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Linn empezó a ofrecer como mejora de sus equipo el paso a activo hace décadas. Tenías un sistema compuesto de fuentes, integrado y cajas, y añadiendo al integrado unos filtros activos –recuerdo unas tarjetitas internas para eso–, añadiendo alguna etapa –según las vías de la caja– y desactivando el filtro pasivo de la caja, ya tenías un sistema activo. Las ventajas son evidentes: usando la misma amplificación, pasas de tener por ejemplo 100W por caja, a tener 100W por vía –es decir 200W en una dos vías, 300W en una de tres, etcétera–, además como cada etapa moverá directamente el altavoz éste rendirá mejor –no habrá resistencias ni condensadores o bobinas entre medias–, y como tercera ventaja está que el filtro podrá estar optimizado sin las ataduras que un filtro pasivo tiene –por cantidad y calidad de componentes, es más complicado “manipular” la señal amplificada–. Al final la teoría dice que tendrás unas cajas con mucha más dinámica, con una entrega más lineal de frecuencias, y la realidad suele coincidir con la teoría.

Linn Exakt

Desde 2015 los escoceses han ido un paso más allá: el sistema Exakt no sólo funciona como filtro activo, o sea no sólo pone el filtro antes de la amplificación, sino que se usa un filtro digital, es decir, el filtro está antes de los propios DAC. El Majik DSM con salidas Exakt –usa un conector RJ45 tipo red– envía pues la señal a la Exaktbox en formato digital, y dentro de esa caja ocurre la magia. Unos procesadores digitales separan las señales entre las diferentes vías, y luego ya envían esa señal todavía digital a un grupo de varios DAC –uno por vía– donde la señal pasa a analógico, de ahí a su propia etapa dedicada y ya directo al altavoz.

Linn Majik Exaktbox detalle frontal

Esta forma de amplificación activa con procesado digital añade más ventajas a lo que habíamos visto antes. De entrada los filtros en digital pueden manipularse mucho más eficazmente, sin problemas de fases o retardos temporales, y si un filtro activo analógico es mucho más eficaz que uno pasivo, uno activo digital es todavía mejor en potencia. Es más, con el filtro digital se pueden hacer más cosas y Linn lo aprovecha: tiene medidas acústicamente todas sus cajas, y algunas pocas de otros fabricantes, y cuando le decimos qué caja estamos usando a través del programa de configuración –Konfig, se puede descargar gratis en su web para ver cómo funciona– el filtro digtial tiene en cuenta los posibles retardos entre altavoces para igualar su respuesta, y además de esto recordemos que está el sistema de optimización de la sala, “Space Optimization”, que cuando usamos una Exaktbox pasa a llamarse “S.O. Plus” ya que además de los parámetros que ya usaba –dimensiones de sala, materiales, ubicación de cajas y oyente, etcétera– puede tener en cuenta esa nueva herramienta, al tener un control absoluto sobre cómo llega la música a las cajas.

Nosotros probamos la Exaktbox de la gama Majik, que lleva un DSP para hasta cuatro vías, con lógicamente cuatro DAC estéreo en su interior y además ocho etapas de potencia similares a las que lleva el DSM, de 100W por canal, todo alimentado por una fuente interna Dynamic conmutada. En cuanto a los chips utilizados, el precio del aparato no engaña y aquí no hay ahorros: cada vía usa un chip Wolfson idéntico al que usa el DSM y cada conjunto –con ocho canales, recordemos– utiliza el equivalente a aquél, y lo mismo en la sección de potencia… bastante impresionante, la verdad. El aparato por dentro es denso –además es del formato ligeramente estrecho de Linn–, pero como aprecié en el caso del DSM se aprecian placas y componentes modernos y muy bien diseñados. Dispone de dos ventiladores frontales que generan una corriente de aire para evacuar excesos caloríficos, pero ni los llegué a escuchar trabajar ni aprecié que el aparato se pusieran más que templado en uso. Pensemos que en un tamaño algo compacto tenemos una fuente de alimentación de más de 1kW con ocho etapas de potencia que suman 800W.

