Un prodigio de simplicidad inteligente y musicalidad en Lafarga & Herranz
Pocas veces un equipo minimalista en su concepción y ejecución nos ha parecido tan enormemente musical. La receta, muy fácil: el perfecto conocimiento de los productos seleccionados y la experiencia que permite detectar esa sinergia que hace que el todo supere la suma de las partes. Una receta que vale tanto para los equipos de nivel básico como para los más exclusivos, y que en Lafarga & Herrantz nos presentaron con magistral elegancia en clave estereofónica con ayuda de dos gigantes del audio.
NAD + Bowers & Wilkins: un matrimonio muy bien avenido
Dicho y hecho, porque Oriol Martínez –la ”mitad audiófila” del veterano establecimiento barcelonés- nos propuso un equipo francamente bonito formado por una electrónica y una pareja de cajas acústicas firmadas por dos primeros espadas del audio: NAD y Bowers & Wilkins. Dos primeros espadas que se caracterizan por preservar una relación calidad/precio excepcional en todas sus realizaciones, lo que significa que si realizamos la selección adecuada podemos obtener sistemas altamente musicales, a la vez que extremadamente competitivos en términos de precio, todo ello dando por descontado una calidad de fabricación sin mácula. En nuestro caso, los elegidos fueron el precioso amplificador integrado estereofónico con conectividad a redes NAD M10 (actualizado recientemente a la versión v2 que incluye algoritmos de ganancia mejorados y capacidad inalámbrica para sonido envolvente Dolby Digital hasta 4.2 canales) y los monitores de estantería 705 S2 de Bowers & Wilkins.
Del M10 habría que decir que está gestionado por una potente plataforma informática basada en un procesador ARM NPX con frecuencia de trabajo de 1 GHz, que le permite manejar con soltura funcionalidades que requieren una gran potencia de cálculo en tiempo real, caso del sistema de corrección de salas Dirac Live o la conectividad Gigabit Ethernet. Asimismo, el NAD es compatible con los asistentes de voz de Apple (vía AirPlay 2), Google y Amazon, así como con los ecosistemas de domótica de Crestron, Control4, RTI, URC, Elan, Lutron e iPort. Pero no hay que perder de vista que el M10 pertenece a la élite de NAD, léase la magnífica Serie Masters, lo que significa que a la previsible dotación de funcionalidades ultramodernas se suman ineludiblemente refinamientos técnicos encaminados a optimizar las prestaciones sonoras. Y ahí llegamos a la topología nCore de la prestigiosa Hypex empleada en la circuitería de amplificación, un diseño presente en otros modelos de la mencionada Serie Masters y que puede considerarse única en numerosos aspectos. Así, pese a trabajar con una configuración de base en Clase D no utiliza un reloj o un generador de dientes de sierra para modulación sino que se trata de un diseño autooscilante que incluye múltiples bucles de realimentación. Una solución patentada que presenta varias ventajas: en primer lugar, está ejecutada íntegramente con componentes discretos y exhibe un ruido y una distorsión prácticamente inmedibles; en segundo lugar, carece de la distorsión de cruce –susceptible de crear muchos armónicos de orden impar que pueden sonar extremadamente ásperos- habitual en la inmensa mayoría de amplificadores configurados en Clase AB. A ello hay que sumar una cualidad incrustada en el ADN de NAD: una robusta potencia de salida continua acompañada por una potencia en régimen dinámico que en el caso del M10 es de 160 vatios de pico por canal sobre 8 ohmios o 300 vatios de pico por canal sobre 4 ohmios.
Evidentemente, los componentes empleados en las secciones de audio “puro” –caso del convertidor D/A con tecnología de 32 bits/384 kHz de la californiana ESS Technology- están a la altura de lo habitual en la Serie Masters de NAD, a lo que hay que sumar la potencia del sistema de corrección de salas Dirac Live, que mide las características de la sala de escucha con ayuda del micrófono suministrado de serie con el M10 y envía los datos a la “nube”, donde Dirac configura filtros a medida que a continuación carga automáticamente en el NAD. Básicamente, lo que hace el Dirac es gestionar la energía presente en la sala para que las resonancias potencialmente destructivas sean drásticamente reducidas.
