Transfiguration Proteus: marcando la diferencia
Cualquier producto del mercado se rige por una serie de características que lo intentan hacer diferente a los demás, aunque lo cierto es que en muchos casos el resultado es el mismo con diferente envoltorio o presentación. En el Hi Fi ocurre exactamente lo mismo, muchos fabricantes parece que investigan hasta límites insospechables para al final ofrecer un producto exactamente igual a los demás, aunque lo cierto es que hay quienes marcan la diferencia, y destacan sobre todos los demás. Me refiero a esos nombres míticos de los que siempre han oído hablar y les ha apetecido escuchar alguna de sus creaciones. Para mi Transfiguration es una de esas marcas, detrás del nombre comercial hay uno propio, el de Seiji Yoshioka, uno de los mayores expertos en el arte de crear verdaderas joyas musicales, alguien que ha dedicado todo su trabajo a mejorar de una manera constante todos y cada uno de los elementos y procesos que intervienen en la fabricación de las cápsulas fonocaptoras. También he de reconocer que su importador siempre me ha parecido de los más serios de nuestro país, Pedro Asencio es un muy buen conocedor del mundo analógico y el hecho de haber elegido a Transfiguration para su portfolio, ya es suficiente aliciente como para que me pique la curiosidad por oír una de estas joyas, máxime si se trata de la laureada Proteus.
Hablaba al principio de esas características particulares que identifican a cada marca, y tras la escucha de la Proteus, deducimos que su sello de identidad es una cosa tan simple como la honestidad. Ciertamente es este es un término tan amplio o tan concreto como cada cual quiera interpretar, pero yo lo entiendo tal cual les resumo a continuación. Este mundo de la llamada Alta Fidelidad está repleto de todo tipo de personajes. Los hay que aparecen de la nada y venden productos por miles de euros, los hay que llevan toda la vida en esto y simplemente por poner su nombre en un producto éste añade un cero más a la derecha de su precio y, desde luego, hay muchos fuegos artificiales. Hay de todo y todos ustedes lo saben igual que yo, por eso para mí el señor Yoshioka es un doble ejemplo de honestidad. En primer lugar porque él sí es una auténtica leyenda del audio con una larga trayectoria de investigación además de importantes aportaciones como el imán de anillo, la ubicación de la bobina justo en el centro del imán, o la constante mejora en los materiales. Pero nuestro fabricante, que siempre tuvo un compromiso real con la relación calidad precio, no pide barbaridades por sus creaciones, sus precios son asequibles, dentro de los niveles que maneja el sector. Quizá esto tenga que ver con su anterior trabajo en uno de los grandes, Sony, donde tanta importancia tiene este factor, o simplemente sea una cuestión personal. Por otra parte tenemos un sentido de la honestidad musical, que se aleja por completo de los extremos y que ofrece una continuidad melódica encomiable, una musicalidad extremadamente natural, una cápsula nacida para desaparecer en el sistema y que realmente marca la diferencia con el resto.
Puesta a punto
En griego Proteus significa “el primero”, “primogénito” algo que le viene como anillo al dedo a nuestra invitada, porque es la líder de Transfiguration, la número uno, algo que le corresponde en primer lugar por sus especificaciones técnicas, pero sobre todo por su sonido. Esta última afirmación no la he podido comprobar por mí mismo, pero desde Sound Sevilla me informan de que las diferencias con los modelos inferiores son notables. De todos modos en el apartado técnico destaca su baja impedancia interna, tan solo 1 ohm, lo cual también implica una baja salida de 0’2 mV.
El diseño del señor Yoshioka se centra en un núcleo cuadrado de “Ultra grade 3S-µ metal” rodeado por dos imanes de neodimio. El diseño no es nuevo, pero sí lo es el material del núcleo y también la ubicación de las dos bobinas que ahora se sitúan sobre el punto de apoyo del cantilever. Otra innovación para la marca es el uso de hilo de plata en lugar del cobre, se trata de un hilo de plata “5N” (99’99% pure) más grueso de lo habitual, que reduce el número de devanados de la bobina, de ahí su baja entrega de 0’2 mV y su sonido más relajado. Finalmente el cantilever de 0’3 mm de diámetro es de boro sólido, al que se fija el estilete de diamante de 3×30 µm. La separación de canales que se indica es mejor que 30 dB y la carga recomendada es mayor a 10 ohmios o de 10 veces la impedancia interna. La forma y el material (aluminio) de la cápsula fueron elegidos por el fabricante con el fin de reducir resonancias y aislar los elementos internos de las vibraciones provenientes del brazo y del conjunto del sistema de lectura. De todos modos, parece que uno de los aspectos más importantes es un nuevo y misterioso compuesto de amortiguación que ayuda a una mejor alineación de la aguja con las bobinas, lo cual contribuye a una mejora en el seguimiento del surco y los cambios de temperatura.
