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Giradiscos TD 1601 y brazo de lectura TP 160 de Thorens: viaje a través de una tecnología imaginativa que redefine un gigante del vinilo

Elegido “Mejor Giradiscos de 2020-2021” por la influyente asociación mundial de publicaciones especializadas EISA –“Expert Imaging and Sound Association”- y todavía en activo, el TD 1601 de la legendaria firma -originariamente suiza, ahora alemana- Thorens, es un excelente ejemplo de lo que puede hacer la tecnología aplicada con inteligencia para redefinir, reinventar o reimaginar, por utilizar tres términos muy al uso en el universo del audio de alto nivel productos sobre los que se creía saberlo todo. Al fin y al cabo, casi 60 años han transcurrido desde que vio la luz -1965- el “padre” del lector de vinilos en cuestión, el celebrado TD 150, un tiempo durante el cual Thorens experimentó una serie de vaivenes empresariales que finalmente -y felizmente- desembocaron en una época de estabilidad próspera en nuevos y atractivos diseños no sólo en el ámbito de los giradiscos -recuerden que a la marca en cuestión se le debe la invención de la tracción por correa- sino también en el de los brazos de lectura. El presente artículo pretende honrar las innovaciones incorporadas tanto en el mencionado TD 1601 como en el brazo en “J” que lo puede complementar, a modo de mejora opcional con respecto al excelente TP 92 que monta de serie, de nombre TP 160 y sin ninguna duda una de las propuestas más efectivas, por su fiabilidad, su ingeniería y su musicalidad, del High End europeo en la materia.

TD 1601: clásico por fuera, ultramoderno por dentro

“Tradición y renovación”: así reza un muy completo documento editado por Thorens para presentar/explicar sus giradiscos TD 1600 y TD 1601. Completo… y evocador, porque una de las fotos que figuran en la primera página del mismo corresponde al mítico TD 160, comercializado en 1972 y uno de los primeros productos de su clase que verdaderamente me impactó ya que formaba parte de un equipo de Alta Fidelidad propiedad del padre de un buen amigo. Estaba un servidor de ustedes cursando 3º de BUP -curso 1977-1978- y con su pasión por el sonido de alta calidad ya en plena expansión, con visitas a tiendas especializadas de Barcelona casi todos los sábados por la mañana -con la preceptiva “cosecha” de catálogos- y, el gran momento del año, al certamen Sonimag, que se celebraba en la Ciudad Condal a principios de otoño. Pues bien: el TD 160 me impresionó especialmente por dos características: la primera de ellas, el uso de un subchasis suspendido -lo que se también conoce como contraplatina flotante- y, la segunda, la precisión del brazo de lectura en términos de calidad de fabricación global y de los ajustes disponibles en el mismo. No recuerdo cuál era la cápsula fonocaptora, pero juraría que era una que en aquel entonces pertenecía a la élite de lo que se podía encontrar en nuestro país, concretamente la mítica V15 Type III de la estadounidense Shure. Del TD 160 también me impactaron la elegante robustez y la sobriedad de los controles que incorporaba, realmente prácticos y que aportaban al conjunto una sensación de producto diseñado y construido para durar toda la vida.

Establecidas las anteriores coordenadas, ¿qué es lo que nos ofrece el TD 1601? En esencia, y a la vista de la información proporcionada por el fabricante y mi experiencia personal con el producto en tienda, una versión corregida y aumentada, con tecnología puesta al día, de los mencionados TD 150 y TD 160, este último presente en el mercado, en la forma de diferentes evoluciones, durante casi 30 años que lo convirtieron en parte consustancial del ADN de Thorens. Soy de los que piensan que, al ser la lectura de discos de vinilo un proceso fundamentalmente mecánico, es precisamente la componente mecánica la base de todo giradiscos que se precie, siendo las partes eléctrica y electrónica un complemento -por muy sofisticada que sea- de la misma. Y también creo que los giradiscos con desacoplo mecánico por vía flotante -muelles, aire, levitación magnética- suenan mejor. De hecho, mi ya veterano -adquirido en 1997- VPI TNT MKIII, soportado por cuatro contundentes muelles, suena fantásticamente y en lo que concierne a la respuesta en graves considero que es más “rápido”, léase dinámico, que el otro giradiscos que corre por casa, en este caso sin suspensión de ningún tipo, un Clearaudio Champion Special Edition. Evidentemente, todo es cuestión de gustos y además no hay que perder nunca de vista la importancia crítica al respecto -no sólo en la reproducción de los graves, claro- del brazo de lectura y la cápsula fonocaptora.

El TD 1601 bebe de los casi 30 años de permanencia en el mercado del icónico TD 160 para reimaginarlo con tecnología punta tanto en el ámbito mecánico -la suspensión del subchasis, sin ir más lejos- como en el electrónico.