En lo que la 705 S2, señalemos que se trata del monitor compacto superior de la Serie 700 de Bowers & Wilkins, una gama que nació –de esto hace más de 4 años- para poner al alcance de un mayor número de adicionados la tecnología presente en la élite del fabricante británico, la Serie 800 D3, recientemente sustituida por la Serie 800 D4. Lo que tenemos es un monitor bass-reflex de dos vías extremadamente depurado en todos los sentidos, empezando por un recinto impolutamente mecanizado con un panel frontal totalmente libre de aristas en el que brilla con luz propia una de sus innovaciones más relevantes: el uso de un tweeter montado en un recinto independiente de aluminio situado en la zona superior del recinto principal. Por su parte, el tweeter propiamente dicho es el refinado “Carbon Dome” “Cúpula de Carbono”, una bella pieza de ingeniería que aporta mejoras sensibles a la reproducción de las frecuencias más altas al incrementar la frecuencia de ruptura (es decir aquella a la que el altavoz deja de comportarse como un transductor) hasta 47 kHz. La 705 S2 se completa con otro elemento genuinamente Bowers & Wilkins: un altavoz de medios/graves con cono Continuum, un compuesto formado por fibras entrelazadas tratadas con un revestimiento especial –su composición exacta se mantiene en secreto- que a nivel acústico mejora los conos de Kevlar utilizados por la firma de Worthing durante varias décadas. A partir de ahí encontramos elementos habituales en Bowers & Wilkins, caso del efectivo puerto bass-reflex anti-turbulencias Flowport (situado en el panel posterior del recinto principal) y un filtro divisor de frecuencia de topología minimalista ejecutado con componentes de grado audiófilo que convierte a la 705 S2 en una caja acústica bastante fácil de manejar pese a tener una sensibilidad algo baja (88 dB/W/m).
La escucha: naturalidad por encima de todo
La escucha del sistema que acabamos de describir se llevó a cabo en la sala “pequeña” – en realidad habría que decir “mediana” de Lafarga & Herranz, con Oriol Martínez –a quien agradezco su amabilidad y flexibilidad- ejerciendo de maestro de ceremonias. A efectos prácticos, lo primero que llama la atención es que los 100 robustos vatios continuos del delicioso integrado de NAD encajan a la perfección con las 705 S2, unas cajas acústicas exigentes si de verdad se desea que rindan al cien por cien de sus posibilidades. Como sucede en los equipos que realmente exhiben una sinergia “de verdad”, sin fisuras, lo que tenemos es un sonido que fluye con una naturalidad que seduce de inmediato y a la vez constituye toda una revelación, por cuanto incluso con grabaciones particularmente “potentes” -el fantástico “Random Access Memories” de Daft Punk es un ejemplo casi de libro de texto al respecto- el equilibrio tonal subjetivo es prácticamente perfecto. En este sentido, hay que destacar que los sofisticados transductores de las Bowers & Wilkins –que, no lo olvidemos, son exclusivos de la marca- les permiten llevar hasta el límite las posibilidades del audio de alta definición en términos de respuesta en frecuencia. En combinación con la generosa –extraordinaria si tenemos en cuenta las compactas dimensiones del aparato- capacidad dinámica del M10, lo que se consigue es una restitución rica, plácida y relajada de voces e instrumentos en la que las metalizaciones brillan por su ausencia incluso a niveles de volumen elevados y la respuesta en graves seduce hasta el punto de hacernos olvidar la en principio recomendable presencia de un subwoofer. En definitiva, un prodigio de sensualidad musical –espléndida la funcionalidad BluOS del NAD- que merece ser tomado en consideración por todo melómano que se precie como consecuencia de la simplicidad formal y belleza visual del equipo, la opulencia tecnológica de los elementos que lo constituyen y, por supuesto, su excepcional relación calidad/precio.
FICHA TÉCNICA DEL EQUIPO
Amplificador integrado estereofónico con streamer NAD M10
- Potencia de salida: mínima de 2×100 W RMS por canal sobre 4/8 ohmios con los dos canales excitados
- Respuesta en frecuencia: 20-20.000 Hz, +/-0’6 dB
- Relación señal/ruido: mayor que 85 dB a 1 W sobre 8 ohmios
- Factor de amortiguamiento: mayor que 190 a 8 ohmios
- Separación entre canales: mayor que 75 dB a 1kHz
- Compatibilidad “Hi-Res”: archivos FLAC, DSD, WAV, AIFF y MQA; cuantificación máxima de 24 bits (PCM)
- Esquema de conversión D/A utilizado: 32 bits/384 kHz
- Conectividad Bluetooth de la sección BluOS: bidireccional
- Dimensiones: 215x100x260 mm (An x Al x P)
- Peso: 5 kg.
- Precio de Venta al Público Recomendado: 2.999 euros
Cajas acústicas Bowers & Wilkins 705 S2
- Configuración: sistema bass-reflex de dos vías
- Altavoces: 1 “midwoofer” con cono Continuum de 165 mm de diámetro y 1 tweeter de cúpula Carbon Dome de 25 mm
- Respuesta en frecuencia: 50-28.000 Hz (puntos de corte a -6 dB)
- Sensibilidad: 88 dB/W/m
- Impedancia nominal: 8 ohmios (mínima de 3’7 ohmios)
- Potencia del amplificador asociado: 30-120 W RMS
- Dimensiones: 200x407x301 mm (An x Al x P)
- Peso: 9’3 kg
- Precio de Venta al Público Recomendado: 2.500 euros por pareja (sin soportes de suelo)
Accesorios
El cableado del sistema se realizó con Wireworld Oasis 8, estando el conjunto montado en un mueble Norstone Stabbl HiFi
Contacto
Lafarga & Herranz – www.lafargayherranz.com – 93 419 29 97