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Sofia Gubaidulina: Canticle of the Sun. The Lyre of Orpheus.  ECM 2012. 

Moderna espiritualidad octogenaria.

Durante sus estudios en la Unión Soviética, la música de Sofía Gubaidúlina, 1931 – Chistopol (Tartaristán)  fue etiquetada de «irresponsable» por su exploración con afinaciones alternas. Sin embargo, fue apoyada por Dmitri Shostakóvich, quien al evaluarla en su examen final le animó a continuar por su «camino erróneo».

Sofia Gubaidulina

No sabemos si la recomendación de Shostakovich fue la más acertada, pero indudablemente la compositora ya ha tenido más que sonados reconocimientos (por ejemplo ha compuesto un concierto de violín para la Mutter). Así que la ya octogenaria, sigue dando guerra para ofrecernos  una música INUSUAL. La  primera de las obras del disco, La Lyra de Orfeo es una pieza compuesta en 2006 para violín, percusión y orquesta de cuerda, forma parte de una trilogía  llamada Nadeyka. Las cuerdas de la Kremerata Báltica suenan de una forma muy extenuante, para dar paso al aire expresivo del violinista Gidon Kremer. La música suena poética por momentos y por otros suena descriptiva, como el acompañamiento de una historia melancólica para unos y de película de terror para los menos acostumbrados al impresionismo musical. Parece como si al violín le tocara poner el contrapunto musical a un nuevo universo sonoro, perfectamente apuntillado por la percusión.

Gidon Kremer

El Cántico del Sol, tiene su razón de ser como dedicatoria para el 70 cumpleaños de Mstislav Rostropovich, sobre textos de San Francisco De Asís. La obra dividida en cuatro partes desde la Glorificación del Creador, hasta la Muerte. Más allá del evidente sentido espiritual y religioso que destila la partitura,  si quieren saber cómo suenan juntos un coro, un violonchelo, una celesta y un juego de percusiones, siéntense un rato y vean lo que pasa. Por ejemplo el coro, tratado como un instrumento más, contribuye a crear una atmosfera de misterio y de ensoñación  que se mantiene hasta el final. En este clima, destaca el buen  trabajo  del joven chelista alemán Nicolas Altstaedt, que alterna los registros más graves hasta lo más “elevado” del timbre del instrumento en el número final.

Hace un par de años Radio Clásica hizo una encuesta entre sus oyentes para ver qué periodo musical preferían, y los resultados fueron concluyentes:

  • Siglos XVI y XVIII: 56,8%
  • Siglo XIX: 29,1%
  • Siglos XX y XXI: 14,0%

Yo me pregunto si con la que está cayendo (fíjense Gardiner pidiendo ayuda por internet para acabar de grabar las cantatas de BACH) todavía puede haber quien apueste por un producto tan minoritario como el que nos ocupa. La música contemporánea se ha convertido en un sinónimo de música de autor, por y para su autor. Bravo a ECM por poner a disposición de alguien ”minoritario” estos excelentes medios técnicos y humanos, para quien ha dedicado su vida entera a la música. Por cierto un lujo contar con explicaciones directas del compositor en el libreto del cd. Ambas obras fueron grabadas en 2006 y 2010 respectivamente, en Lockenhaus Festival, y mantiene la calidad sobresaliente en cuanto a registro y producción  musical a la que la discográfica nos tiene acostumbrados.

Calidad Artística: 7

Calidad Musical: 9


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