De todas formas, para aquellas personas que descarten como opción de compra las Kiso HB-1 por los motivos antes expuestos, Kiso Acoustic está diseñando unos subwoofers compañeros a estos monitores. Resulta pues una opción muy interesante, poder adquirir estas cajas, y si echamos en falta un poco de empuje por abajo, adquirir posteriormente los citados subs, construidos a medida de las HB-1. En principio y sin escucharlos, yo para mi sala no estaría interesado en adquirirlos. Creo que esta afirmación, establece claramente mi grado de satisfacción con el comportamiento de los graves de las Kiso.
Ese recinto absolutamente musical de las Kiso con su vibración propia, aporta ese grado de calidez y riqueza que todo instrumento musical tiene y nadie puede tachar de engrosado o con una tímbrica demasiado caliente. Es como debe ser, ni más ni menos.
Las voces son embriagadoras, plenas de matices, detalles olvidados, refinadas y con muy buena presencia y grosor. Da igual si escuchamos a Dianne Reeves o a Thomas Quasthoff, pues domina por igual el universo vocal masculino y femenino, y producen tanta adicción su escucha, que consiguen doblegar mi voluntad obligándome a escuchar disco tras disco sin posibilidad de escapatoria alguna.
La escena sonora aparte de detallada y muy informativa tiene unas dimensiones descomunales. No he escuchado en mi sala caja acústica con mayor tamaño escénico, sea cual sea el tamaño de ellas y las vías y drivers que dispongan. Ni siquiera las Genesis 300 que disfruté unos años, con sus seis woofers por canal y sus medios y agudos en configuración dipolo, podían superar a estas miniaturas japonesas, que aparte del sonido emitido por sus drivers, son una fuente omnidireccional de generosas vibraciones que consiguen llenar la sala sin esfuerzo aparente. Ahora, el dibujo escénico no es para nada intrusivo y nunca sentiremos que se nos echa encima molestando nuestro disfrute. La escena está situada desde la posición de las cajas hacia atrás, permitiendo disfrutar del espectáculo, como un buen espectador lo hace en un auditorio o una sala de conciertos.
Por otro lado, la rapidez de las mismas es muy alta al no existir frecuencias graves engrosadas y molestas que ralenticen su rendimiento general. Músicas rock, electrónicas y en general no asociadas como ideales a estas cajas, son reproducidas a la perfección.