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En cuanto al altavoz de graves, es un 7 pulgadas (18 cm) bastante especial, con una membrana de carbono que integra el dust-cap en sus formas y con una suspensión que le permite largas excursiones. Otra cosa llama a continuación la atención: los laterales de aluminio, que el ojo poco atento puede pensar son meros elementos decorativos. Nada más lejos, la caja tiene sendas aberturas laterales que desembocan en una estrecha cavidad cerrada precisamente por esos laterales de aluminio, cuya parte frontal y trasera veremos está abierta si nos acercamos lo suficiente.

_TAD_CE1_woofer

Estas cajas TAD declaran una respuesta en frecuencia de 34 Hz hasta 100 kHz (muy cerca pues de las CR-1 para las que declaran 32Hz-100kHz), y una sensibilidad de 85 dB para una impedancia media de 4 ohm, ninguna de las cuales debía poner en aprietos las excelentes electrónicas también TAD de que dispusimos para esta audición, incluida la fuente, el precioso reproductor (y DAC) D1000.

Escucha de precisión

La primera impresión, nada más entrar en la sala donde hacía pocos minutos se había conectado el sistema, fue de un sonido muy detallado y abierto, pero quizás demasiado analítico. En realidad lo que no tardas en descubrir es que pocas veces, nada más entrar en una sala, recibes tal cantidad de información, antes incluso de buscar una colocación cercana al punto óptimo de escucha.

Uno de los argumentos de los altavoces con drivers concéntricos es la buena dispersión de que dotan a la caja, y quizás ésta sea una de las cosas que más me gustó también de estos TAD. Por supuesto que en el punto ideal de escucha (sentado con el oído a una altura algo inferior a la de la caja y centrado respecto de ellas), tenía como veremos una sensación holográfica con una precisión tremenda, pero al levantarme y moverme a diferentes puntos de la sala, y estando obviamente a mayor altura (de pie), me sorprendió lo poco que cambió el equilibrio tonal percibido. La escena cambia, claro, pero puedes seguir disfrutando de la música con los puntos fuertes de estas cajas, seguirás apreciando esa transparencia, ese aire, ese equilibrado grave… sobresaliente, y algo que no muchas cajas pueden ofrecer: en muchos casos sólo levantarse ya da al traste con la parte media y alta del espectro. Para un salón que se comparta con más personas (dispuestas a disfrutar de la música) es algo muy a tener en cuenta.

_TAD_CE1_equipo_Jorge_Antonio

Ya desde el punto óptimo, la escena que ofrecen es impresionante. Las cajas las habían colocado milimétricamente Jorge y Antonio de AudioElite, buenos conocedores de su sala, para que los paneles laterales y traseros de tratamiento acústico tuvieran la influencia justa (ni más ni menos) sobre las TAD, y con ello habían quedado algo separadas para lo que sería mi preferencia particular (unos tres metros, escuchaba a algo más de distancia). Pero no necesité mucho tiempo para darme cuenta que a pesar de esa amplitud, estas cajas daban una colocación muy precisa de las fuentes sonoras virtuales en la escena entre ellas, o desbordando de su ubicación… ¡muy buenas!

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