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8 reglas de oro del Hi-End

– ¡Uff, son casi 40 kilos de peso!, espetó el repartidor mientras buscaba en su bolsillo la tablet para firmar.

– Ya veo, ya, es que este hobby es solo para cachas y ricos… bromeaba yo mientras discurría formas de subir esa “mole” a la buhardilla.

– Muy bien tiene que sonar ese aparato para pesar lo que pesa y costar lo que cuesta, comentó mientras subía a su furgoneta.

Arrancó y ser perdió calle abajo como quien prefiere olvidar un mal trago, no creo que sea plato de buen gusto tener un cliente que pone en riesgo tus lumbares. Cerré la puerta y miré fijamente la caja, las palabras del mensajero me hacían replantearme la  misma pregunta: ¿en plena era de reducir tamaño y precio es justificable una compra así?, lo mejor era contestar probando.

Para un servidor, un amplificador HiEnd debe superar con nota 8 reglas de oro que lo presuman como una alternativa perfecta a un nicho tan complicado. Si estos se cumplen con holgada horquilla, el peso no será un problema, al contrario, y el precio en algunos resultará incluso fútil. Lo importante es acercarte al nirvana del audio.

Preparativos

De cara al test se planteó un reto incómodo para el nº 585, incluso me atrevería a decir que algo hostil; las Wilson Audio WP 6 en una sala de 40 metros cuadrados. Nuestro integrado tendría que demostrar su capacidad ante un total de 5 oyentes, el examen compuesto por un total de 8 pruebas –incluida construcción– establecería el veredicto final.

Los temas escogidos para la batería de pruebas serían los siguientes:

  • Song of the Stars (Spiritchaser) – Dead Can Dance.
  • Lonely One In This Town (Satisfied) – John Sebastian y David Grisman.
  • Indicispline (Bill Bruford) – Discipline.
  • Fortuna Imperatrix Mundi (Carmina Burana) – Carl Orff
  • Concierto para piano nº 4, op. 58, parte I (Beethoven) – Dimitris Sgouros

Regla nº 1 – Construcción y diseño

De estética conservadora y fiel a la línea tradicional de la marca, el 585 mantiene un aspecto muy similar al 383, pocas cosas han cambiado en el frontal: un botón de espera en el centro, dos mandos grandes flanqueando a cada lado de la pantalla y una fila de botones justamente debajo de esta. Sin embargo las diferencias tecnológicas y constructivas de uno y otro son inmensas –noche y día–. El simple vistazo a la parte trasera nos anticipa que estamos ante algo diferente: tres filas de conectores de entrada, flanqueados por un par estéreo de conectores de altavoces con mandos de “huracán” o “palometa” –como quieran llamarle–. La fila superior de conectores está dedicada a las señales analógicas, la central a la digital y la inferior a las funciones de control. Los conectores analógicos incluyen un par de salidas de nivel de línea RCA, tres entradas RCA y un par XLR. Los conectores de salida de nivel de línea pueden configurarse como fijos o variables, esta última configuración es apropiada para colocar un subwoofer amplificado. Un filtro de paso alto de segundo orden interno de 80Hz se puede configurar y activar a través del sistema de menú nº585, para filtrar el audio enviado a los altavoces principales, mientras que las salidas de subwoofer de nivel de línea permanecen en rango completo.

 

La fila de conectores digitales consta de un AES/EBU, dos coaxiales S/PDIF, dos ópticos y un USB tipo B asíncrono. Acabamos con la fila inferior, donde tenemos un puerto Ethernet, un mini-jack 3 1/2 para un módulo receptor de infrarrojos externo, un RS232 (RJ11), una toma USB Tipo A y conectores tipo trigger para encender y apagar el integrado, botón de encendido y toma de corriente.

El ML 585 está montado sobre un chasis de acero y aluminio, y en su interior encontramos una distribución de áreas que conforman electrónica, alimentación y disipadores. Dentro de la zona de electrónica hayamos las placas de circuito montadas horizontalmente en capas, cada una de ellas desempeña una función diferente, DAC, preamplificador, etc. En el área de alimentación tenemos una fuente pequeña que maneja funciones de mantenimiento cuando el amplificador está en espera; una segunda se encarga de dar energía a los circuitos digitales y de control. Un transformador toroidal de 900VA es el encargado de alimentar los circuitos analógicos izquierdo y derecho. Las fuentes de alimentación de nivel de línea para los canales izquierdo y derecho emplean reguladores lineales, que los aíslan de las fluctuaciones de la red o las demandas de los canales del amplificador. Cada canal de amplificador utiliza doce transistores de salida y múltiples condensadores locales más pequeños que les permiten ubicarse físicamente más cerca de los amplificadores para una mayor respuesta transitoria cuando se necesita energía de manera inmediata. En resumidas cuentas: una “bestia” capaz de entregar 200W por canal con estabilidad a 2 ohmios.

