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Silent Angel, el origen

La empresa de origen chino Thunder Data, de Zhuhai (junto a Macao), está presidida por el Dr. Eric Jian Huang, ex-director técnico del gigante norteamericano especializado en hardware y software EMC. Thunder Data, dispone en catálogo de soluciones streaming de almacenamiento físico, nube y reproductores multimedia, además de un desarrollo propio de aplicaciones para control y gestión de sus productos. 

A nivel estratégico, Thunder Data, opera en la industria de alta tecnología y se centra en redes móviles 5G y en la transmisión de señales de video de alta definición; siendo su leitmotiv mejorar la calidad de las señales de ordenador, redes y almacenamiento.

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Eric Jian Huang (fuente: LinkedIn)

Ofrece al mercado una línea de productos de corte estrictamente audiófilo bajo la marca Silent Angel. Fundada allá por mayo de 2016 por Chorus Chuang, ex miembro de las compañías informáticas especializadas en redes Qnap y Zyxel. Mr. Chuang es especialista en hardware de red, software de almacenamiento, señales de comunicación digital y NAS, además de ser gran aficionado al mundo del hiend desde hace más de 20 años. De hecho, los orígenes de Silent Angel datan de 2014 con el diseño de un prototipo de NAS para reproducir música HD y, tras un movimiento corporativo estratégico, a finales de 2017 pasó a formar parte de su actual matriz Thunder Data, siendo hoy en día su CTO (Chief Technology Officer) y diseñador jefe.

Silent Angel tiene un portfolio muy completo, incluye varios tipos de servidores compatibles con Qobuz, TIDAL, Amazon Music, Spotify, Roon, Apple Air Play… controlados por su media player propio VitOS, fuentes de alimentación lineales, conmutadores de red, cables de datos y de corriente de diversos materiales, así como bases de desacople para componentes.

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Chorus Chuang (fuente: LinkedIn)

Como ya sabéis muchos de los incondicionales del magazine mi verdadera pasión es el mundo analógico y más concretamente el vinilo, no sólo porque considero honestamente que es el sonido que más transmite, si no posiblemente (lo reconozco) por la inconveniencia que supone la ferviente necesidad del aprendizaje y experiencia, tanto a nivel teórico como práctico, para encontrar el mejor sonido posible que la fuente, en su conjunto, sea capaz de ofrecer. Sin duda un aprendizaje que, aunque posiblemente se podría realizar en pocos días, debe estar correctamente respaldado por un vasto know how que únicamente lo da el tiempo y la práctica.

Pero hete aquí que ahora, en el mundo digital, nos encontramos con una amplia gama de posibilidades capaces de llevar hasta máximas cotas sónicas, teóricamente, nuestras fuentes. La configuración digital se ha vuelto con el paso de los años claramente más sofisticada y requiere de conocimientos y probatura de todo tipo de componentes, con el objeto de llevar el sonido a su máxima expresión, como en el mundo analógico.

Al igual que un pequeño movimiento en el azimuth de una cápsula o del propio ángulo de ataque del diamante se tratara, nos encontramos actualmente con un multiverso de tweaks digitales, tales como los switchers de red objeto del presente análisis. Y es que, no nos engañemos, el sonido digital es como una fiera sin doma, ofrece grandes dosis de dinámica, un grave contundente, unos silencios muy marcados… pero con unas limitaciones sónicas relacionadas con la fatiga auditiva del oyente tras sesiones de larga escucha. Sin duda, un diamante en bruto que requiere ser pulido tal y como se ha realizado en el mundo del vinilo y, por cierto, con éxito.

Los switchers de datos típicamente están diseñados con el único propósito de transmitir datos desde un punto a otro con un ruido de fondo y precisión suficientes para la velocidad de transmisión para el que han sido diseñados. El problema estriba cuando incluimos en la cadena componentes de alta gama sensibles como decodificadores, streamers, previos…, pues es aquí cuando, si no están elaborados concienzudamente, podrían tener impacto audible en la calidad de la señal digital de audio.

Hasta hace no más años que los dedos de mi mano no había ningún switcher de red perfeccionado para ser utilizado como conmutador de datos destinados a audio. Fue la coreana SOtM la que apostó con su SNH-10G en 2018 y como todo producto novedoso tardó en calar en la comunidad audiófila, obteniendo finalmente excelentes críticas y resultados. Dado el éxito, posteriormente le han seguido a la zaga otras firmas de primer nivel como Melco, Innuos, Aqvox, English Electric (de Chord), la propia Silent Angel, etc… con lo que desde Hifilive Magazine hemos considerado que era momento de prestar especial atención a este tipo de configuraciones.

