Publicidad

Amplificador de auriculares híbrido con preamplificador incorporado 

iFi audio iCAN Phantom: único en su especie

“Desaparezca en la música”/”Desaparece en la música.”. Así presenta la británica iFi audio el que sin duda es uno de sus productos más rompedores -si no el que más- hasta la fecha: un amplificador de auriculares ultracompacto de muy altas prestaciones que puede con absolutamente todo lo que se le ponga por delante y por lo tanto también con los habitualmente complejos -y siempre muy exigentes en términos de alimentación- diseños electrostáticos, aprovechando en este caso el saber hacer tecnológico que hizo posible el “energizador” iPro ESL de la innovadora marca británica. No en vano la palabra “Phantom” que forma parte de su nombre es un guiño a algunos de los vehículos más exclusivos de la historia, de origen Rolls-Royce para ser exactos, y puesto que la experiencia nos ha demostrado que iFi audio nunca va de farol en sus realizaciones parece lógico pensar que el protagonista de las líneas que siguen estará a la altura de sus aspiraciones. Y así es, por supuesto: con una estética que no deja indiferente, una concepción circuital que rompe esquemas en múltiples aspectos, una calidad de fabricación sencillamente espectacular y unas especificaciones técnicas deslumbrantes, todo ello en el contexto “filosófico” del High End más genuino y por tanto de búsqueda innegociable de la máxima musicalidad, el iCAN Phantom es ahora mismo no sólo el producto de su clase más versátil del mercado sino que también está destinado a convertirse en un clásico como consecuencia de su “alma” 100% analógica.

La modernidad extrema de la estética del iCAN Phantom corre pareja con una concepción 100% analógica (y por lo tanto sin DAC’s susceptibles de ser superados más pronto que tarde) y 100% audiófila que lo hace extraordinariamente atractivo.

Amplificador de auriculares: un producto imprescindible si se aspira a lo máximo

Antes de entrar en materia, les diré que ahora mismo corren por casa dos auriculares: unos Stax Lambda Signature con más de 30 años a cuestas y unos Sony MDR-Z1R. Los primeros, electrostáticos, están acompañados de su inseparable “energizador”, léase amplificador dedicado, SRM-T1 de la propia Stax, basado en válvulas de vacío -triodos para ser exactos- y que, como consecuencia de la tecnología empleada por los diseños en cuestión, en fundamental para que puedan funcionar. El SRM-T1 era, cuando lo compré, lo mejor de lo mejor dentro de las realizaciones de su clase, y aunque con el paso de los años Stax -que, por cierto, acaba de celebrar nada menos que el 85º aniversario de su fundación- se ha empleado a fondo para superarlo, sigue siendo una electrónica extraordinariamente musical. Más “mundanos”, aunque igualmente excelentes -sin llegar a la excepcionalidad de los Lambda Signature en resolución de las zonas media y alta del espectro- son los Sony, de tipo electrodinámico y cuyo combinado de impedancia (64 ohmios a 1 kHz) y sensibilidad (100 dB/mW) los hace teóricamente “fáciles” de atacar. Y ahí es donde llegamos al “leimotiv” del presente artículo: ¿cuándo se necesita un amplificador externo para que unos auriculares electrodinámicos o “planar” den lo mejor de sí?

Antes de proseguir, se impone una puntualización que de hecho es el sustento teórico que hay detrás de la electrónica en cuestión: la inmensa mayoría de salidas de auriculares que se pueden encontrar en amplificadores integrados, preamplificadores y no pocas fuentes (casi todas digitales) están pensadas para “cumplir”, léase dar unos mínimos que permiten obtener unos resultados decentes, por lo menos con modelos de impedancia inferior a 100 ohmios. He dicho “inmensa mayoría” porque, obviamente, hay excepciones: una de ellas la encontramos en mi veteranísimo (vio la luz en 1991) y exclusivísimo (sólo se fabricaron 25 unidades con alimentación a 230 V de un total de 200) preamplificador (estereofónico) con fuente de alimentación separada TA-ER1 de la japonesa Sony, que al haber visto la luz en paralelo con los míticos auriculares MDR-R10 de la misma marca incorporaba una circuitería de amplificación en consonancia. 

