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Un “tres en uno” genial

Cuatro años después de nuestro anterior “encuentro” (enlace a https://hifilivemagazine.com/audio-alchemy-ddp-1-ps-5-2/  ) cuando probamos el convertidor DAC (y previo) Audio Alchemy DDP-1 en 2015, volvemos a tener la oportunidad de probar un aparato concebido por Peter Madnick, el genio que en su día estuvo detrás de esta marca en la década de los años 1990, posteriormente en Perpetual Technologies, antes de revivir la marca original (y en paralelo a su aventura más High-End con Constellation Audio). 

Esta vez sin embargo, aunque el técnico que está detrás del producto es el mismo, la marca cambia: ELAC. Este fabricante alemán, originalmente de altavoces y con 90 años de historia, decidió en 2017 que necesitaba una línea de electrónicas buenas, bonitas y baratas, y decidió que Audio Alchemy tenía lo que necesitaban. En la dirección de ELAC está otro conocido técnico, Andrew Jones (ex-TAD, Pioneer o KEF), seguramente pesó en la decisión de fichar a Madnick y comprar su marca y tecnología… Tenían claro qué necesitaban: electrónicas como cité antes de calidad, pero económicas y de prestaciones punteras. La bandera de Audio Alchemy, precisamente. Sus tres productos ahora mismo son un previo de fono (que no probamos), un amplificador (más bien etapa de potencia con dos entradas y ganancia ajustable), y por último pero gran protagonista de la gama, y de esta prueba, el ELAC-Alchemy DDP-2. Este aparato es a la vez previo analógico, DAC y reproductor en red. Su PVP apenas supera los 2.500 euros y sus prestaciones veremos que apuntan muy alto.

Descripción

La antigua obsesión de Madnick por tener la mejor alimentación posible, pero alejada del aparato que alimenta, le llevó siempre a ofrecer aparatos de tamaños compactos, con múltiples chasis o cajas, que se multiplicaban cuando incorporabas “upgrades”. Eso ha dejado paso aquí a un más práctico chasis único: el DDP-2 como sus hermanos es un aparato de ancho completo (44 cm) y bastante profundidad (38 cm) pero poca altura (5 cm). Al sacarlo de su embalaje, los más de seis kilos ya dejan claro que no es un chasis vacío: la tradición se mantiene, aunque sea sin “cajitas”, y una vez abierta la tapa de este ELAC-Alchemy observamos una trabajada alimentación con dos partes bien diferenciadas. Hay una fuente conmutada de calidad que alimenta toda la sección digital, y una fuente lineal con un buen transformador toroidal para la sección analógica.

Dentro del amplio y esbelto chasis hay espacio para dos grandes placas: la digital contiene los chips de recepción y procesado de señales de ese tipo. Además de una entrada Ethernet para la reproducción de archivos o recepción de servicios musicales, el Alchemy DDP-2 tiene dos entradas ópticas, dos coaxiales, una AES/EBU balanceada, una USB, y dos I2S (en formato HDMI y DIN) dedicadas a los (pocos) transportes digitales con esas salidas… pero que son la apuesta personal de Madnick desde hace mucho para optimizar la integridad de la señal digital, evitando el formato estándar SPDIF (en I2S se transmiten por separado las señales y el reloj, que se combinan en el SPDIF). De las entradas convencionales se encarga un chip AKM AK4115, y todas llevan un transformador miniatura de aislamiento, además de relojes de alta precisión al lado del chip de procesado. Y nos falta otra entrada digital que no se ve: un receptor Bluetooth interno para enviar música fácilmente desde móviles o tabletas por ejemplo. Por cierto, también tiene receptor Wifi, si no podemos acceder por cable a la red (recomendamos la conexión por cable siempre). Como vemos, ya como “streamer” y DAC el aparato destaca por su versatilidad.