Dentro de la gama de switchers de Silent Angel nos encontramos dos modelos con 8 puertos, el Bonn N8 (con funcionamiento a 5V), y el N8 Pro (con funcionamiento a 12V) el cual dispone de dos versiones, una con posibilidad de incorporar un reloj externo y otra sin ella. Además, existe un modelo con 16 puertos denominado Bonn N16 LPS que opera también a 12V.

Todos los modelos disponen de la posibilidad de incorporar fuente de alimentación externa, si bien Silent Angel ofrece dos modelos lineales, la Forester F1 (sólo 5V) y la recientemente incorporado a la familia Forester F2 (compatible 5V/12V), así como el uso de bases de desacoplo o cables de red y/o corriente propios de la marca.

Finalmente indicar que durante la reciente celebración del certamen organizado por la High End Society en Munich tuve la ocasión de reunirme con Yuhsuan Lin, regional sales manager de la firma para Europa, donde pude comprobar de primera mano que una de las principales preocupaciones de esta firma taiwanesa no es otra más que aportar soluciones streaming buscando la máxima comodidad para el usuario. También, en charla distendida, me indicó entre otras que el N8 pro es un producto absolutamente novedoso que está convencida hará un efecto más que notable en mi sistema. Asimismo, destacó la importante mejora que supone la utilización del cableado de plata que también dispone la firma en catálogo, mejorando aspectos como silencio y musicalidad.

Ars Antiqua y Silent Angel 

Xubing Zhu, CEO de Ars Antiqua, para la presente prueba puso a disposición de Hifilivemagazine un Bonn N8 y un Bonn N8 Pro. Adicionalmente y con el objeto de llevar el sonido hasta su máxima expresión incluyó una fuente de alimentación lineal de 5V Forester F1 de la propia Silent Angel compatible con el Bonn N8 y una fuente de alimentación lineal de 12V sBooster BOTW ECO MKII compatible con el N8 Pro, a falta de disponibilidad en el momento de la redacción del presente artículo de la recientemente introducida Forester F2 compatible.

Para más información sobre la fuente de alimentación de sBooster os invito a que leáis la revisión que se realizó sobre el transporte de red Lumin U1 mini AQUÍ donde escribí largo y tendido sobre su aporte y especificaciones.

Todos los productos Silent Angel vienen perfectamente embalados en su caja de cartón y con su correspondiente espuma para evitar disgustos durante el transporte. Adicionalmente incluyen una pequeña guía rápida de inicio, así como el documento con las especificaciones al completo (ambos en inglés, pero con fáciles ilustraciones). Además, se incluye el cable de red eléctrica y uno de datos.

Tanto el Bonn N8 (155mm x 26mm x 85mm) como la Forester F1 (155mm x 58mm x 122,5mm) tienen dimensiones muy compactas y son fáciles de integrar “escondidos” dentro de un sistema doméstico. Sin embargo, el Bonn N8 Pro tiene un diseño de corte pro con el objeto de poderlo encastrar dentro de un rack, con lo que sus dimensiones alcanzan los 441mm x 52mm x 175mm, teniendo que ser tratado estéticamente como otro componente más en el sistema. 

Todos los componentes están correctamente acabados, tienen buen tacto, materiales y un color negro que les hacen pasar bastante desapercibidos. Las conexiones son todas traseras y mientras que en el Bonn N8 los leds asociados a cada puerto están en la parte frontal y no se pueden apagar, en el Bonn N8 Pro se encuentran encima de cada toma de la parte trasera, con posibilidad de apagarlos mediante un interruptor, disponiendo un único led de encendido en el panel frontal, lo que le confiere un aspecto más limpio y estético. Aprecio que los colores de los leds son verde (Gigabit) y naranja (fast-ethernet), etc… como en otros switchers del mercado.

La instalación es muy sencilla, los switchers se incorporan entre el router y el resto de aparatos y, aunque no creo que tenga ningún efecto, cumplí escrupulosamente con la indicación del manual de instrucciones donde se puede ver una ilustración que indica que la toma 1 ha de ser para la conexión al router.

