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La mayoría de los aficionados a la alta fidelidad tienen una tendencia conservadora a la hora de plantearse la compra de un producto para su sistema. Conscientemente o no, tienden a buscar entre esas marcas clásicas que la mayoría tienen en mente y que nos han acompañado durante nuestro camino dentro de la afición. Pero debo animar a todos ellos a arriesgar un poco, a que investiguen y «sin cometer locuras» pues todos queremos invertir bien nuestro dinero, tengan en cuenta firmas de nueva hornada, que muchas veces empujan y sacuden de manera tan fuerte su sector, que elevan el nivel general del mismo.

Este es el caso de Pilium Audio, empresa de origen griego y sede social en Bulgaria, que aunque fue fundada en 2014 prácticamente acaba de ser conocida a nivel internacional. Siendo francamente joven, también es verdad que gracias a los nuevos medios de comunicación online que disfrutamos y a las redes sociales, hemos podido ver sus rápidos avances en su catálogo y, lo más importante, su reconocimiento por parte de publicaciones y profesionales de irreprochable bagaje que nos adelantan que Pilium Audio es algo especial.

Para esta prueba su distribuidor en nuestro país, Francisco Moya de Audiohum, se desplazó hasta mi domicilio para instalarme el conjunto formado por el preamplificador Ares y la etapa de potencia estéreo Iasonas. La verdad es que nunca he agradecido más su presencia que en esta ocasión, porque subir el amplificador los dos tramos de escaleras que llevan a mi sala de escucha sin su ayuda, hubiera sido imposible. Manejar sus 90 kilos de peso netos, más el robusto flight case en que viene protegida, es un asunto serio que merece ser tenido en cuenta ante el riesgo de lesionarse (como cansa esto del audio). Pero como todos sabemos si buscamos máxima calidad nos encontramos con estos «ligeros» inconvenientes.

Su tamaño de 480x490x300 cm es imponente y su estética, con esas líneas limpias, modernas y a su vez rotundas, le dan gran atractivo visual. El conjunto viene terminado – con una pintura que presenta cierta rugosidad– en color negro mate, y haciendo contraste están los disipadores de calor laterales y una ventana con una especie de rejilla metálica cromada en el centro de la tapa superior. Por cierto que dicha ventana pienso que se la podían haber ahorrado, pues nunca he notado que el amplificador desprenda el más mínimo calor funcionando (ni a volúmenes elevados). Como nota diferenciadora, requiere de dos cables de corriente para su funcionamiento y sus entradas solo son balanceadas.

El preamplificador también es una pieza enorme, pero comparado con su compañero sus 30 kilos se me antojaron livianos. También viene protegido en flight case y comparte dimensiones con la etapa compañera (a excepción de la altura que es de 16cm). Para un preamplificador 48×49 cm es un tamaño enorme, aunque pude alojarlo sin problemas en mi Absolute Rack de Artesanía Audio. Lo adorna el mismo juego de contrastes en sus colores que exhibe el amplificador y está rematado con una gran pantalla frontal táctil, con la que se pueden manejar las mismas funciones que con el mando a distancia (volumen, entrada, mute o power on-off). El mando es metálico, con buen tacto de los botones, aunque hay que estar bastante centrado respecto a él para que reciba bien las órdenes. Estoy acostumbrado a controles de volumen por relés (mi previo Ypsilon es así) y este Pilium Ares utiliza el mismo sistema, con un sonoro click cada vez que subimos o bajamos el mismo.

Cuenta con 3 parejas de entradas XLR y dos parejas RCA y como salidas 2 parejas XLR. Debo recordar que tanto el previo Ares como la etapa estéreo Iasonas son diseños completamente balanceados, y por lo menos entre ellos debemos conectarlos así para aprovechar todo su potencial.

Sonido

Esta prueba suponía un reto para mí, pues llevo bastantes años sin cambiar la amplificación que utilizo, a la que estoy más que acostumbrado y sigo disfrutando como el primer día. Por más pruebas y comparativas que he hecho, siempre he terminado prefiriendo mi conjunto Ypsilon, pero una especie de «intuición» sobre Pilium me ilusionaba al pensar que podía poner en apuros mi actual referencia. Y es que Pilium Audio cuenta con argumentos suficientes para mirar de tú a tú a cualquier realización de las grandes marcas del high end.

