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El manejo de todas las funciones de configuración y regulación, tales como selección de fuente, modo de funcionamiento de la amplificación (single-ended o balanced), el control del volumen, incluso el balance de canales, se hace al completo desde el selector digital, y se controla en su totalidad con un único botón, el del volumen. El manejo es muy sencillo, intuitivo y práctico. Se nota que estamos ante una nueva generación de previos de auriculares, en las que se integran las configuraciones clásicas de diseños en su electrónica, junto a las nuevas tecnologías de control. El tiempo dirá si esto es algo bueno o no, ya que, parafraseando al genio, en esto hay alguna diferencia en los autores que de este caso escriben.

Todo este conjunto de características hacen del M2Tech Marley un equipo especial. La calidad es alta y más que aceptable en su sector, y su diseño lo diferencia claramente de prácticamente todas las alternativas. Para empezar, no puede usarse como equipo estacionario. En la mayor parte de los casos sería incómodo o imposible hacerlo por tener las tomas de auriculares en su parte posterior. Basta pensar en la ubicación dentro de un rack junto a otros equipos: sólo sería factible ubicarlo en la balda más alta, donde el acceso a su parte posterior fuese sencilla. Así lo he tenido que usar durante la mayor parte del tiempo. Este punto me sorprendió negativamente al principio. Me pregunté cómo era posible que una razón estética, de minimalismo en el diseño, obligara a una solución así. Pero claro, si el planteamiento es que sea un previo de escritorio, que se sitúa normalmente junto a un portátil, la cosa cambia. El Marley se levanta fácilmente con una mano, y las conexiones en la parte posterior se encuentran de manera fácil como he podido comprobar con el uso. Propuesta extrema, desde luego, y atrevida, pero que sin duda consigue una homogeneidad en el diseño notable, y además logra también reducir el tamaño.

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Precisamente por este reducido tamaño debo hacer referencia a un punto que si bien no considero de vital importancia, debe ser comentado, lo mucho que se calienta con el uso. La rejilla superior no es decorativa, desde luego, ya que cuando permanece encendido más de media hora, se calienta hasta el extremo de que casi llega a quemar con cualquier contacto prolongado. Especialmente al hacer uso de ambos amplificadores conectados a auriculares, o cuando funciona en balanceado. En un equipo que está pensado para ser usado en módulos superpuestos, como puede verse en cualquier fotografía del página oficial de la marca, da qué pensar. Imagino que el amplificador Marley será el componente que más se calienta y deberá ubicarse en la parte superior. No obstante a sus particularidades, derivadas todas del diseño de escritorio, limpio y compacto, podemos afirmar que el equipo cumple perfectamente con los requisitos materiales de su categoría. Sin lujos, pero de manera notable.

Sonido

Llegamos al apartado decisivo. Hay varias cuestiones a la hora de abordar la calidad sonora de un amplificador. Más allá del equilibrio tonal, la dinámica y la fidelidad del sonido, están su potencia, versatilidad y capacidad para mover diferentes auriculares. Se pueden encontrar notables diferencias en todos estos puntos, dependiendo del sistema y los gustos personales. El M2Tech Marley es un equipo totalmente equilibrado en todos y cada uno de estos aspectos. Es un equipo que no deslumbra particularmente en nada, pero que todo lo hace a un nivel muy alto.

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Su perfil tonal es equilibrado, no estamos ante un equipo con un estilo claro y coloreado. No es cálido como puede ser un Rudistor rpx-33, por ejemplo, ni analítico como pueden llegar a mostrarse un HeadAmp GS1 o un SPL Phonitor. Se sitúa en un cómodo lugar central, al estilo tonal de un Lehmann BCL, por ejemplo, o de un Burson Soloist. Pero a diferencia de éste, el Marley apuesta por una presentación más suave y menos directa, un desarrollo escénico algo más refinado, profundo, y una resolución mayor, especialmente en la gama media, que muestra de una forma muy completa y detallada.

Si tuviera que destacar un aspecto, aunque insisto en su equilibrio, sería su capacidad resolutiva. De entrada me pareció más normalito, pero por comparación se impone de forma sorprendente, y rinde cerca del nivel de equipos que rondan precios superiores al suyo, como el caso del Rudistor rpx-33 o el Sugden Masterclass ha4. No afirmo que alcance totalmente su nivel, ya que no desarrolla la apertura escénica del Rudistor ni posee la potencia y pegada del Sugden, sino que en algún aspecto se sorprende uno cuando los compara, dando el Marley la talla de manera sorprendente. Es algo que impresiona a uno mucho más cuando ve el equipo, tan pequeño y aparentemente sencillo, sobre todo comparado con los otros. Y es justo lo que considero su principal virtud. Uno puedo llevar a cualquier parte un equipo semiportátil o de escritorio con un nivel de calidad y fidelidad altísimo.

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