Entrando ya en los detalles, lo que más llama la atención del TD 1601 es el notabilísimo nivel de excelencia que exhibe -como se muestra en el “render” adjunto- su estructura interna, destacando especialmente los tres muelles cónicos ajustables -mismo concepto que mi VPI- con espuma absorbente en su interior que soportan el subchasis de MDF, del que es muy importante señalar que descansa efectivamente sobre los muelles en cuestión en vez de estar “suspendido” como en el pasado, descansando a la vez los muelles en la base del conjunto. En ese mismo contexto de búsqueda del aislamiento mecánico total hay que situar el también completamente desacoplado bloque motor, este último de tipo síncrono y que es el encargado -correa de alta calidad mediante- de hacer girar el plato propiamente dicho construido en aluminio- “conectado” a la zona interna del mismo- a la velocidad de giro elegida -33 1/3 o 45 rpm- debidamente asistido por una elaborada circuitería electrónica de control ubicada en un recinto externo que alberga una refinada fuente de alimentación lineal de 16 V ejecutada con, entre otros, un generoso transformador toroidal y la pertinente circuitería de filtrado. Volviendo a la parte mecánica, el objetivo del esquema descrito es bien simple: aislar por completo el conjunto de lectura formado por brazo -que, al igual que en mi VPI- descansa sobre su base dedicada y cápsula del ambiente circundante, léase evitar que no se “cuele” ninguna vibración susceptible de afectar al plato y por lo tanto de ser captada por la aguja de la cápsula para, literalmente, “joderlo todo” vía realimentación acústica.

Otro elemento crucial del TD 1601 es la disposición de los subsistemas de giro del plato y el brazo en una placa de aluminio macizo que refuerza la estabilidad del conjunto. En el caso concreto del primero de dichos subsistemas, hay que señalar que el cojinete del plato es tensado con una fina rosca de acero mediante una guía, en prolongación exacta del eje entre polea del motor y el eje del plato, eliminándose de este modo cualquier posible oscilación del subchasis causada por las fuerzas motrices del motor que actúan sobre el plato, lo que significa que el elemento en cuestión sólo puede desplazarse hacia arriba y hacia abajo como si de un pistón se tratara, un tipo de movimiento que en el caso que nos ocupa se caracteriza por no perturbar en absoluto el brazo cuando detecta las complejas microinformaciones contenidas en el surco del disco. La guinda del Thorens la ponen los tres preciosos pies de desacoplo con tratamiento antirresonante que soportan la totalidad del conjunto y una conectividad que contempla también el modo balanceado, que en el ámbito de las señales de fono permite obtener mejoras muy sensibles cuando se trabaja con cápsulas de bobina móvil (MC).

TP 160: un “plus” que aporta mejoras sonoras sutiles pero potentes

Lo primero que hay que decir antes de comentar las particularidades del brazo de lectura TP 160 es que se trata de un componente de nueva generación que puede montarse a modo de mejora en el TD 1601 para sustituir al ampliamente contrastado TP 92 que lo equipaba cuando vio la luz en 2020. Es el TP 160 un brazo de alta precisión con longitud efectiva de 9” (228’6 mm) que gusta de inmediato por su simplicidad formal, aunque no hay que dejarse engañar por tal percepción porque la realidad es que estamos ante una elaborada pieza de ingeniería que bebe de soluciones técnicas procedentes de desarrollos utilizados en los estudios de grabación y de radiodifusión. ¿Qué merece la pena destacar? Aparte de una construcción en aluminio irreprochablemente mecanizado en lo que al tubo se refiere y el uso de uno de los célebres conectores SME con fijación por collar para el portacápsulas, brillan con luz propia el extremadamente preciso cojinete -de tipo “cuchilla”- del sistema de giro y un dispositivo de guiado magnético que previene cualquier tendencia al tambaleo, ayudando de este modo a la cápsula fonocaptora en su exploración del surco del disco. El TP 160 se completa con ajustes para parámetros como el antideslizamiento –“anti-skating”- en concreto vía dispositivo clásico por muelle, así como de la altura del brazo y, muy interesante de cara a optimizar la separación entre canales y por tanto maximizar la escena estereofónica, del azimut. Además, el contrapeso que monta le permite utilizar cápsulas de hasta 30 gramos de peso, mientras que un pequeño motor dedicado se encarga de detener la lectura y levantar el brazo de manera totalmente automática.

Propuesto por Thorens como una mejora para el ampliamente contrastado TP 92, el TP 160 es un brazo de lectura en “J” cuya simplicidad formal esconde una ingeniería de muy alto nivel y una flexibilidad de ajuste impresionante.

En síntesis: ingeniería y prestaciones dignas de la mejor escuela europea

Si a la vista el conjunto formado por TD 1601 y TP 160 resulta muy atractivo, al tacto esta valoración se multiplica por la sensación de calidad, de producto bien hecho, que se desprende de ambos. Cierto que el giradiscos tiene un punto “lujoso” mientras que el brazo es poco menos que austeridad centroeuropea en estado puro, pero la mejor conclusión que se puede extraer del análisis de la tecnología que hay detrás de ambos productos es que Thorens ha sabido encontrar de nuevo su particular vía en el reñido segmento de mercado -los lectores de vinilos High End y alta relación calidad/precio- hasta hace poco casi exclusivo de nombres tan ilustres como Rega y Pro-Ject. Cierto es que los 4.000 euros que se piden por el TD 1601 con brazo TP 160 lo sitúan fuera del alcance de muchos bolsillos, pero si se sabe elegir bien la cápsula asociada -un modelo de bobina móvil de la propia Thorens o de marcas tan distinguidas en la materia como Ortofon o Audio-Technica, por ejemplo- la recompensa será una fuente de lectura analógica que garantizará sesiones de escucha placenteras durante décadas.

Thorens TD 1601 + TP 160 – 3.999€

Distribuye DeCineAuioVideo

 

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