En el diseño del Nº585 se ha priorizado mucho aquellas funciones que afectan directamente a la pureza de la calidad del sonido, y se han excluido cosas como un conector para auriculares y un bucle de grabación/monitor entre otras. En lugar de los tradicionales dieléctricos de PCB el 585 tiene PCB de vidrio epoxi FR-4 con determinados acabados en oro. Los circuitos de audio usan resistores de película delgada o nitruro de tantalio con especificaciones militares en los puntos clave. 

En el apartado de pre-amplificación tenemos dos canales, que incorporan circuitos analógicos mono-discretos, totalmente discretos, con relés de conmutación de señal individuales para cada una de las cuatro entradas estéreo: una XLR, tres RCA.  Los controles de volumen utilizan escalas discretas R-2R de 15 bits e interruptores analógicos de bajo ruido para obtener el mayor ancho de banda posible y la máxima integridad de la señal.

Para el caso del modelo que nos ocupa nos encontramos además, con un DAC con receptor de audio USB. Este se encuentra basado en el procesador C-Media 6632A, totalmente orientado para PCM y DSD256 de 192bits a 32bits. Se trata de un DAC chip Sabre ESS 9018K2M de 32 bits, el cual está emparejado con un convertidor discreto de corriente a voltaje, un filtro antialiasing y un circuito patentado de rechazo de fluctuación de fase.

Regla nº 2 – Escena, profundidad y planos

El nº585 se puso en marcha y la escena se hizo inmensa, “tridimensionalidad” es la palabra que mejor puede definir a este integrado, los planos se proyectaban de tal forma que dibujaban un paisaje enorme y profundo. Desde la posición del oyente era fácil ubicar cada instrumento, las voces se ubicaban justamente en la posición centro superior, en definitiva: una sensación holográfica total. La única vez que hemos encontrado un sólido capaz de rivalizar con válvulas en estos términos. Recomiendo encarecidamente escuchar Song of the Stars del grupo Dead Can Dance, conducido por el Mark Levinson 585. Estoy seguro que le dejará sin palabras.

Regla nº 3 – Timbre

Definición de timbre: El Timbre es al sonido lo que el color a la pintura. El timbre es la cualidad del sonido que permite distinguir unos sonidos –por ejemplo, una flauta– de otros –un piano, o el sonido de un motor–. Para un servidor, el timbre es el pilar fundamental de un conjunto Hi-End: si este falla, no hace falta seguir. Así, sin más. 

Nuevo tanto para la bestia de Mark Levinson, los armónicos son reproducidos con un nivel de fidelidad magistral. Instrumentos y voces se bordan, superando en este punto a muchas etapas de referencia. Desde las primeras notas de cualquier instrumento, suspendes instantáneamente tu incredulidad y sucumbes a la música. Este es un aspecto que, literalmente, todos los allí presentes llegamos a sentirlo. Cualquier arranque de instrumento solo necesita tres notas para convencernos. Las baterías de Bill Bruford son muy creíbles, mientras que los platillos son una demostración clara de su alto refinamiento.

Regla nº 4 – Dinámica

Este asalto no resultó muy amable para el nº585, perdió puntos, aunque demostró ser capaz de conseguir el aprobado. Las diferencias de intensidad de las notas iniciales con respecto al arranque del conjunto de instrumentos fue algo más que aceptable. Las baterías entraban y salían erigiéndose como protagonistas en los momentos más precisos, aunque eché en falta sentirme enganchado por la pechera, sensación que si he sentido en otros conjuntos del mercado. En definitiva: tiene dinámica, aunque no es su plato fuerte.

Regla nº 5 – Micro-dinámica

En este punto cabe decir que nuestro invitado se comportó de manera sobresaliente, las percusiones de piano y guitarra consiguen cortarse de manera sublime dentro de cortos espacios de tiempo. La inteligibilidad de la melodía de los instrumentos es extraordinaria, esto demostró una gran capacidad para reducir la fatiga auditiva a la vez que un sonido más amable y cálido, todo ello fruto de su gran micro-dinámica.

Regla nº 6 –  SPL y control

Nuevo tanto para el nº585, pues durante todos los pasajes representados, incluidos los de grandes masas orquestales notamos un control perfecto, con lo cual las sensaciones fueron muy positivas. En ningún momento las Wilson “se soltaron de la mano”. Graves que normalmente son propios de las mejores amplificaciones en clase D debidos a su alto factor damping, pero ejecutados con esa belleza que confiere la clase A, A/B. Los SPLs alcanzados sin llegar a clippear están muy por encima de lo que cualquier vecino desea soportar. 