Volviendo a lo que nos interesa: ¿por qué un amplificador de auriculares? Muy fácil: por la misma razón por la que un amplificador que vaya sobrado de potencia y posea una buena capacidad dinámica y de entrega de corriente es la garantía definitiva de que las cajas acústicas que le asociemos rindan al 100% de sus posibilidades. Esto nos lleva a una reflexión que probablemente muchos aficionados no tienen en cuenta: la condición de los auriculares como cajas acústicas en miniatura, a escala (de ahí que la japonesa denomine “earspeakers” a sus modelos equipados con paneles electrostáticos) pero cajas acústicas al fin y al cabo, lo que significa que ambos tipos de producto forman parte del mismo ecosistema conceptual y el enfoque a dar a las pertinentes electrónicas de ataque no deja de ser muy similar.

Un salto cuántico en saber hacer tecnológico de una marca rompedora

Es el iCAN Phantom uno de esos productos con los que uno disfruta a medida que va descubriendo la pasión y el perfeccionismo que anima a quienes lo han puesto a punto, cualidades ambas que a la postre acaban siendo contagiosas. Como siempre, en la ficha técnica que figura al final del presente análisis se intenta proporcionar detalles en abundancia que faciliten la descripción general del producto. Sobra decir que también el sitio web de nuestro invitado (https://ifi-audio.com/products/ican-phantom/) es pródigo en información, a la vez que a quienes quieran ir todavía más lejos les animo fervorosamente a que echen un vistazo a las espléndidas páginas (26 a 31, ambas inclusive) del pertinente manual de instrucciones (https://ifi-audio.com/wp-content/uploads/2023/08/iCAN-Phantom-User-Manual_Ver0.034_ok.pdf) dedicadas a explicar la tecnología que hay detrás de una electrónica en la que todo, absolutamente todo, ha sido pensado en términos de excelencia.

Analizando el catálogo de iFi audio con la debida calma, resulta fácil llegar a la conclusión de que el protagonista del presente banco de pruebas viene a ser el fruto de la fusión entre el amplificador de auriculares analógico con preamplificador incorporado Pro iCAN Signature y el “energizador” para auriculares electrostáticos (también compatible con modelos electrodinámicos y “planar”) iPro ESL, este último descrito por la compañía británica como el “Equivalente en audio de un motor Porsche para auriculares de referencia”. En ambos casos se trata de productos emblemáticos dentro de sus respectivas categorías como consecuencia de la originalidad y sofisticación del extremadamente trabajado “pack” de recursos en topología circuital y componentes que albergan en su interior, un “pack” que, huelga decirlo, ha sido ampliamente reconocido por algunas de las publicaciones especializadas más reputadas del mundo. A la vista de tanta excelencia, parece sensato pensar que para “unificarla” se tenía que ir más allá del simple “copiar y pegar”, y así fue porque el iFi iCAN Phantom es definido sin paliativos como un producto de referencia y la realidad lo confirma de modo inapelable.

La excelente calidad de fabricación del iCAN Phantom es superada por el altísimo grado de elaboración de las soluciones de ingeniería empleadas y el purismo en la selección de los componentes empleados para ejecutarlas.

Dicho lo anterior: ¿por dónde empezar? En mi opinión, y sin que ello pretenda ser ninguna jerarquía/escala de preferencias, por un elemento fundamental de cara a lo que busca todo amante del sonido absoluto que se precie en un producto del máximo nivel: la musicalidad. Ya les adelanto que a medida que leía la documentación a la que antes hacía referencia iba alucinando con el nivel de detalle con la que iFi audio cuenta las particularidades de nuestro invitado. Así, lo primero que hay que saber es no sólo que tenemos una arquitectura híbrida sino que podemos ajustar la configuración de la misma, trabajando en todo momento en Clase A pura, en tres modos: Solid State, Tube y Tube+. Ello es posible gracias a la existencia de dos etapas de entrada ejecutadas con componentes discretos completamente separadas entre sí -y que el usuario puede intercambiar en tiempo real- con el objetivo de minimizar los trayectos de señal y maximizar la pureza del sonido: una 100% a transistores y una 100% a válvulas. La primera de ella se basa en J-FET mientras que la segunda está centrada en torno a dos dispositivos de vacío General Electric NOS 5670 (una variante premium de los populares dobles triodos 6922 procedente de “stocks” antiguos en perfecto estado de revista) seleccionados a mano y emparejados por ordenador. 