Pero hay más: la otra gran placa contienen los circuitos analógicos, su parte de previo. De una parte está la sección de salida del DAC interno, dos chips AKM 4493EQ usados en modo doble-mono balanceado. Esa sección analógica usa transistores FET discretos de tamaño estándar (no chips operacionales ni transistores SMD) con marcas de pintura que delatan su selección cuidadosa para su destino. Eso se repite en la parte de salida del aparato, con otras cuatro parejas de transistores FET emparejados, y con salida directa sin condensadores de desacoplo (pero con control DC servo para evitar que aparezca corriente continua por sus salidas, que amplificada podría dañar altavoces). La parte de previo tiene una entrada balanceada y dos RCA, y tres salidas: balanceada y RCA variables, más una RCA fija. La última recibe la señal de la sección analógica de salida del DAC y es digamos algo más “pura”, mientras las variables reciben las señales del DAC (o fuente analógica seleccionada) a través del control de volumen. Este está realizado con dos chips estéreo (uno por canal en modo balanceado) que permiten el preciso ajuste en pasos de 0,5 dB desde cero (-87dB) hasta 99,5 dB (+12dB), lo que nos mostrará la pantalla OLED frontal.

Esa pantalla (algo compacta y sencilla, mejorable) va acompañada delante además de algunos botones de control y un mando giratorio, de una salida de auriculares. Ésta es bastante “seria”, usa un operacional cuádruple OPA4134 seguido de un integrado dedicado (el TPA6120) con amplificación interna capaz de superar 1W de potencia. Describiendo este circuito, la memoria nos traía recuerdos del Audio Alchemy probado anteriormente, y revisando nuestras notas confirmamos que muchas de éstas eran soluciones que ya vimos en aquel aparato (de muy grato recuerdo). La parte de auriculares es idéntica, las entradas digitales usan el mismo chip, los DAC también son AKM aunque de un modelo más moderno y, importante, se usan los mismos transistores FET de salida y el tipo de circuito en la sección analógica y de previo. Y hay algo más en común que no comenté: la sección de filtrado digital, que usa un potente chip Sharc (como los que usan los receptores AV), contiene la “poción mágica” de Peter Madnick afinada en dos décadas de productos digitales: cuatro diferentes filtros digitales, más otras cuatro opciones de esos filtros con la opción “Enhanced” (aumentan la resolución) activada, además de un sobremuestreo activable aparte. Todo ello fácilmente seleccionable desde el mando a distancia sobre la marcha, para elegir a oído.

 

A prueba

En cuanto a la instalación y uso, está todo bastante claro y usamos el ELAC-Alchemy tanto como previo, como en su función de fuente pura. Al carecer de Roon no pudimos aprovechar las ventajas que esa configuración permite (el DDP-2 es Roon Ready) pero sí comprobamos que es un buen receptor Bluetooth (con las limitaciones de ese modo de transmisión, que comprime la música) y un buen “streamer” usando programas como Bubble UpnP o Mconnect, nuestros dos favoritos. Echamos de menos poder usar otros, como las aplicaciones propias de Linn o Lumin, o el acceso directo a su IP (que sólo permite acceder a una página básica para confirmar el firmware y actualizarlo). En ese sentido este aparato puede y debe mejorar un poco, pero es algo fácil a través de actualizaciones, y por ejemplo sí teníamos Spotify Connect, que facilita mucho el uso de esa plataforma (anteriores versiones del aparato no lo tenían activado), mientras MQA (la versión HD de Tidal) llegará pronto, dicen.

Recordaba cuánto me gustó el Audio Alchemy DDP-1 “original” y revisar la prueba que escribí me confirmó las sensaciones que me quedaron en la memoria. Parece mentira que haga cuatro años (el tiempo se acelera cuanto mayor se hace uno…) y también me sorprende descubrir cuánto han cambiado algunas cosas en ese tiempo, pero hay una que se mantiene: tengo que mantener a Madnick entre mis técnicos favoritos porque sabe diseñar y rematar productos que suenan muy bien, y a precios buenos. Nada más llegarme el ELAC y tras las fotos y revisión interior de rigor, lo conecté al equipo del sótano (donde ahora suenan las grandes Legacy Focus) y lo dejé sonando para añadirle horas, por si acaso andaba escaso de rodaje. Un rápido repaso a las opciones de filtrado digital me devolvieron donde me quedé en su día con el DDP-1: el filtro “4” (tipo apodizing, de fase mínima y corte suave), dándole a esta fuente digital un sabor analógico, una densidad musical, un timbre realista y tirando a cálido, que no he encontrado en otras.

