QUAD S1, UN CLÁSICO RENOVADO
Mi pequeña historia personal
He sido fiel a la marca Quad desde que en el año 1995 compré mi primer integrado de esta firma británica. Me estoy refiriendo al modelo 77, un amplificador que me ha dado grandes satisfacciones, no sólo como integrado, sino también en el tiempo que lo utilicé como previo a través de su salida Pre-out. Después vinieron otros componentes de la marca, una etapa Quad 909 que es la que actualmente disfruto, el reproductor de discos compactos CDP-2 y el previo 77. Todos me han parecido de un alto nivel dentro de su categoría. Pero curiosamente, nunca había pensado en hacerme con unos altavoces de esta veterana empresa, aunque si he escuchado en varias ocasiones sus más que famosos traductores electrostáticos, los Quad ESL57 y ESL63, una auténtica delicia para los oídos y verdaderos estandartes de la marca Anglosajona. Por ese motivo me ha hecho especial ilusión poder ensayar los pequeños altavoces de la nueva serie “S” de Quad. En mi caso concreto el círculo se cierra al incorporar, aunque sólo sea temporalmente, unos altavoces de la misma firma de mi querida etapa Quad 909.
Por último reseñar que aunque nunca he sido poseedor de las electrónicas a válvulas de esta veterana firma, sí he estado muy familiarizado con ellas ya que un buen amigo posee desde hace muchos años las etapas monofónicas Quad II con su respectivo previo Quad 22. Otros auténticos mitos, de los muchos que ha dejado la marca Quad a lo largo de su dilatada historia.
Primer contacto y sorpresas
Nada más sacarlos de su impecable embalaje dos cosas me llamaron la atención, el pequeño tamaño de estos monitores y su tweeter de ribbon. Pequeño tamaño tanto por las dimensiones de su recinto como por las de su midwoofer de tan solo 4 pulgadas. Eso sí, realizado con la más alta tecnología, como así lo atestigua su cono de Kevlar. Siguiendo con el recinto estamos ante una caja de 28,5 centímetros de altura y una anchura muy contenida con sólo 15.6 cms. la profundidad es de 24cms. Sus esquinas son redondeadas y su construcción bastante buena para el precio del altavoz, con MDF multicapa alternando con HDF y chapado en madera de color negro en este caso, aunque también las hay en color caoba sapeli y la opción del lacado tanto en blanco como en negro. En resumen, un acabado más que decente para el sector al que van destinados estos S1. No podemos dejar de mencionar sus conectores que son de una buena calidad, cuatro por altavoz para usarlos en bicableado si se desea.
En cuanto a la segunda sopresa, el tweeter de ribbon, ya sabemos que Quad usó la cinta en un diseño del año 1949, concretamente el modelo Corner Ribbon cuando la empresa se llamaba Acoustical Company que fue con el nombre que empezó la marca que fundó Peter James Walker en 1936.
Como el propio nombre indica era un altavoz diseñado para ser colocado en las esquinas y así poder dar unos buenos graves por debajo de los 500Hz que era donde los monitores de su tamaño tenían sus limitaciones, aunque por contrapartida tenía una zona media y alta maravillosa. Por este motivo, no sólo Quad , sino cada vez más fabricantes han optado por el uso del tweeter de ribbon en sus diseños. Cierto es que desde los diseños de los años 50 a los altavoces de cinta actuales ha habido una evolución considerable.
En concreto este tweeter de la S1 tiene una estructura ligera tipo sándwich que le proporciona una rapidez y robustez que le hace soportar altas potencias sin distorsión y sin el peligro del temido “quemado” de otras épocas.
El diseñador de esta nueva serie de Quad es Peter Cormeau que fue el responsable de Heybrook y su mítica HB1, así como alguno de los modelos más famosos de Mission. Actualmente es el responsable de la serie Diamond de Whaferdale, ya que Peter Corneau es el director de diseño acústico de IAG –international audio group– que le diseña a varias de las empresas británicas clásicas, como las mencionadas Quad y Whaferdale, así como Castle, además de Audiolab y la japonesa Luxman.
Por este motivo, y por lo expuesto con anterioridad, tenía auténtica curiosidad por conocer el sonido que es capaz de proporcionar estos monitores. Pues bien, para no dilatar este capricho personal y seguro que el de más de uno de los lectores de este artículo pasemos a lo importante… su sonido.
El sonido… la tercera sorpresa
Cierto es que los altavoces estaban recién desprecintados cuando los conecté por primera vez. Nada más salir las primeras notas por su tweeter de cinta y su pequeño cono de Kevlar me di cuenta de dos aspectos. El primero su baja sensibilidad, 84 decibelios que hacen que el altavoz se sienta más cómodo cuando subes algo más el potenciómetro de lo que estoy acostumbrado con mis altavoces. El segundo aspecto fue, que aun vislumbrando la suavidad innata de este monitor de Quad –aquí el tweeter de cinta se deja notar– el sonido era algo oscuro y cerrado. Se podía intuir que necesitaban horas de rodaje para poder expresar todo su potencial. Sin problemas en ese aspecto, las he dejado sonar sin parar para que me confirmaran su capacidad de transformación con el paso del tiempo. Entonces el agudo fue soltándose, siempre con una suavidad y elegancia propia de los tweeter de cinta, y sacando detalles que me hacían incluso percibir “cosas” que parecían tapadas con otros altavoces.