Resulta al respecto interesante conocer el por qué, la justificación, de la existencia de dos modos de salida a válvulas en el iCAN Phantom, que iFi audio explica en los siguientes términos: el modo Tube+ minimiza la ganancia de bucle global y la tasa de realimentación negativa empleada en el modo Tube, aportando de este modo un balance diferente entre los armónicos naturales de las válvulas y la respuesta a los transitorios de las mismas. Pero la excelencia de los dispositivos no lleva necesariamente a la excelencia en musicalidad si no añadimos a la ecuación otra “excelencia”: la de la topología, léase la organización física, de los circuitos que los albergan. Y allí llegamos a otro clásico del High End moderno: la configuración balanceada “full”, es decir completamente diferencial desde la entrada hasta la salida (habitual en, por ejemplo, la inmensa mayoría de amplificadores puestos a punto por el legendario Dan D’Agostino, sin ir más lejos) con el fin de minimizar el ruido y la diafonía (interferencia entre canales) y minimizar de este modo la pureza de la señal musical. Esto significa que además de tener una separación entre canales perfecta, en cada canal hay circuitos separados para dos señales de igual amplitud pero polaridades opuestas (positiva y negativa), lo que comporta un total de cuatro circuitos de amplificación -amén de un potenciómetro de volumen en consonancia que en el caso que nos ocupa es un diseño motorizado hecho a medida por la reputada firma japonesa ALPS- y por lo tanto un sensible “plus” de complejidad y precio. ¿La recompensa? Un silencio brutal y una gama dinámica en consonancia, amén de una espacialidad superior. 

Sobra decir que el subsistema de alimentación de nuestro invitado está a la altura de sus aspiraciones, sobresaliendo del mismo un sofisticado transformador de tipo PPCT (“Pinstripe Permalloy Core Transformer”) hecho a medida que combina un núcleo híbrido de G.O.S.S./Mu-Metal y un devanado multisección para ofrecer a partes iguales una banda pasante muy amplia, una distorsión extremadamente baja y una linealidad virtualmente perfecta. Esto nos permite conectar con la que sin duda es una de las aportaciones conceptuales más relevantes del iCAN Phantom: el subsistema de “energización” para auriculares electrostáticos. La clave es una fuente de alimentación a baterías de tipo capacitivo desarrollada originalmente para el antes mencionado “energizador” Pro iESL y que en vez de utilizar un circuito elevador conmutado alimentado por la señal procedente de la red eléctrica recurre a una generosa batería formada por condensadores de película de 1.000 V cargados por dicha señal. Esta solución permite a nuestro invitado entregar una señal continua totalmente pura y por lo tanto libre de posibles ruidos asociados a la corriente alterna y a circuitos de conmutación que es en definitiva lo que necesitan unos buenos auriculares electrostáticos para rendir al máximo de su potencial.

Una de las características más “pijas” y singulares del iFi audio es el conjunto de tarjetas dedicadas para optimizar la polarización -bias- de un muy completo repertorio de modelos de auriculares electrostáticos.

