, pero no había más remedio que ajustarse a lo que el fabricante había dispuesto. Muy sorprendido me quedé cuando pulsé el Play del reproductor, pues la mejora que experimentó el sonido abarcó todas las frecuencias y registros de las cajas. Las frecuencias graves eran mejores, con una definición y precisión muy altas, pero también con pegada y dinámica. Cierto es que se percibía más claramente donde estaban sus límites, pues el relleno en los graves de los anteriores pies daban una falsa sensación de que estos bajaban más, aunque realmente restaban detalle, precisión y refinamiento al sonido en general. Las Spektor 6 demuestran que sus frecuencias bajas son más que suficientes para una escucha plenamente satisfactoria, y si tengo que elegir siempre prefiero calidad a cantidad.
Los matices que las Spektor 6 demuestran en la gama media, se me antojan casi insuperables en cualquier caja acústica del mercado en su franja de precios. Cierto es que se vieron favorecidas por el resto del equipo utilizado para esta prueba, que supera ampliamente el nivel de estas económicas columnas, pero así podemos elevar su rendimiento a su máxima expresión. Las Spektor suenan relajadas, con una asombrosa capacidad para destacar reproduciendo voces, que suenan muy naturales, con presencia pero manteniendo la compostura y el control.
Es sorprendente como un columna con un recinto tan delgado y ligero, no presenta casi coloraciones ni distorsiones, incluso en el momento de elevar el volumen y ser exprimidas. La verdad es que en todo este análisis el nivel de exigencia al que se han visto sometidas ha sido muy alto. No es que yo sea aficionado a escuchar a muy alta presión sonora, pero el tamaño de mi sala ha sido un escollo para estas pequeñas –solo en tamaño– cajas acústicas. A pesar de eso, su capacidad puedo certificarla, llenando de música un espacio excesivo para ellas y proporcionando muchas horas de satisfacción.