Regla nº 7 –  Transparencia y detalle

Matrícula de honor para el nº 585 en estos términos, su demostración clara de transparencia nos hizo disfrutar durante largos minutos de unos agudos cristalinos y transparentes que ofrecían todo el ambiente, todo el aire y todo el detalle de unos platillos. El nivel de resolución ofrecido por este integrado es tan alto que casi podemos deleitarnos en aspectos que nunca antes habíamos escuchado, estamos hablando de grabaciones que literalmente “parecen nuevas”.  El DAC incorporado en el Mark Levinson es una joya capaz de reproducir los mejores sonidos que puedas imaginar, unos medios y agudos precisos y preciosos que te dejaran atado a tu sillón de escucha durante horas. Este amplificador puede convertirte en una persona sedentaria.

Regla nº 8 –  Musicalidad

Definir la musicalidad es algo muy complejo y subjetivo, pero es cierto que hay amplificaciones que a oídos de uno pueden resultar más agradables que otros. Por lo tanto, y tomando como una “conclusión personal” podría aventurarme a describir este término como  la capacidad para ejecutar una pieza con buen gusto y sentido del ritmo, dicho de otro modo, si tu pie no deja de golpear el suelo y disfrutas escuchando tema tras tema es que estás enganchado a un conjunto muy musical.

Teniendo en cuenta esta atrevida descripción, podría indicar que el ML ofrece la calidez y el ritmo apropiado para disfrutar de tu discografía sin la necesidad de hacer zapping musical, y las grabaciones de calidad logran engancharte como si se tratase de un potente psicoactivo. Nota más alta de nuevo para nuestro invitado.

Conclusiones

Estamos ante un peso pesado del Hi-End. No solo ha sido capaz de superar con nota a rivales muy respetados, pienso además, que no existen muchos conjuntos previo y etapa que sean capaces de marcar una distancia clara ante este hercúleo amplificador.

¿Defectos?, sí que los tiene: además de exigirle un pelín más de dinámica le pediría un cambio estético. Creo que su aspecto nos evoca un producto poco acorde a su precio y características, y su frontal nos recuerda una fórmula más que repetida en la marca, para colmo, la pantalla ancha y delgada cuenta con una tipografía tipo pixel en color rojo que parece sacada de principios de los 90. En fin, cuestión de gustos.

El Mark Levinson 585 ofrece las ventaja de contar con una de las mejores etapas de amplificación, un más que refinado pre-amplificador y un DAC sobresaliente, todo ello en un solo chasis. La definición resulta extrema hasta el punto de presentar cada micro-detalle con una capacidad casi quirúrgica. Un timbre rico y libre de agresividad nos recuerda algo de las mejores amplificaciones de válvulas, pero con un control, fuerza y precisión desconocido para los tubos de vacío en graves, todo ello gracias a su etapa, capaz de lidiar con impedancias de hasta 2 Ohms.  

Con el Nº585 te olvidas de todo,  solo tienes que sentarte, relajarte y disfrutar de cada pasaje y detalle, él se encargará de todo. Es la conjunción perfecta de bella y bestia en un mismo cuerpo, tocando y controlando cada detalle con fuerza y delicadeza a partes iguales. Control, transparencia, escena y profundidad están presentes en el que podríamos considerar a día de hoy uno de los mejores integrados del momento.

Puntos destacados

+ Sonido excepcional: realista, rico, detallado y muy tridimensional. Muy musical.

+ Fantástico control de altavoces complicados. Gran potencia y rendimiento.

+  Versatilidad y flexibilidad.

–  Se agradecería algo más de dinámica.

Estética poco innovadora y nada acorde al tipo de producto.

PVP: 16.500 euros.

Distribuye Lyric Audio Elite

FICHA TÉCNICA

Amplificador integrado con circuito analógico doble monofónico completamente discreto, imagen en espejo, que presenta relés de conmutación de señal individuales para cada una de sus cuatro entradas estéreo: una XLR y tres RCA. Controles de volumen que utilizan escalas discretas R-2R de 15 bits e interruptores analógicos de bajo ruido para obtener el mayor ancho de banda posible y la máxima integridad de la señal. Etapa de potencia Clase A totalmente diferencial que incluye un transformador toroidal de gran tamaño de 900VA con bobinados secundarios individuales para los canales izquierdo y derecho. Doce transistores de salida para cada canal y múltiples condensadores locales más pequeños que les permiten ubicarse físicamente más cerca de los amplificadores para una mayor respuesta transitoria cuando se necesita energía de manera inmediata. Potencia conservadora de 200W por canal con estabilidad en 2 ohmios. DAC de alta gama incluido.

EQUIPO UTILIZADO PARA LA PRUEBA

Altavoces

  • Wilson Watt Puppy 6

Fuentes

  • Mac Mini

Cableado

  • McIntosh

 

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