La guinda en el ámbito práctico la ponen seis pequeñas tarjetas que se “cargan” en una ranura del panel frontal cuyo valor se adapta a las tensiones de trabajo -continuas, por supuesto- de modelos “Custom/Pro”: 500 V (Sennheiser Orpheus HE-90, Monoprice Monolith Electrostatic), 540 V (Sennheiser HE-60, King Sound KS-H2/3/4), 580 V (Stax Pro Bias ESHP, Audeze CRBN, Nectar HiveX, Muamp, Dan Clark Audio VOCE), 600 V (Koss ESP/950 y DROP Koss ESP/95X, HIFIMAN Jade), 620 V (HIFIMAN Shangri-La/Shangri-La jr/Jade II) y 640V Sennheiser HE 1, HIFIMAN Shangri-La/Shangri-La jr/Jade II, Phenomenon Libratum/Canorum). Por su parte, los modelos “Normal” se conectan a una toma dedicada que suministra una tensión de polarización de 230 V continuos.

Como pueden observar en la ficha técnica, el iCAN Phantom es una verdadera “bestia” en términos de potencia de salida, lo que lo faculta para excitar con holgura hasta el más “cabrón” de los auriculares, sea del tipo que sea. Hay además un par de funcionalidades que pueden resultar interesantes para según qué usuarios y/o en que según qué condiciones de escucha: el “espacializador”, léase expansor de la escena sonora de grabaciones cuya mezcla se realizó con auriculares, X-Space, y el “corrector no invasivo” -posiciones 10 Hz, 20 Hz y 40 Hz- de la respuesta en graves XBass.

Un sonido fabulosamente enérgico rebosante de transparencia

He de reconocer que nuestro invitado me resultó especialmente seductor, hasta el punto de que lo evalué en dos sesiones. La primera fue en Barcelona utilizando como fuente un “streamer” de Naim Audio, unos auriculares electrodinámicos Sennheiser HD 800 S y unos electrostáticos Stax SR-009S mientras que la segunda tuvo lugar en mi casa, en este caso con el “superconjunto” de lectura digital (CD+SACD) Esoteric P-01+D-01 (x2)+G-0 Rb como fuente (reconozco que me quedé con las ganas de escuchar unos cuantos vinilos pero resulta que mi giradiscos está “de baja por mantenimiento”) y en el caso de los auriculares los anteriormente citados Sony MDR-Z1R en el “bando” electrodinámico y Stax Lambda Signature en el electrostático.

Vayamos por pasos, empezando por lo cuantitativo. Y aquí hay que reconocer que, como les adelantaba, el iFi audio es brutal en su reserva de potencia, especialmente con los modelos “no electrostáticos”. De hecho, los Sennheiser mencionados tienen una impedancia de 300 ohmios, un valor que en teoría los hace “difíciles” de atacar si no hay un buen músculo detrás. Es más: incluso con la ganancia situada en 0 dB, es decir ganancia unitaria, van más que sobrados mientras que con 9 dB hay que “aflojar” directamente. ¡Y no les digo ya con los Sony, cuya impedancia es mucho menor! Harina de otro costal es la parte electrostática, que pese dar sus buenos decibelios va algo más “justa” con los dos Stax mencionados, ambos con “bias” Custom/Pro y la tarjetita de 580 V continuos colocada en la pertinente ranura frontal del iCAN Phantom.

Pasando a la calidad sonora, es interesante aquí “jugar” con los modos de funcionamiento “Solid State” y Tube (recordemos que en este caso hay 2 opciones), ambos extremadamente musicales pese a presentar diferencias sutiles en función de la grabación reproducida. Y si digo “sutiles” es porque en el ámbito del estado sólido los transistores de efecto de campo (FET) y sus variantes son lo más parecido que hay a las válvulas de vacío. Así, durante mi sesión “barcelonesa”, el celebérrimo “No Sanctuary Here” de Chris Jones sonó con una transparencia extraordinaria, aunque con algo más de calidez en los modelos electrostáticos y una pegada en graves demencial con los electrodinámicos. Misma percepción con el tema “Differently”, de Marian Hill, cuya contundente zona baja del espectro exhibía tal pegada que daba la impresión de que los transductores de nuestros auriculares iban a desintegrarse.

El comportamiento “en combate” refleja la condición de genuino todoterreno de un producto que ejemplifica la pasión y el saber hacer de una marca que no deja de sorprender.