El tema de los filtros puede apabullar un poco de entrada, porque tenemos nada menos que ocho posibilidades (filtro 1 al 4 y cada uno con o sin “enhanced”) a las que multiplicar si activamos o no el sobremuestreo, es decir, en teoría hasta 16 opciones a comparar (o con las que volverse loco). En general estas opciones en otros aparatos me han parecido siempre muy sutiles en cuanto a cómo cambian el sonido, y en el Alchemy lo cierto es que los filtros 2 (fase lineal con corte suave) y 3 (fase mínima con corte brusco) me sonaron en diferentes sistemas similares. Me llamaron más la atención el filtro 1 (fase lineal con corte brusco, es decir un filtrado digital tradicional) y sobre todo el ya citado 4 (fase mínima y corte suave, es decir “apodising” a la última). El primero parecía dar algo de chispa al sonido, bienvenida con música rítmica o rock por ejemplo, mientras el segundo dejaba el sonido más “redondo” con esa sensación más musical y analógica que comentaba antes. Activar la mejora de resolución (“enhanced”) parecía tener poco efecto en los filtros 1 al 3, pero en escucha a largo plazo parecía potenciar ese efecto del filtro 4, así que la mayor parte del tiempo disfruté (más que escuché) el Alchemy en modo “F4 ENH”, tal como lo muestra la pantalla. Activar el sobremuestro (aparece la frecuencia seguida de un signo positivo, es decir “44.1+” por ejemplo) en cambio no me pareció que mejorara la calidad subjetiva en ese caso (filtro 4) pero sí algo con el 1…

Repasemos este galimatías: ¿he conseguido confundir bastante? No era el objetivo: en general, para mi gusto y en mis equipos, el Alchemy podría venir de serie con el filtro 4 y la mejora de resolución activada, pero sin sobremuestreo, y sería muy disfrutable sin tocar nada. Para música digamos marchosa (rock pero también sinfónica) y si a nuestro equipo le viene bien algo más de chispa dinámica, el filtro 1 (sin “enhanced” pero quizás sí con “upsampling”) sería seguramente el elegido. La buena noticia es que siempre suena muy bien, y que esos pequeños retoques solo modifican sutilmente el perfil de forma que permiten dejar el sistema “redondo” como quizás podría hacerse en otros aparatos jugando con cables de diferentes “sabores”. 

Vamos a ver algunos ejemplos prácticos: primeras pruebas, en mi equipo del sótano, con las cajas Legacy Audio Focus, dos tremendas columnas “armadas” con dos woofer de 12 pulgadas cada una, y etapas Hypex Nc400. Esas cajas, con esas etapas, tienen una capacidad dinámica tremenda y un timbre muy neutral, muy correcto, pero que con cierta música (voces) agradece cierto toque “humano” que suelo conseguir gracias al previo que uso (MF Audio pasivo de transformadores bobinados en cobre) o/y mi DAC (Meridian 568 con un filtro “apodising” cargado). El cambio de ese previo y DAC por el Alchemy DDP-2 no solo no alteró ese equilibrio, sino que lo inclinó más hacia ese lado humano y musical, sobre todo usando el filtro 4. Con el filtro 1, la diferencia era sutil pero al cabo de un rato estabas pensando en sustituir las etapas Hypex por algo con válvulas: algo en el cerebro te decía que necesitabas un punto menos de neutralidad, de análisis o de “viveza”. Tres clics en el mando a distancia bastaban para que el cerebro se relajara de nuevo, dejándote sumergir en la música con plena satisfacción, al volver al filtro 4. ¡Fácil!

El sonido de este sistema en el amplio sótano es como decía muy completo, con un grave que al no ser nada tímido compensa la superficie y cantidad de absorción presentes, y unos medios y agudos detallados pero nada molestos. La escena es grandiosa y profunda, no muy alta porque el techo está a solo dos metros, y el Alchemy no sólo “llenaba” esa escena de extremo a extremo sino que sobre todo la hacía densa, realista, como consiguen las fuentes analógicas cuando están bien ajustadas. A veces uso estas cajas con amplificación de válvulas (incluso un pequeño integrado con EL84 las mueve bien, perdiendo solo impacto en graves) y el Alchemy me permitió recuperar el placer de escuchar este sistema con arias barrocas, temas de Amy Winehouse, o con voces de jazz como las de Emilie Claire Barlow, Roberta Gambarini, Silvia Pérez-Cruz… una delicia. Por supuesto que con Dire Straits, Pink Floyd, incluso Metallica, la sensación de directo, de marcha, de grave golpeando el pecho, estaba también ahí. El ELAC es capaz de todo.