La presentación se ha realizado con mucho gusto. Con una cajita de cartón y letras doradas que contiene un precioso estuche de madera, muy práctico el anclaje trasero para la cápsula con tornillos de plástico, lo cual asegura perfectamente su sujeción. Como no, tenemos unas interesantes instrucciones, no tanto por los datos técnicos que ofrecen, sino sobre todo por los acertados consejos sobre el ajuste de nuestra cápsula.
La baja salida no debe asustar a nuestros lectores, quizá sea conveniente el uso de una alta ganancia, pero con un buen phono y los debidos ajustes no hay el más mínimo problema. Además el ajuste de la cápsula ha resultado de lo más sencillo, su forma más estrecha en la parte inferior del cuerpo ayudan bastante a la hora de su ajuste sobre la plantilla. Cierto que el cantilever está escondido, lo cual dificulta un poco la alineación, pero con la ayuda de una linterna el problema queda resuelto. En mi primer ajuste la notaba un poco “pastosa”, pero con un par de pruebas con diferentes ángulos de ataque, resultó que con un VTA más elevado sonaba mucho mejor. El peso recomendado es de 2,0 gramos y aunque realicé unas pruebas con algo más de peso, me pareció mucho más convincente con el recomendado. Algo que me sorprendió bastante es que con muy poco tiempo de rodaje sonara especialmente bien, cuando este es un factor que afecta de forma decisiva en las primeras horas de escucha. De todos modos le di una buena sesión de rodaje y estuve un par de días intentando no prestarle demasiada atención, lo cual resulto prácticamente imposible.
Llegó el momento…
Siempre me gusta mostrar una buena selección de discos que tenga un poco de cada estilo, aunque he de reconocer que normalmente me centro más en la clásica. Perdonen mi debilidad, pero también es importante testear los nuevos componentes con aquello que tienes más oído. Y aunque cada cual tiene sus preferencias, espero que les gusten las grabaciones seleccionadas para comprobar el verdadero carácter sonoro de nuestra invitada.
Empecé con un disco de la Deutsche, los conciertos para piano 20 y 12 de Mozart por Serkin y Abado, con él realice los primeros ajustes y los primeros minutos de rodaje a la cápsula. Sin querer prestarle demasiada atención ya me pareció que la Proteus se desenvolvía con soltura con el piano, mostrando un timbre muy adecuado. Pasaron otros discos a modo de rodaje y todos ellos me dejaron un buen sabor de boca. La escucha del Cuarteto Nº 12 “Americano” de Dvorak por el Prager Streich Quartett DG me mostró una frescura y una textura que sirvieron a la hora de decidir cuál sería mi primer disco de audición.
Desde hace mucho tiempo vengo disfrutando de los señores del Quartetto Italiano, sus grabaciones para el sello Philips abarcan gran parte del repertorio para cámara y numerosos premios avalan la calidad de esta formación. Personalmente hay un cuarteto de la primera época de Beethoven por el cual siento especial predilección, el Nº 5 del Op.18. Ya desde las primeras horas de rodaje me sorprendió la claridad y textura en el tratamiento de la cuerda, hay en la lectura que realiza la Proteus una soltura y un carácter aterciopelado que convierte la escucha de cualquier formación de cuerda en una auténtica delicia. El inicio de la obra seleccionada sirve para ilustrar mi afirmación, el bello diálogo camerístico es limpio y transparente y la textura es extremadamente suave. Desde las notas más altas del primer violín a las más graves del chelo la Transfiguration recrea ante nuestros oídos un abanico sonoro exquisitamente musical, extremadamente sensual, por su sugestivo poder de seducción. Prácticamente todas las obras son oídas de principio a fin, pues su adicción es peligrosa.
