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Franz Schubert «Fantasie C-Dur Rondoh-Moll Sonate A-Dur»

Carolin Widmann Alexander Lonquich ECM 2012.

Exquisita música de cámara vienesa.

Dice Harnoncourt en su libro “La música es más que las palabras” (Edit. Paidós), que es hermoso todo lo que es verdadero. Lo que nos transmite un contenido, y cuando nos transmite ese contenido de forma más verdadera, y más directa, tanto más hermoso es.

Bajo esta premisa les invito  a que escuchen estas  tres obras de Schubert, interpretadas por la violinista Carolin Widman y  el pianista Alexander Lonquich. La música se Schubert es una música conmovedora, propia de alguien que es capaz de expresar de forma tan directa  e intensa sentimientos dramáticos que de vez en cuando se llenan de destellos de luz, y que siempre me ha arrastrado consigo desde que escuché sus sinfonía “la Inacabada”. La  grabación de ECM del ”viénes por excelencia” incluye tres piezas de diferentes momentos de la vida de Schubert. Comienza la grabación con la «Fantasía en Do Mayor » (1827), una pieza de cinco secciones para piano y violín. Seguida  por las dos partes del «Rondo h-Moll,» (1826), y finalmente la primera cronológicamente hablando- «Sonate Un Dur-» (1817). Interesante este orden inverso para apreciar la evolución en la manera de expresarse del compositor.

Carolin Widmann

La Fantasía en Do Mayor  para violín y piano D.934, es una obra escrita en el último año de la corta vida del compositor y refleja las exigencias melódicas (a la manera gitana) del público vienés de la época, que dicho sea de paso, tampoco apreció en este caso la grandeza de su música. La obra, dividida en cinco movimientos abre con el Adagio, que ya sorprende con sonidos y expresiones de la música gitana tradicional, y  con las figuras y piruetas del violín  alrededor del piano. Las armonías son vibrantes y complejas, sorpresivos los cambios armónicos, elegantes, maravillosos.

La segunda de las obras, el «Rondo» es una excelente oportunidad de conocer  a estos dos intérpretes en un mano a mano, especialmente en la parte de Allegro, que es la pieza más larga del disco con once minutos.

Alexander Lonquich

La «Sonata para violín cierra la grabación. Schubert tenía 20 años cuando la escribió, y mientras que los críticos suelen citar a Beethoven como su principal influencia, no quepa la menor duda de que esto es Schubert al cien por cien. Se aprecia el virtuosismo de Carolin Widmann, mientras que el papel de Alexander Lonquich, a diferencia de la Fantasía donde tomaba más protagonismo, aquí va más en la línea del acompañamiento.

Nos quitamos el sombrero ante el sonido de ambos instrumentos, su calidad tímbrica excelente, así que si los ingenieros siempre se portaran como los de ECM para esta colección de clásicos: ¡larga vida al cd!

Calidad Artística: 9

Calidad Musical: 10

 

 

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