Empezando por la energía que atesora en su interior, gracias a sus dos brutales transformadores de 1,5KVA cada uno y a su banco de condensadores de 220000uF, que se reflejan de manera directa en ofrecer unas frecuencias graves de primer nivel. Estoy hablando de una nueva referencia en mi sala en cuanto a pegada, extensión e impacto de unos graves que consiguen que la música se exprese con una desconocida plenitud y densidad. Pero quiero dejar claro que no solo es capaz de ofrecernos un gran peso en graves, sino que éstos son de grandísima calidad: definidos, controlados, firmes y aportando un fondo negro de los mejores que he escuchado. Me encuentro ante una amplificación capaz de elevar a un siguiente nivel la expresión y la capacidad de nuestras cajas para llenar grandes espacios y rendir a su verdadero potencial –que aunque llevemos años con ellas, puede ser que no conozcamos aún–. Para evaluar con más rigor semejante amplificación, llamé al distribuidor de la firma de cajas acústicas YG Acoustics en España –Cosmos Hi-fi– para que me prestase el modelo Hailey que tenía en stock. ¡Guau, llenaban de música mi sala de 60 m2 con pasmosa facilidad! ¡No puedo dejar de imaginar lo que podrían hacer con el modelo superior Sonja que tiene en su sala de demostración! Pero desplazar esas cajas con su peso y tamaño para esta revisión hubiese sido demasiado esfuerzo.

Y es que la amplificación de Pilium Audio no es contenida o tímida, impone realismo en todas las interpretaciones, con colores intensos en cada nota musical y acercando la actuación al oyente. Mi amplificación Ypsilon mantiene la escena sonora un poco más atrasada, mientras que Pilium te sumerge más en el acontecimiento musical, haciendo que nuestras cajas acústicas proyecten la música hacia nosotros y sintamos más cerca la música. Solo nuestras preferencias personales pueden escoger una opción sobre otra y yo he disfrutado las dos igualmente.

En lo que son semejantes y me costaría diferenciarlas si no supiera cuál está sonando, es en el realismo y veracidad de cada timbre e instrumento que reproduzcamos. Siempre he pensado que una amplificación híbrida de calidad, tenía ventaja en una supuesta competición de realismo tímbrico sobre una electrónica totalmente a transistores, aunque la verdad es que no existen verdades absolutas en casi nada y este es un buen ejemplo. El timbre de la combinación Pilium Ares e Iasonas es preciosista, natural, verdadero en toda su plenitud e incluso el balance general es ligéramente más cálido que en mi amplificación habitual. Me atrevo a decir que la riqueza tímbrica es aún mayor y que el sonido Pilium es insuperable en este aspecto.

La influencia de la válvula en la sección de previo de las etapas Ypsilon se reducía a una leve mayor sensación de holografía, afinando mucho el oído y sobre todo estando acostumbrado durante años a ella. Pero quería ser lo más exhaustivo posible en mi análisis y no llegar a conclusiones rápidas ni sencillas, así que decidí intentar mejorar la colocación de la etapa de potencia Iasonas. Debido a su peso y a no disponer de otra base de suelo, el distribuidor de Pilium y yo decidimos dejar el amplificador posicionado directamente sobre el suelo de madera de roble de mi sala. Pero tras su marcha, y después de varios días escuchándola, tenía la intuición de que no estaba en el mejor entorno para que mostrara todo su potencial, y esta idea me rondaba la cabeza de manera insistente. Así que decidí, con mucho esfuerzo claro está por su peso, colocar primero unos discos y finálmente unos conos de madera de Panzerholz debajo de cada uno de los pies de la etapa buscando un mayor aislamiento de las vibraciones que provienen del suelo. ¡Y de repente se hizo la luz!

