Subí las cajas al salón –equipo de las fotos– con el amplificador de válvulas, porque sabía qué daban de sí unidos. Mi última prueba fue con las etapas Hypex que allí tengo alimentando normalmente las B&W 802D residentes. Estas etapas me han dado muy buen resultado con otros aparatos por su capacidad de “desaparecer” –neutras y transparentes– y dejarme escuchar la personalidad de la fuente y el altavoz. Eso, y que siempre parecen aportar algo de peso e impacto en las frecuencias graves, algo que ocurre de forma sistemática y es más notable cuanto más difícil sea la caja en esa zona del espectro. Para mi relativa sorpresa, las ProAc no tenían mejor grave con las Hypex que con el integrado de válvulas o la amplificación estándar –confirmo, pues, que estas cajas son fáciles de mover–. Y el sonido seguía siendo deliciosamente adictivo.
No sólo eso, sino también lo que yo llamo “eficaz”: en el salón el equipo también lo uso para ver películas, y las ProAc tuvieron que vérselas con las bandas sonoras de las últimas entregas de “Transformers” y “Piratas del Caribe”. Ayudadas por dos subwoofer, sí, pero las bandas sonoras las disfrutamos y las “sentimos” perfectamente. Con estos dos monitores de apenas 30 cm de alto oficiando de cajas principales, nada menos. Tanto me gustó cómo sonaban, y cómo podías pasar horas sumergido en su sonido, que me animé a desempolvar algunos vinilos y poner el plato, algo que en esta era de servidores de música con miles de temas al alcance de la punta del dedo es todo un romántico ejercicio de vuelta a los orígenes.
Conclusión
Repaso mi texto y veo una frase que me llama la atención: “estas ProAc ayudan a dejar el audiófilo crítico de lado y ser más melómano”. Pues sí, una gran verdad y la mejor conclusión posible de mi prueba. No he escuchado las actuales Response DB1 y no puedo saber cuánto mejoran, si lo hacen, a estas DB3 que usan una caja casi idéntica, drivers similares, y cuestan un 30 por ciento menos. Con la diferencia me compraría unos buenos pies o, directamente, un amplificador suficiente: se mueven fácilmente y no hará falta ningún monstruo para disfrutarlas. Salvo para salas muy grandes, estos monitores confirman todo el sentido que tiene esta tradición británica de configurar equipos de sonido sobresalientes en torno a una pareja como ésta. Recomiendo tenerlos muy en cuenta y no dejar de escucharlos –sin prisas–, si estamos pensando en este tipo de cajas.
Puntos destacados
+ Timbres muy naturales
+ Sonido nada fatigante
+ Excelente escena sonora
+ Poco exigentes con la amplificación
+ Suficiente grave y dinámica hasta salas medianas
PVP: 2250 euros
FICHA TÉCNICA
Altavoces de dos vías, recinto bass-réflex con salida trasera. Tweeter: ProAc de cúpula de seda de 1 pulgada. Woofer: ProAc de 5 pulgadas con cono mikapulp y guardapolvo transparente. Filtro propio con conexión compatible con bicableado/biamplificación. Impedancia 8 Ohmios, sensibilidad 88,5 dB (1W/1m). Recomendado 20 hasta 100 Watios. Respuesta en frecuencia: de 38Hz a 30kHz. Dimensiones: 320mm de alto, 182mm de ancho, 280mm profundo. Peso unitario 8,8 Kg.
EQUIPO UTILIZADO PARA LA PRUEBA
Amplificación
- Ars Sonum Gran Filarmonía
- Hypex Nc400
- Linn Sneaky DS
Fuentes
- Linn Akurate DSM
- Linn Sneaky DS
- Technics SL1200 + Dynavector XX1L
Cableado
- Nordost, Kimber