Las principales características del Bonn N8 se podrían resumir en:

  • Ocho (8) conectores de red de hasta 1000Mbps (Gigabit).
  • Reloj de alta precisión con un TCXO (Temperature Compensated Crystal Oscillator) especialmente desarrollado por Silent Angel de 0,1ppm, 50 veces más preciso que un reloj de cristal al uso, con el objeto de reducir los problemas de latencia e impacto del jitter de los habituales 705ps de otros switchers hasta los 360ps.
  • Placa principal especialmente diseñada para blindaje ante interferencias EMI de alta frecuencia durante la transmisión de datos.
  • ​Adaptador de corriente compatible con la regulación de seguridad de aislamiento 2xMOPP (Means of Patient Protection), -que es el nivel más alto de seguridad en grado médico- y corriente de fuga ultrabaja (<100 μA)

Mientras que el Bonn N8 Pro adicionalmente dispone de:

  • Puertos con acabado dorado y mayor separación física.
  • Conector de tierra chapado en oro.
  • Opción de desactivación de leds.
  • Fuente de alimentación interna conmutada “radar-grade”.
  • Posibilidad de encastrar en un rack.
  • Adicionalmente, se ofrece una versión con la posibilidad de conectar un reloj externo de 10Mhz anulando el reloj TCXO interno.

Por otro lado, la fuente de alimentación Forrester F1 destaca por su chasis, realizado en aluminio anodizado de alto grosor para un mayor blindaje, así como transformadores toroidales simétricos rodeados de un buen banco de condensadores y posibilidad de alimentar hasta dos aparatos, como por ejemplo un switcher y un streamer (ojo, siempre de 5V) incluso mediante USB.

En definitiva y para que no haya malos entendidos, no estamos hablando de filtros, estamos hablando de switchers de red adecuadamente construidos con el propósito de integrarse en un equipo de sonido de alta gama.

Toda vez que ya me había familiarizado con los productos, era el momento de sustituir mi actual switcher no enfocado al audio D-Link DGS-108 (8 puertos Gigabit y fuente de 5V, ¡ah y por cierto! Utilizado como base por Aqvox para su modelo AQ-SWITCH-8) por el Bonn N8. De hecho, os indico que mi evolución fue la que teóricamente y según el fabricante sería ir de menos a más. Así pues, empecé con el Bonn N8, posteriormente le incorporé la fuente de alimentación Forester F1, en un siguiente paso instalé el N8 Pro y finalmente escuché el Bonn N8 Pro con la fuente de alimentación sBooster BOTW ECO MKII.

¿Pero suena un switcher?

Lo cierto es que para estas pruebas no sabía muy bien qué esperarme, dado que al final volvemos al eterno debate. La transmisión de señales digitales; por cierto, teóricamente al igual que las de señal eléctrica; vienen del mundo exterior a mi domicilio pasando por kilómetros de cableado industrial sobre el que no se tiene ningún control y, realmente, poco o nada debería poder aportar al último tramo de la señal mayor mimo.

Pues señores, ¡nada más lejos de la realidad! La incorporación del Silent Angel Bonn N8 al sistema supuso una serie de diferencias sónicas de carácter subjetivo que intentaré explicar en las próximas líneas del modo más ameno y preciso posible.

Lo primero que más llama la atención es el cambio sónico significativo propuesto, mezcla de un compendio entre mayor separación de canales y discriminación de voces/instrumentos más palpable. Por un lado, existe una reducción marcada de entremezcla entre ambos canales que redunda en una mejor precisión escénica, así como en amplitud (a lo ancho), tal y como pude observar en discos de cierta exuberancia como el espectacular “Festival” con un Fritz Reiner en estado de gloria dirigiendo a la Chicago symphony orchestra (RCA Living Stereo. 1960). Por otro, es evidente cómo en cortes como Nightingale (Norah Jones. Come away with me. BlueNote. 2002) queda muy marcada la diferencia entre voz y guitarra, cada sonido tiene su espacio, su separación y aire respecto al otro, no entremezclándose y ofreciendo una escucha mucho más relajada, por comprensible y natural. En este punto, es imposible ya volver atrás, ¡funciona!

Desconozco si el motivo será la inclusión del reloj TCXO y su repercusión en cuanto a reducción de jitter se refiere o simplemente un compendio de varios factores, pero he de decir que otro punto donde la diferencia es acusada es en la sensación rítmica del sonido, entiéndase como precisión melódica o intencionalidad del autor. Esta sensación es palpable en cualquier tipo de música, desde la bella voz que nos ofrece la soprano letona Marina Rebeka en su magnífica Traviata (dirige Michael Balke. Prima Classic 2019), hasta el celebérrimo Come to find del neoyorkino Doug McLeod (1994. Sledgehammer blues), discos donde existen unas marcadas diferencias microdinámicas que transmiten al oyente una complicidad y sensación de directo sublimes.

