Riviera Levante

Desde Italia nos llega este interesante amplificador integrado. Riviera Audio es una empresa relativamente joven, se fundo en 2017, no obstante sus creadores disponen de una larga experiencia en el mundo del audio. Luca Chiomenti, el principal ingeniero y fundador lleva diseñando sistemas de alta fidelidad desde los años noventa, participando en el desarrollo de otras firmas italianas. Componen el catálogo de Riviera dos amplificadores de auriculares, tres preamplificadores de línea, dos sistemas de etapas de potencia monofónicas y el amplificador integrado objeto de la prueba.

Personalmente solo había visto los productos de Riviera en fotos y hasta la fecha no había leído nada al respecto, cosa que de momento quiero mantener así (ya leeré otros reportajes cuando termine el mío), puesto que prefiero hacer mi propio análisis del producto sin recibir influencias al respecto. Esto no siempre es posible, pero en este caso voy a aprovechar la circunstancia para plantear las pruebas del modo mas puro posible, con la inocencia del que descubre por primera vez sin que le pesen otras opiniones. Por supuesto que por el aspecto y porque la importación para España corre de cuenta de Ars Antiqua Audio ya supongo, que malo, desde luego no será.

Cuando recibo el amplificador integrado de Riviera, el modelo Levante, lo primero que me sorprende es el tamaño del embalaje, enorme y pesado (y a mi que me parecía por las fotos que era un aparato pequeño). Pues no, no tiene nada de pequeño, casi medio metro de ancho, por medio metro de profundo, unos 19 centímetros de alto y un peso de 30 kilogramos. Desembalado el amplificador ya entiendo porque me parecía pequeño al ver las fotos, el potenciómetro de volumen es enorme, mas grande de lo que estamos habituados (supongo que por eso mi cerebro proyecto una imagen general de pequeño tamaño por la comparación con el diámetro de dicho control).

La unidad para las pruebas está terminada en un elegante acabado en gris oscuro con potenciómetros plateados (también hay disponible el acabado silver con controles en dorado). Cuestión de gustos, pero a mi me gusta mas está versión en gris y silver. Aparte del gran control de volumen destaca en el frontal un conmutador giratorio mas pequeño para elegir si deseamos un funcionamiento en pura clase A, donde entrega 30 vatios, o en clase AB con una potencia de 120. Otro conmutador giratorio para elegir entre las diversas entradas, una balanceada y cuatro no balanceadas, siendo la entrada 4 no balanceada la que se usará en caso de instalar la placa de fono opcional. Un pulsador para la puesta en marcha, uno de modo noche (reduce la luminosidad de las luces indicadoras de estado), y un interesante pulsador de conexión / desconexión de la salida de auriculares situada a su izquierda (cuando esta activada la salida de auriculares se desconectan las salidas de altavoces). Completa el frontal el sensor para el minimalista mando a distancia (solo para volumen).

El panel trasero también destaca por su minimalismo, las cuatro pares de entradas RCA no balanceadas, el par de XLR balanceadas, 4 bornes de buena calidad para salida de altavoces, una toma de tierra y la entrada de corriente con su interruptor de apagado completo.

Las audiciones

Visto el amplificador me dispongo a su instalación, unos estiramientos rápidos de la zona lumbar son recomendables en este punto, ya que como he comentado anteriormente pesa lo suyo y moverlo uno solo requiere de bastante esfuerzo. La conexión con el equipo se realiza de manera muy sencilla, solo asegurándonos que todo esté en su posición y debidamente apretado. Lo pongo en marcha y espero unos minutos, empezaré las audiciones con el conmutador en pura clase A.

Para las primeras audiciones emparejo el Riviera con los monitores LM5 de Lorenzo Audio Labs y comienzo con música suave y melancólica, la tarde gris de otoño acompaña el tema “Si te dijera” de Martirio, del larga duración “Primavera en Nueva York”.