Cambio de tercio al sistema del salón, con dos monitores Merlin TSM (cajas cerradas con woofer de 6 pulgadas) y amplificador de válvulas (Ars Sonum Gran Filarmonía, con cuatro EL34 por canal). Un sistema delicioso, preciso y musical, al que parece imposible hacer sonar “mal” incluso con música mediocremente grabada (últimamente me ha dado por escuchar slam francés… sin comentarios). El grave es ágil y limpio pero la antítesis del de las Legacy del sótano, y destaca cómo reproduce las voces con esa combinación de caja cerrada muy optimizada y válvulas EL34. Pues el ELAC-Alchemy encajó aquí tan bien sino mejor: a través de la salida fija, descubrí que mejoraba un punto más en transparencia y musicalidad. A falta de tener aquél Linn Klimax Katalyst que me maravilló en su día (en mi memoria es la mejor fuente que he tenido en casa) para comparar, este Alchemy DDP-2, con su relativamente modesto precio (diez veces inferior al del Linn) y toda su versatilidad, es la segunda mejor fuente digital que he tenido en mis sistemas. Todo lo bueno escuchado en el sótano se repitió con las Merlin, potenciando aún más su musicalidad, ese sonido preciso y detallado (digital) pero con calidez. Me llamó la atención en este caso que la parte de previo no genera ningún ruido audible, algo que con las Hypex es normal pero con válvulas no siempre. Aquí aproveché para probar la sección DAC y el previo independientemente, y la buena noticia es que siempre tenemos el mismo resultado: ese sonido preciso, analógico y musical tan seductor. De hecho, para navegar por temas de Tidal me resultaba más sencillo usar un Lumin como transporte digital que el Alchemy, mientras que en Spotify el Alchemy funciona perfecto, y alternaba uno y otro sin apreciar más diferencias que las nativas de ambos servicios. No ha habido momento escuchando este aparato que no lo haya disfrutado, la verdad.

Conclusión

Este ELAC-Alchemy DDP-2 es, sin rodeos, una “compra maestra”. Por un precio muy razonable tenemos tres aparatos en uno: reproductor en red, DAC y previo. Aunque solo lo usemos como reproductor en red y DAC, habrá pagado con creces su precio: el sonido que ofrece rivaliza con el de reproductores que multiplican su precio. Es dinámico, preciso, musical, natural… lo tiene todo, la verdad, se adapta a cualquier tipo de música y a cualquier sistema. Necesita algún retoque en usabilidad, fácil vía actualización o usando Roon (que nos queda como asignatura pendiente), y aunque su chasis o pantalla no sean los más seductores del mundo… su sonido, su música, sí lo es. Totalmente recomendado. 

Puntos destacados

+ Sonido como el de fuentes digitales de alto nivel

+ Perfil adaptable al gusto o sistema

+ Gran versatilidad (entradas digitales y analógicas)

+ Mando a distancia y pantalla

+ Buena compatibilidad (Spotify, Tidal, Airplay, Roon…)

+ Precio

– Sin una aplicación “para todo”

PVP: 2.599 euros

Distribuye Ultimate Audio

FICHA TÉCNICA

Reproductor digital en red compatible DLNA (UPnP), convertidor DAC y previo analógico balanceado. Formatos admitidos: PCM (hasta 385 kHz), DSD, DoP, Roon Ready, Spotify Connect, AirPlay, Tidal (MQA próximamente). Entradas digitales: SPDIF (dos coaxiales RCA y dos ópticas), AES/EBU (XLR), USB, I2S (HDMI y DIN-Alchemy), más la entrada Ethernet, WiFi y Bluetooth. Entrada analógica XLR, 2 entradas analógicas RCA (impedancia 18kOhm). Salidas analógicas: XLR y RCA (nivel fijo o ajustable), auriculares (frontal). Relación señal/ruido mejor que 110 dB, salida máxima 10V RMS, ganancia 12 dB. Dimensiones (ancho x profundo x alto) 445 x 380 x 50 mm. Peso: 6,35 kgr. 

EQUIPO UTILIZADO PARA LA PRUEBA

Cajas acústicas

  • Legacy Audio Focus
  • Merlin TSM

Amplificación

  • Hypex Ncore (etapas monofónicas)
  • Ars Sonum Gran Filarmonía (integrado estéreo válvulas)

Fuentes

  • Lumin T2 (como fuente digital)
  • Meridian 568.2mm (DAC y previo/procesador AV)

Cableado

  • Nordost, Naim

 

 

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