Evidentemente, a partir de estos matices tan enriquecedores se pueden extraer otros más de carácter secundario, que son también claramente perceptibles. Así pues, escénicamente se gana en anchura, a nivel global ha ganado a ambos lados de las cajas y se propone más completa y envolvente. También los sonidos se han vuelto más focales, más puntuales, con un fondo negro perceptible (silencio) y con un ritmo microdinámico más marcado que ofrece esa chispa que siempre me parece que le falta al sonido digital (aunque idóneo para música de ascensor). Aparecen sensaciones nuevas que me dan en qué pensar y me hacen involucrarme en el sonido digital desde una perspectiva más adictiva. Los timbales de la BSO Tigre y Dragón liderada por Yo-Yo Ma (Sony. 2000) han florecido, disponen de más espacio, están mejor ubicados y, como comenté en el párrafo anterior, se percibe de un modo mucho más acusado su intencionalidad rítmica.

Con la evidente mejora global percibida y pasada una semana era el momento de incluir la fuente de alimentación lineal Forester F1. Tras haber evaluado recientemente los beneficios sónicos que supuso la incorporación de una fuente lineal externa al transporte U1 mini de Lumin, estaba claro que era una prueba que me suscitaba mucho interés y expectativas.

Nada más enchufarla al switcher y con los primeros acordes empecé a percibir diferencias respecto a la conmutada interna que trae el Bonn N8. Principalmente perceptible en aspectos relacionados con la presentación del sonido a nivel dinámico (macro), pero manteniendo los mismos niveles de silencio y detalle existentes. El sonido subjetivamente ya no es tan puntual o focal, ahora existe una mayor presencia escénica y dimensión, los músicos están ante mí. Además, si bien se mantienen todas y cada una de las cualidades anteriormente comentadas, se intuye una mayor altura escénica, muy posiblemente por la incorporación de unas mejoras palpables en la restitución de las frecuencias del medio/grave, grave, al estar más completo, redondo y articulado. El sonido ha ganado en redondez, es más completo.

Es en este punto cuando me interesé por probar tanto el Bonn N8 como su Forester F1 en el sistema de auriculares. ¿Se mantendrían las mismas pautas?

He de reconocer que si bien era evidente en cuanto a todos los factores positivos comentados la inclusión del Bonn N8 al sistema; que como los incondicionales de Hifilivemagazine sabéis está compuesto por un streamer Bluesound Node 2i (review AQUÍ), unos auriculares Senheisser HD-650 y un amplificador Vincent KHV 111 MKII ampliamente modificado; en este caso reconozco que no fui capaz de percibir de modo evidente (como así lo fue en el sistema principal) las mejoras que aportó la PSU lineal. Es posible o que el sistema no esté a la altura o simplemente que en este tipo de componentes es más complicado encontrar matices de corte macrodinámico y/o focal.

Tras más de un mes habiéndome familiarizado con el Bonn N8 era el momento de dar el siguiente paso, instalar el recientemente introducido Bonn N8 pro y analizar si verdaderamente era capaz de superar a nivel sónico todo lo que ya el Bonn N8 con su fuente de alimentación Forester F1 había aportado.

Como habréis leído en algún punto de este artículo las diferencias físicas entre uno y otro son básicamente el tamaño, lo que supone una mejor separación entre los componentes, la calidad de los puertos y la fuente de alimentación interna conmutada, de mayor dimensionamiento y capacidad. Además de, para los muy puristas, la posibilidad de anular el reloj interno por otro externo que se disponga.

En mi caso opté por analizar el modelo Bonn N8 pro sin conexión de un reloj externo, pues no dispongo de ninguno en el sistema y, aunque Ars Antiqua me ofreció uno de la japonesa Esoteric, entendí que suponía complicar demasiado el artículo y, sobre todo, la capacidad de análisis del que escribe.

¿Qué aportó el Bonn N8 pro respecto al Bonn N8? Antes de contestar a esta pregunta quiero comentar el procedimiento que seguí. Tanto para el Bonn N8 como para el Bonn N8 pro me centré en comparar qué atributos aportaban con respecto al switcher D-Link que habitualmente manejo. Encontrándome en mis notas prácticamente los mismos comentarios comparativos entre uno y otro, ¿entonces? ¿Es que no existe diferencia?