La primera impresión es contundente, todo se ha hecho grande y refinado, el bajo acústico se expresa con un cuerpo modulado y controlado, la voz de Martirio emocional hasta el extremo, aparece ubicada con naturalidad en el centro de la imagen sonora, un poco por detrás del plano de los altavoces, como debe ser. Entre la voz y el contrabajo, únicos instrumentos de esta composición, solo hay silencio, un silencio incomprensiblemente tangible, el silencio esta allí como un componente mas, no como la ausencia de algo. Las texturas de la voz revelan los matices mas sutiles, tanto de la parte orgánica como de la parte técnica, es decir, de “la voz” en si misma y del micrófono que la capta, en todo caso resulta sumamente placentera y creíble la escucha. La dinámica del bajo, sin ser grandilocuente, llena el espacio sin perder el control. Un comienzo prometedor que invita a escuchar con grabaciones más complejas.

Siempre me han parecido interesantes los contrastes radicales, después de la audición de lo mínimo, una voz acompañada de un bajo, que mejor que ir a lo máximo, una gran sinfónica con la potencia de la segunda de Mahler. Cambio brutal que despierta los sentidos. En los primeros compases del primer movimiento queda patente de inmediato que hay reserva de energía para que toda la orquesta se exprese, si bien empiezo a temer por la integridad de los woofers (bajo ligeramente el volumen), encuentro mucha delicadeza en la parte mas alta del registro. El agudo no molesta en ningún momento, es suave, sin ser acaramelado, las cuerdas destacan en la zona media con buena presencia y una muy buena ubicación. Todo el registro sonoro me parece contenido en un gran bloque armónico donde no se perciben exabruptos ni disonancias, la música fluye de manera elegante, quizá, y solo quizá, faltaría un poco de dinámica dada la intensidad de la obra. Me parece una buena idea en este momento probar la posibilidad que nos ofrece el Levante de conmutarlo a clase AB con sus 120 vatios por canal.

Para el cambio no hace falta apagar el amplificador, por precaución bajo el volumen al mínimo y muevo el selector hasta la posición 120 AB. Después de unos pocos segundos de parpadeo del led oportuno, un sonido del interior del amplificador nos indica que el cambio se ha realizado, vuelvo a subir el volumen y sigo con Mahler. Resulta que ese poco de dinámica que echaba en falta ya esta aquí, se nota enseguida en la contundencia en las percusiones, en la diferencia entre los “pianos” y los “fortes”, sin perder su esencia se ha convertido en un amplificador mas dinámico, con un sonido mas robusto, personalmente, y en esta obra me ha gustado mas así, operando en clase AB, de todas formas seguiré probando las diferencias entre un modo y otro con otras piezas y con otras cajas que reservo para el final de las pruebas.

En un termino medio, un poco de jazz de la mano de Avishai Cohen del cd “Live at the Blue Note”, donde se combinan sonidos electrónicos con el piano mas clásico, me parece el punto adecuado para proseguir con los test. El segundo track “Elli” donde el piano toma el protagonismo suena natural y fluido, sigo en modo AB. Las percusiones muy claras y definidas pero no puedo decir lo mismo del grave. Es un problema de grabación sin duda, ya lo he apreciado con otros amplificadores: el bajo suena un poco hinchado y artificial, pero en la vida real, a veces para escuchar una gran obra hay que pagar el precio de una edición deficiente. Ya sé que hay muchos audiófilos que si una grabación no les parece perfecta la rechazan simplemente, pero yo no, y si me gusta el tema y no hay mas remedio que escucharlo con sus defectos, pues lo disfruto también, y aquí precisamente nos puede ayudar el Levante con su matizada doble personalidad. Vuelvo a la posición de 30 vatios en pura clase A y ese defecto de grabación se reduce, quiero que se me entienda bien, no desaparece, no es un cambio radical ni una ecualización, pero se hace mas digerible al cerrar un poco el grifo de la dinámica, a la vez que el grave se controla mas, las percusiones y los pequeños detalles se hacen mas presentes, lo cual, en esta pieza es muy de agradecer.