En cuanto a precisión tonal, no se puede negar que el iFi audio es una electrónica magnífica en la que la coloración brilla por su ausencia como consecuencia de una concepción eminentemente purista en la que se ha cuidado muy especialmente la calidad de los componentes. Por lo que respecta a mi sesión de escucha “doméstica”, escuché algunos de mis temas clásicos, empezando por “Willow weep for me”, “Water of Love”, “Six Blade Knife” y el legendario “Sultans of Swing” de la remasterización en DSD del fabuloso primer álbum de los Dire Straits, seguido del magnífico “There’ll Be Some Changes Made” de “A Tribute To Ethel Waters”, un álbum protagonizado por la poderosa voz de Diahann Carroll acompañada por la Duke Ellington Orchestra bajo la dirección de Mercer Ellington, y finalizando con al atemporal -y, para mi gusto, insuperable en algunos aspectos- “Concierto en Año Nuevo de 1987” interpretado por la Orquesta Filarmónica de Viena bajo la dirección del mítico Herbert Von Karajan. Aquí, el iCAN Phantom hizo gala de su exquisitez extrema a la hora de analizar microinformaciones con mis hipermusicales y analíticos, aunque limitados en graves, Lambda Signature, mientras que con los Sony tuve la misma sensación de fuerza desbordante y alta precisión tonal que percibí con los Sennheiser HD 800 S. De excelente asimismo hay que calificar la presentación espacial con los cuatro modelos probados, superior en los electrostáticos como consecuencia de la naturaleza de los transductores que incorporan.

Una máquina que merece la más alta de las recomendaciones

Es el protagonista del presente banco de pruebas un producto que a su nivel apenas tiene fallos. Es elegante, está muy bien construido, su versatilidad/polivalencia es extrema (¡y eso que no pude probar el comportamiento del módulo de gestión iNexis y su app asociada!), su ingeniería portentosa y su sonido ultramusical. Cierto es que en lo cuantitativo impresiona más con modelos electrodinámicos y “planar” que con diseños electrostáticos (por lo menos con los que realicé las pruebas de escucha), pero ello no le impide exhibir una relación calidad/precio fantástica dentro de su categoría que lo hace merecedor de la más entusiasta de las recomendaciones.

Características Técnicas

  • Configuración: amplificador de auriculares híbrido (válvulas/transistores) de referencia con preamplificador incorporado.
  • Compatibilidad: todo tipo de auriculares, electrostáticos incluidos (vía tarjetas de polarización –“bias”- dedicadas para modelos concretos). 
  • Modos de funcionamiento disponibles para la sección de salida: Solid State, Tube y Tube+.
  • Respuesta en frecuencia: 0’5-500.000 Hz (puntos de corte a -6 dB).
  • Potencia de salida: mínima garantizada de 15.000 mW sobre 16 ohmios en modo balanceado o 5.760 mW sobre 16 ohmios en modo no balanceado.
  • Tensión de salida: mínima de 27 V sobre 600 ohmios en modo balanceado y de 14 V sobre 600 ohmios en modo no balanceado con auriculares electrodinámicos y “planar”; máxima de 640 V RMS en modo Custom/Pro y de 320 V RMS en modo Normal con auriculares electrostáticos. 
  • Relación señal/ruido: mínima de 145 dB en modo balanceado y de 130 dN en modo no balanceado.  
  • Ganancia (sólo auriculares electrodinámicos y “planar”): 0, 9 y 18 dB (seleccionable por el usuario).
  • Conectividad: entradas de línea balanceadas (1) y no balanceadas (3); salidas de línea balanceadas (1) y no balanceadas (1) salidas de auriculares balanceadas (conectores XLR de 3 y 4 patillas y conector de 4’4 mm) y no balanceadas (conectores de 6’3 mm con fase positiva y fase invertida y de 3’5 mm); salidas para auriculares electrostáticos con conector de 5 patillas “Normal” y “Custom/Pro”. 
  • Dimensiones: 256x120x180 mm (An x Al x P)
  • Peso: 4’2 kg
  • Precio de venta al público recomendado: 3.749 euros
  • Importador: www.decineaudiovideo.com 

 

Comments are closed.