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El mando a distancia está fabricado en aluminio, es cómodo de utilizar, responde perfectamente y el tacto que ofrece en general es más que adecuado. Quizá el volumen al subirlo o bajarlo se mueve algo lento, pero no tanto como para impacientar. La verdad es que cuando uno se acostumbra a este tipo de mandos tan bien construidos, disgusta encontrar productos de alta gama que incorpora mandos de plástico y reducidas dimensiones.

En su conjunto la estética del producto se puede enmarcar en una posición estándar en cuanto a calidad de acabados de referencia en esta gama de precios. Los radiadores laterales son de gran dimensión y considero que cumplen su función de disipar todo el calor que el aparato genera. Quizá la tapa superior podría estar algo más desacoplada de la unidad como sí lo están el resto de paneles.

Respecto a la potencia que ofrece esta unidad, como ya he comentado, es capaz de aportar 150w a 8 ohmnios al 1% de distorsión harmónica, llegando casi a duplicar esta potencia a 4 ohmnios. Quizá no sería conveniente asociarlo a cajas que bajen a menos de 3 ohms, aunque estoy convencido de que dado el músculo presentado con mis cajas a lo largo de este mes, se defendería con dignidad a esta impedancia. El damping factor que presenta es de 150 a un nominal de 8ohms y una rapidez de respuesta de +/- 50V/uS. Otras especificaciones no menos desdeñables podrían ser la no despreciable suma de 120.000uF de capacitancia, los 20 mosfets por canal y la inmensa fuente de alimentación de tipo toroidal Plitron que domina el aparato en su interior y que finalmente hace que pese la no eludible cifra de 30 kilos.

Finalmente destacar que la unidad llega a manos de su propietario tras un check list donde se informa de una serie de tests que se le realizan previa comercialización y que se adjunta junto con el manual de instrucciones y un completo catálogo. Este tipo de soluciones siempre quedan muy puristas y el usuario las agradece. El último componente que analicé que traía algo similar era ni más ni menos que un previo de fono Kondo, componente que le duplica el precio.

 

Sonido

Pero vamos a la parte del análisis que un mayor número de aficionados espera conocer, ¿cómo suena nuestro invitado? Esto es realmente lo mollar de este análisis. Lo primero que más llama la atención en los primeros compases es el músculo que tiene. Desconozco si es por la excelsa asociación con mis Wilson Audio pero lo cierto es que mi sala de algo más de 36m2 se llena de música por los cuatro costados. La potencia que el aparato dice tener a 4ohms, impedancia media a la que trabajan estos altavoces, incluso me resulta corta dada las buenas dosis de dinámica y punch que demuestra en todo momento. Uno de los discos que mejor deja vislumbrar este aspecto es Star Tracks –CD Telarc 1984– donde la marcha imperial de la mítica película de George Lucas es espectacularmente interpretada por la orquesta Cincinnati Pops dirigida por Erich Kunzel y curiosamente monitorizada a través de amplificadores Threshold S-500 –Stasis–. No es para menos, así este disco avisa en su libreto que hay que tener mucho cuidado con el SPL al pincharlo pues puede producir daño en los altavoces dado su alto rango dinámico.

Tímbricamente este INT-150 se podría catalogar como ligerísimamente cálido, con una sonoridad muy similar, si bien no idéntica, a las amplificaciones de clase A. Discos con grabaciones complicadas, como la que Bruno Coulais gravó para la bellísima película Les Choristes –2004 Wea Music–, deja claro que el disfrute musical de este integrado cada vez que se encienda será durante horas y horas, dado que será fácil deleitarse de este tipo de grabaciones difíciles con él.

Evidentemente este sonido suele tener un peaje a pagar, en este caso no puedo catalogarlo como un sonido rápido, ni tampoco cristalino, como otros aparatos de marcas tan diversas como Dartzeel o Boulder ofrecen. En este caso lo importante no pasa por la especificidad en el microdetalle, nos movemos en un contexto más macro donde lo orgánico, un cierto toque corpóreo y la calidez musical tienen una posición más privilegiada.

Eiji Oue dirigió para Reference Recordings uno de los discos más alucinantes que he podido escuchar –más tras poder hacerlo relajadamente en la sala Kharma del reciente Hiend Show de Munich a través del todopoderoso Clearaudio Statement–. Su interpretación de las Symphonic Dances (RR 2001) con la orquesta Minnesota deja entrever claramente las capacidades tímbricas, de dimensión escénica y neutralidad tímbrica con un toque caliente comentadas. La escena es alta y ancha con lo que la catalogaría como grande. Quizá debido a esa poca implicación en el microdetalle podría destacar que no es tan profunda como estoy acostumbrado, pero respecto al recuerdo que tengo de la etapa X-30.5 es muy, muy parecida. Manteniendo una estabilidad escénica importante y muy meritoria, especialmente porque hablamos de un integrado, donde el compartir una misma fuente de alimentación para ambos canales –y más– siempre suele ser un hándicap.

El grave es potente, tiene peso y mucho cuerpo. Su articulación es adecuada y hará las delicias sin ninguna duda de los aficionados al rock. He disfrutado de esta autoridad, con el que para mí es el mejor disco de Heroes del Silencio “El mar no cesa” –EMI-Odeon 1989–, sin ningún tipo de complejos. ¡Muy bueno!

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