DUO CLAVIER : Paolo Dirani & Mauro Landi
SRCD 3004 Fonè
M. Ravel: Ma mère l’Oye
G. Bizet: Jeux d’enfants
C. Debussy: Petite Suite
G. Faurè: Dolly
Pequeñas historias a cuatro manos
El Duo Clavier nos presenta un programa con acento francés. Un CD compuesto por pequeñas obras de piano a cuatro manos, que nos acercarán el lado más personal de cada uno de los autores. Paolo Dirani y Mauro Landi fundaron el Duo Clavier en 1989 realizando diferentes grabaciones en exclusiva para el sello Fonè, y destacando las integrales de Beethoven y Schumann siempre para piano a cuatro manos, así como del repertorio italiano (Rossini, Busoni o Donizetti). Se trata de obras poco conocidas dentro del repertorio pianístico, que harán las delicias de los aficionados a este instrumento.
La primera obra es la más conocida de todas, Ma mère l’oye de Ravel, compuesta originalmente para piano a cuatro manos en 1908, posteriormente fue orquestada en 1911 por el propio compositor y un año más tarde la convirtió en un ballet añadiéndole un preludio y una danza. La obra lleva el subtítulo de “cinco piezas infantiles” y fue dedicada a los niños Mimie e Jean Godebski, quienes estrenaron la obra en 1910. Ravel eligió cinco cuentos de Perrault , la Condesa Marie d’Aulnoy y Jeanne-Marie Leprince a los cuales dotó de una música maravillosa. Ciertamente esta obra tiene la capacidad de trasladarnos a otro mundo, un mundo íntimo, añorado y lejano. Algo ya pasado y que ahora sentimos con cierta nostalgia. El Duo Clavier construye ante nosotros una serie de pequeños recuerdos, esculpidos con una delicadeza envidiable, verdaderos castillos de naipes de aspecto formidable pero tan livianos que un mero soplido puede destruirlos. En Laideronette, Impératrice des Pagodes el Duo Clavier nos introduce en ese mundo de fantasía, de suaves ritmos, de lento avance, donde las notas más agudas nos recuerdan los juegos, aquel tiempo libre de preocupaciones en el que cualquier cosa imaginable era posible. En Le jardin féerique, uno de los números más logrados, el sentimiento se encuentra a flor de piel, un momento realmente bello, de ensueño.
Quizá con Bizet y sus Jeux d’Enfants, se cambie esa visión intimista por otra de demostración, de invención armónica. La descripción musical de los diferentes juegos sirve de excusa al autor para demostrar su capacidad narrativa. Muy destacable dentro de esta serie de miniaturas, Trompette et tambour, un fragmento de apenas dos minutos que sorprende por su ritmo irónico e incesante que viene como anillo al dedo al Duo Clavier para demostrar su afinidad frente al teclado, haciendo gala de una brillantísima técnica pianística. También en Le bal, más conocida por ser utilizada en una sintonía radiofónica.
En Petit Suite Debussy nos ofrece una colección de piezas de carácter distinto, formada por cuatro números de pequeñas dimensiones: En bateu, Cortège, Menuet y Ballet. Estrenada en 1989 se trata de una pieza que gozó de gran aprecio por parte del compositor y que posteriormente fue orquestada por su amigo Henri Büsser. En el primer número un suave y embriagador ritmo nos sugiere una y otra vez el movimiento del agua, sobre la cual flota una dulce melodía llena de nostalgia. Le sigue un cortejo elegante y pomposo con inesperadas modulaciones y gran riqueza armónica, a continuación la simple elegancia del Menuet al estilo de los tiempos pasados, y cierra la obra la frescura del Ballet, una conmemoración de los grandes ballets de Delibes, timbres matizados e interrogantes armónicos interrumpen constantemente la incesante marcha.
Finalmente la más desconocida de todas, Dolly Suite de Gabriel Fauré. Escrita entre 1984 y 1987 está compuesta por seis breves piezas dedicadas a Helene, hija de su supuesta amante Emma Bardac. Los diferentes números están dedicados a los aniversarios de la niña o a momentos concretos de la vida de Dolly, algunos de estos fragmentos son adaptaciones de obras anteriores y otras de nueva creación. Quizá los más conocidos son Berceuse, Le jardin de Dolly y Tendresse, todos ellos de gran belleza repletos innovaciones armónicas y melódicas que nos recuerdan a sus conocidos nocturnos.
Como siempre, es muy destacable la naturalidad de las grabaciones Fonè, realizadas con micrófonos a válvulas Neumann U47, U48 y M49. Grabación realizada entre 2006 y 2007 en el Teatro Rossini de Lugo en la Romaña italiana, pues para Giulio Cesare Ricci es vital que la toma de sonido se ambiente en el lugar donde se interpreta la música, villas, iglesias, auditorios, teatros, nunca en estudio.
Calidad Artística: 8
Calidad de Sonido: 9