También la escena fue abriéndose, aunque he de decir que me ha gustado más en el plano horizontal que en vertical, donde la he visto algo más limitada. He podido moverme por el sofá sin necesidad de estar siempre centrado para captar una escena creíble. Sí es verdad que me hubiera gustado algo más de expansión de la música por encima del recinto de los S1. Tal vez este pequeño “defecto” se pueda solventar con un soporte algo más alto para elevar estos pequeños monitores.
Mi última experiencia con unos altavoces de cinta ha sido con unas full ribbon de la marca Apogee, en concreto el modelo Stage. Menciono este hecho porque incluso con estos altavoces –nada que ver con las que estamos analizando por precio, tamaño y concepción– me pareció la escena también un poco limitada en altura, siendo así mismo muy generosa en la expansión horizontal. Curioso ¿verdad? ahí lo dejo. Yo no soy experto en altavoces que utilicen esta configuración, pero que me haya dado la misma sensación referente a la apertura con los agudos de cinta aun siendo altavoces tan distintos… en fin, tal vez haya sido casualidad.
El grave sí que merece una mención aparte, ya que si bien no es especialmente extendido, estamos hablando de un 4”, sí tiene suficiente presencia e impacto para sorprendernos disco a disco. Las he hecho sonar con música rock y se defienden, por supuesto quien espere un fuerte impacto en el pecho o que el bajo electrónico descienda hasta el infinito se equivoca de altavoz, tampoco le pidamos peras al olmo. Pero sí es cierto que en salas pequeñas o medianas obtendremos un resultado excelente siempre y cuando tengamos los pies en el suelo.
Con la música clásica me ha confirmado lo que comenté de la relativamente baja sensibilidad de estos altavoces, ya que para tener una escena creíble tenía que subir el potenciómetro bastante. Al final resulta sorprendente lo que hace este minimonitor con una gran orquesta. Si es verdad que con este género noté un poco de falta de cuerpo y me hubiera gustado tener un subwoofer para conseguir la sensación de orquesta completa. Pero bueno es lo que hay…que no es poco.
Ahora bien ¿cómo engarzará el tweeter de ribbon con el midwoofer de Kevlar? Me estoy refiriendo a su zona media. Pues la repuesta a esta pregunta es que tienen una zona media muy Quad. Con las voces en su sitio, casi de tiralíneas, sin que contaminen ni la zona media-alta con siseos indeseables ni la zona media-baja con un exceso de cuerpo en las voces, guitarras etc. Es decir, zona media en estado puro. Me reitero en lo dicho, muy de Quad. A mí personalmente me gusta un poco más de expresividad en esta zona, pero tengo que reconocer que los medios de estos monitores son impecables, no se les pueden poner pegas en este crucial aspecto.
Siempre me gusta comprobar el comportamiento de los altavoces tanto con transistores como con válvulas y estas pequeñas Quad no iban a ser menos. Las conecté a un amplificador integrado PureSound A-30 y a pesar de su baja sensibilidad las movió más que decentemente –incluso bastante bien a pesar de sus 84 decibelios–. En ningún momento pasamos de la mitad del recorrido del potenciómetro con un nivel de presión sonora, no brutal, pero si considerablemente alto. El sonido se mantenía referente a lo comentado con la asociación con la etapa Quad 909 pero con un plus de definición algo mayor. Si tuviera que elegir me quedaría con la combinación S1/A30 porque le aportó un poco más de “luminosidad” a la ya de por sí suave y controlada Quad S-1. Pero en general, se reconocía el sonido que días atrás había escuchado con la etapa a transistores. La personalidad global del monitor se mantenía con pequeños aportes. Me refiero a que se mostraban con un poco más de apertura y detalle que me hace pensar que estos altavoces casarán bastante bien con válvulas, siempre y cuando la potencia de estas no sea demasiado baja.
Conclusión
Al final qué tenemos. Pues un monitor pequeño con un sonido suave pero transparente. Con un buen grave para el tamaño del recinto y del midwoofer y con una escena amplia –aquí vuelvo a recordar que más en el plano horizontal que vertical– pero que necesita un poco de “caña” para que se muestre plena y convincente.
No es el minimonitor más exacto tímbricamente que ha pasado por mi casa, no tiene el mayor nivel de cuerpo ni la escena más grande, pero sí con un conjunto de cualidades que lo hace un auténtico gentleman británico, es decir, muy correcto en todo sin caer en ningún momento en lo excesivo. Por lo tanto, por su precio, por la construcción general del recinto, por su sonido con la particularidad que le imprime el tweeter de cinta, creo que la pequeña Quad S1 será una sorpresa para todo aquél que la escuche detenidamente con una buena amplificación.
El clásico se ha renovado siguiendo el lema “renovarse o morir” por lo tanto larga vida a la serie S de Quad. Quizá algún día también sea un clásico, quien sabe, el tiempo lo dirá.
Quad S1: 870€ PVP
EQUIPO UTILIZADO EN LA PRUEBA
- Etapa Quad 909 + previo pasivo Khozmo con upgrade Vishay s102 “naked” resistor
- Amplificador integrado Pure Sound A-30
- Dac Jolida Tube Glass III con válvulas 5751 GE Triple mica silver clips
- Mecánica de transporte North Star
- Cableado Cello String interconexión y Audioquest altavoces