Para poder responder a esta pregunta sólo me quedaba realizar una prueba de comparación directa entre ambos switchers, en este caso sin incluir fuente de alimentación alguna.

En comparación directa sí que encontré matices diferenciadores, matices que pasaban por una percepción tímbrica más natural con una paleta de colores más marcada y completa a favor del N8 pro, así como un sonido que a la postre se mostraba más refinado y con un mejor silencio propuesto por una escena con más black background (fondo negro). Se mostraba evidente en todo tipo de discos, pero de un modo más patente en música bien grabada.

La incorporación de la fuente de alimentación lineal no hizo más que reforzar aquellos parámetros ya comentados en el análisis del Bonn N8, cerrando el círculo para la proyección de un sonido macrodinámicamente más completo, con una sensación de realismo escénico más palpable (están ahí) y con una amplitud escénica de mayor dimensión.

El análisis de ambos switchers ha sido sumamente gratificante porque he podido comprobar de primera mano cómo la preocupación y el mimo por el tratamiento de la señal digital es sumamente importante a la hora de ofrecérsela a nuestro “sensible“ sistema de audio. Al igual que en el mundo analógico es necesaria una atención por detalles que en el pasado jamás los hubiera tenido en consideración y, con esta experiencia, a partir de ahora estaré muy atento al movimiento en el mercado de este tipo de componentes que, con la introducción de estos productos Silent Angel, empiezan a ser en cierta medida abordables para el aficionado. 

Conclusión

Fundada en Taiwan en 2016 y actualmente dentro del gigante chino Thunder Data, la empresa Silent Angel se ha especializado en la elaboración y desarrollo de componentes electrónicos para equipos de audio de alta gama. Su creador, Chorus Chuang con gran experiencia en el tratamiento de la señal digital, es un buen aficionado al hiend desde hace más de 20 años y ha sabido analizar y entender las demandas y déficits del sector.

Si bien nos propone un amplio abanico de productos, en este caso hemos optado por el análisis de dos de los conmutadores de red de datos que dispone en catálogo, el Bonn N8 y el recientemente introducido Bonn N8 pro, incluso con la opción adicional de ser alimentados por fuentes de alimentación lineales.

Ambos productos han marcado diferencias en el antes y el después sónico de mi sistema cuando los he utilizado reproduciendo música en streaming utilizando plataformas como TIDAL o Qobuz. Imperando en una más lograda separación de canales, en una mayor presencia escénica, en unos mejores silencios y en una más acusada precisión melódica, dejando patente la intencionalidad del autor. Y es que como bien me transmitió Yuhsuan Lin, regional sales manager para Europa, el objetivo último de Silent Angel es ofrecer soluciones streaming buscando la máxima comodidad y fidelidad para el usuario.

Si dispones de un equipo a partir de gama media/alta no dejes pasar la oportunidad de incorporar a tu sistema alguno de los switchers actualmente en catálogo de Silent Angel porque, al igual que yo, estoy convencido de que encontrarás unas diferencias sónicas tales que cualquier movimiento hacia atrás te parecerá simplemente dramático. Recomendable.

Silent Angel Bonn N8: 449.-€

Silent Angel Bonn N8 Pro: 1.099.-€

Silent Angel Bonn N8 Pro (con entrada para reloj externo): 1.299.-€

Silent Angel Forester F1: 469.-€

Distribuye Ars Antiqua Audio

SISTEMA UTILIZADO PARA LA PRUEBA

Cajás acústicas:

  • Wilson Audio Specialties WATT / Puppy 5.1
  • Bowers and Wilkins ASW3000 

Fuentes: 

  • Lumin U1 mini con sBooster BOTW ECO MKII
  • Métronome Le DAC

Amplificación:

  • Mark Levinson Nº 380S
  • Krell FBP 600c

Cableado:

  • Nordost Silver Shadow
  • MIT Shotgun S1

Tratamiento de red:

  • Vibex One 7 Rhodium powerblock
  • Acrolink 7N-P4030 
  • MIT Z-Cord II
  • Transparent Powerl Link Super PLS
  • Línea dedicada 20A

Equipo de auriculares:

  • Bluesound Node 2i
  • Sensheisser HD-650
  • Vincent KHV 111 (modificado)

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