Linn Majik Exaktbox trasera

Al lío… y el megalío

Pertrechado con el Majik DSM Exakt, la Exaktbox y una caja llena de cables de altavoz, me dispuse a dar el paso, lo que viene siendo “ponerse al lío”. Resultó, como cuando instalé el equipo Linn por primera vez, mucho más sencillo de lo que yo esperaba. Basta desmontar los filtros pasivos de la trasera de las cajas –unos cuantos tornillos– y, con el filtro en la mano, cambiar de sitio dos conectores que normalmente comunican los altavoces con el filtro interno, y que en la otra posición de la placa conectan directamente cada altavoz con los bornes externos –cuatro parejas, puesto que las Majik 140 son cajas de cuatro vías–. Volvemos a atornillar la tapa… ¡y ya está! Ahora bastaba conectar el Exaktbox al DSM, con un cable de red con RJ45, y llevar cuatro parejas de cables de altavoz de la Exaktbox a cada caja… recordemos que estamos amplificando directamente cuatro altavoces en cada caja, por lo tanto necesitamos toda esa cantidad de cables –que no es lo más discreto para la paz familiar, por cierto–.

¿El resultado? Pues como diría Jesulín de Ubrique en dos palabras, “im-presionante”. Sí, no es lo mismo atacar unas cajas con 100W que con 400W, y sí, conozco las ventajas del filtrado activo, y de nuevo, sí, hacerlo en digital expande las posibilidades de procesado de señal para que el altavoz se acerque a la perfección… pero me cogió por sorpresa y desde el primer compás cómo se transformó el sistema. En la anterior prueba del DSM y las Majik ya canté las bondades como fuente y previo del DSM, y también dejé caer que su amplificación interna era su punto débil. De hecho, cuando lo usé con otra etapa –Pass– para amplificar las Linn, descubrí de qué eran capaces estas cajas realmente, porque la amplificación interna del DSM sinceramente no lo permitía.

Linn Majik filtro modo pasivo
Linn Majik filtro modo pasivo

El caso es que el sonido da un salto cualitativo, no cuantitativo. Las cajas “suenan”, bueno mejor dicho las cajas desaparecen totalmente y aparece ante nosotros una escena sonora estable, amplia y profunda, más aún de la que tenía con el DSM como previo y mi etapa Pass. Aparecen en esa escena cantantes, instrumentos, solistas, orquestras… un holograma estupendo, preciso, con voces sólidas. Y esa profundidad se mantuvo cuando pasé las cajas de una posición óptima en la sala a una “práctica”, más pegadas a las paredes traseras –tengo un mueble bajo que las mantiene a unos 50 cm, la posición ideal es otro medio metro largo por delante–. Nunca unas cajas de poco más de dos mil euros han sonado de esta forma, ni de bastante más precio: desde luego la magia de Linn con su Exakt funciona.

Linn Majik filtro modo activo
Linn Majik filtro modo activo

Además se notan más dinámicas, más “sueltas”, pero es que las voces cobran una dulzura y suavidad que con la amplificación directa y filtro pasivo no estaban ahí. Bueno “estaban”, por ejemplo esa parte la pude vislumbrar usando el integrado de válvulas Gran Filarmonía, pero no se liberaron hasta pasar el equipo a activo con Exakt. Yo me esperaba algunas de estas cosas, la dinámica por ejemplo o que los graves cobraran más presencia, y eso ocurre, pero me parece mucho más importante, de hecho es evidente, todo lo demás. Y sí, el grave baja alguna octava más que antes –pero no mete en problemas la sala gracias a la ecualización correctora–, y es ágil, pero las cajas no llegan a tener un grave profundo o contundente… bueno, a fin de cuentas son de las más pequeñas de Linn, ¡lógico!

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