Llega el momento de cambiar de cajas, de unas cajas tipo monitor de 88 dbs de rendimiento a una caja grande de suelo, con woofer de 15 pulgadas y 95 dbs de sensibilidad, la Lorenzo LM2. Los primeros compases del concierto de Colonia de Keith Jarret (piano solo) suenan amplios y definidos, el amplificador en modo pura clase A llena la sala con las resonancias del piano y una notable riqueza de armónicos acompaña al tono de cada tecla. A pesar de ser una grabación en directo de los años setenta el piano resulta muy creíble, la escucha se desarrolla de manera placentera (es difícil detenerla), pero la curiosidad me puede y conmuto el Levante nuevamente en clase AB. El plus de dinámica en las notas mas graves me convence, lo dejo así hasta el final de la primera pieza, que para los que no la conozcan, dura unos veinte minutos. Puede ser un tema de gusto personal, pero una vez mas prefiero la clase AB, un tema tan pasional como este, acompañado del empuje del amplificador en esta configuración recrea un poco mas la emoción de la interpretación en directo. El Levante puede mover muy bien unas cajas como estas, y eso que estoy acostumbrado a escucharlas con unas monofónicas de 400 W clase AB. Obviamente el Riviera no tiene la misma energía, pero resulta mas que suficiente si no se parte de una comparación directa. La parte alta, notas medias y agudas, suenan muy bien, elegantes, refinadas, sin crispación, pero con una gran generosidad en el detalle.

Aprovecho que me ha llegado hace poco el doble LP “Songs from the Road” de Leonard Cohen en vinilo de 180 gramos para seguir con la audición. Utilizo un previo de fono de innegable calidad, el Accustics Arts Tube Phono II unido a mi giradiscos y brazo de fabricación propia con una capsula Linn Arkiv. La espacialidad es sorprendente, desde los aplausos del publico hasta la ubicación de las voces y instrumentos y todo fluye de una manera orgánica (contribución también sin duda del excelente previo de fono). La recreación musical del tema “Bird on a wire” resulta espectacular, pero espectacular en el buen sentido, es decir ,partiendo de la discreción logra un placer de escucha del mas alto nivel donde todo fluye en un conjunto armonioso que llena la habitación e invita a escuchar un tema tras otro.

Conclusiones

Sigo las pruebas con diversos vinilos y cds, durante unos días me acostumbro al Riviera y siempre le encuentro algún matiz nuevo en grabaciones conocidas. No puedo decir si me gusta mas en 30W pura clase A o en AB con sus 120W, depende de las grabaciones, aunque si que en la mayoría de las ocasiones me acabo decantando por la opción AB por ese plus de dinámica que comento anteriormente. También debo mencionar que normalmente escucho a un nivel medio/alto de volumen, donde la clase AB ofrece sus ventajas. A niveles medio/bajos de volumen probablemente mi preferencia cambiaria hacia la pura clase A.

En resumen, un amplificador integrado polifacético, de muy alto nivel, capaz de plantar cara sin ruborizarse a sistemas mas caros de previo y etapa de potencia. El Riviera Levante me ha convencido en muchos aspectos, por su estética, su calidad de construcción y sobre todo, por su calidad de sonido: firme, detallado, refinado y elegante en altas frecuencias, con un buen control y extensión de la parte baja del espectro. Además la característica de poder conmutar entre clase A y AB aumenta la capacidad de adaptación del amplificador según las condiciones de escucha o las grabaciones a reproducir.

Riviera Levante – 23.200€

Distribuye Ars Antiqua Audio

Características técnicas

Clase A / AB switch
Pura clase A, 2x30W a 8 ohms
Clase AB, 2x120W a 8 ohms, primeros 6w en pura clase A
Cero retroalimentación
Circuito hibrido, válvulas triodos ECC81/ 12AT7 como controladores para la salida BJT/mosfet
Preamplificación de tipo pasivo
Una entrada balanceada XLR
4 entradas de línea no balanceadas RCA
Salida de altavoces y auriculares
Tarjeta fono opcional
Mando a distancia (solo para volumen)
Medidas: 44 x 49 x 19,5 cm. Peso 30 kilogramos