Todas las cualidades relatadas anteriormente se mantuvieron intactas, pero apareció un refinamiento extremo, un silencio como nunca he escuchado, y esa holografía que faltaba apareció en todo su esplendor. Magnífico sonido en todos los aspectos. Esto me anima a recomendar a los afortunados poseedores de amplificación de Pilium Audio, a que no se dejen llevar por su aspecto mastodóntico y su brutal masa pensando que es inmune a cualquier elemento externo: es fundamental facilitar al amplificador el mejor entorno para que se exprese al 100%, y una buena base de suelo es básica para ello. Mis robustos pies de madera de Panzerholz cumplieron con esa función de manera formidable, aunque posiblemente aún pueda mejorarse algo más el sonido final con una solución de mayor calidad.

Cuando un conjunto transmite tanto placer y musicalidad, es muy difícil intentar analizar aspectos individuales como el agudo, o las frecuencias medias, etc… Sería imposible sumergirse tanto en la música, cerrar los ojos y símplemente disfrutar si algún aspecto fuera inferior a otro. El sonido de este conjunto Pilium mantiene un perfecto equilibrio de frecuencias y un realismo y color en cada timbre de los instrumentos que reproduce que enamora. Además Pilium ofrece una gran dinámica de manera abrumadora cuando es preciso, pero tiene una especial capacidad de recrearse en momentos relajados e íntimos, donde ofrece sus mejores virtudes.

Una vez tenía asimilado el sonido de este conjunto Pilium, solo quería probar –más por curiosidad que por necesidad– la combinación del amplificador Iasonas con el preamplificador de línea Ypsilon PST-1ooMK2. De esta manera podría valorar la importancia del preamplificador Pilium Ares en el resultado sonoro final con mayor objetividad. Además como mi previo Ypsilon tiene la doble funcionalidad de actuar en modo activo y pasivo, las opciones de encontrar una buena sinergia eran mayores. Teniendo estas dos opciones y como siempre utilizo mi previo en modo pasivo, tenía la duda de si de este modo el sonido podía gustarme aún más –¿se puede mejorar lo prácticamente perfecto?– Para no extenderme demasiado, directamente tengo que decir que el sonido empeoró de manera clara. El preamplificador Ypsilon siempre me ha parecido el punto fuerte de mi sistema –y esta prueba no cambiará mi opinión–, pero debo reconocer que la sinergia con el amplificador Iasonas no fue la mejor. El sonido en modo pasivo pasó a tener un exceso de análisis y cierta dureza, que mejoró de manera clara al seleccionar el modo de funcionamiento a activo –válvulas–. Ganó en suavidad y confort, pero sin llegar al nivel de excelencia del conjunto Pilium. El preamplificador Ares demostró ser un producto de primer nivel y responsable en gran medida de la magia que este conjunto desprende desde la primera nota.

Conclusiones

Pilium Audio me ha sorprendido, incluso impactado positivamente. Su precio es alto, pero comparándolo con electrónica de otras marcas de absoluta referencia, resulta más que justo. Sencillamente porque ofrece calidad y diseño más que suficiente para hacer sentir a cualquier aficionado que ha invertido bien su dinero y que disfruta cada día de música, realidad, magia y emoción. Nos hace olvidar que estamos ante componentes electrónicos y nos acerca mas que nunca a la música en vivo. Su sonido es contundente, con graves poderosos, pero con delicadeza, refinamiento y unos colores ricos en los timbres de cada instrumento que hace que quedemos atrapados por su sonido.

Mi mayor recomendación. Pilium Audio en mi opinión se encuentra entre ese reducido grupo de electrónicas que lideran su sector y establece una nueva referencia para mí.

Distribuye Audiohum

Pilium Audio Ares – 26000€

Pilium Audio Iasonas – 32000€

EQUIPO UTILIZADO EN LA PRUEBA

Cajas acústicas

  • YG Acoustics Hailey 1.2

Fuente

  • Transporte MBL 1621A
  • DAC Nagra HD

Cableado

  • ZenSati Zorro

Accesorios

  • Vibex Granada
  • Acoustic Revive RR-77

 

 

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