Y siguiendo con la cuerda, quiero reivindicar desde aquí a uno de los mejores violinistas del siglo pasado, Michael Rabin fue muy conocido en los 50, su depurada técnica fue prodigiosa y si tenemos pocos testimonios de su trabajo es porque una grave enfermedad truncó su carrera musical. En 1960 Capitol publicó uno de sus mejores discos, donde con el acompañamiento de la Hollywood Bowl Symphony Orchestra interpreta una serie de piezas de carácter virtuoso. Destaca sobre todas ellas una obra de Saint-Saens, Introducción y Rondo Caprichoso. Un caramelo que me viene como anillo al dedo para demostrar las enormes cualidades de nuestra invitada. La Proteus nos muestra una introducción solemne, o mejor de impacto, como una muestra condensada de lo que ha de venir. El violín de Rabin se muestra carnoso, su textura y timbre es insuperable, con una parte baja muy notable y una cantidad de detalles increíble. Más adelante en el Rondo todo se acelera y el violín se muestra más ligero, volátil diría yo. Un golpe de orquesta introduce al tema principal que luego se repite en diferentes variaciones, pero Rabin ya nos ha atrapado, su vertiginoso ritmo es adictivo y su dulce sonido parece venido de otro mundo. La Transfiguration ofrece un sonido fresco y directo, muy transparente en el sentido de que muestra una gran cantidad de detalles y armónicos. Qué más puedo decir, una interpretación impactante y una lectura deslumbrante, no hay palabras.
A continuación les confesaré mi debilidad por los discos Test de Opus 3, éstos me han acompañado durante mis años de enfermiza afición y siempre han supuesto un referente a la hora de probar diferentes componentes. De los que tengo, me gusta especialmente el Test 4, sobre todo el “House of the Rising Sun” interpretado por Cyndee Peters. La Proteus se maneja sobradamente en este terreno, un saxo, las campanillas y la expresiva voz de Peters, fantástico, sinceramente natural, sin palabras. Más adelante el solo del saxo es estremecedor, no hay más que cerrar los ojos y dejarse llevar, los músicos están frente a ti. Cierto que estas grabaciones suenan muy bien, pero el control de la dinámica de la Proteus es sensacional, incluso en los momentos de menor nivel, cuando la voz y el saxo apenas son perceptibles, como un leve susurro.
Y seguimos hablando de dinámica con el conocido Hope de Masekela, pero no con el Stimela mil veces machacado en ferias y audiciones, sino con el Nomali, un tema que me encanta y que suena endiabladamente bien. Nuestra invitada resuelve maravillosamente bien los acentuados contrastes dinámicos de esta grabación. Pero lo que más me ha sorprendido es la calidez de la parte alta incluso con un volumen considerablemente elevado, esta cápsula demuestra unos niveles de resolución realmente sorprendentes que no están reñidos con una suavidad y musicalidad poco habituales para esta grabación.
Para ir terminando les propongo una obra de sobras conocida, pues muchos de ustedes coincidirán conmigo en que el segundo movimiento de la cuarta sinfonía de Beethoven tiene algo mágico, ese ritmo te atrapa, te seduce… Cada cual tendrá su versión favorita, pero quisiera hablarles aquí de la edición en vinilo de Paavo Jarvi, no porque sea una edición especial con un sonido brutal, que lo es, sino porque la tengo muy oída y se presta a la perfección a un análisis del nivel que se merece la Transfiguration. Se trata de una grabación que respeta meticulosamente el posicionamiento de los atriles del viento, así la Proteus ubica en su lugar exacto a cada instrumento. Quizá le achaque una leve pérdida en profundidad de escena, pero hay que reconocer que lo gana en apertura lateral, con una escena amplia y bien dibujada, la melodía se desenvuelve con su característico ritmo entrecortado, mientras el viento va mostrándose cada vez con mayor protagonismo. Más adelante la orquesta se agita mostrando mayores contrastes dinámicos, lo cual demuestra el excelente control de nuestra invitada sobre una masa orquestal de proporciones considerables, pero pronto unos leves toques del fagot y el acompañamiento complaciente del clarinete devuelven la calma a esta bella composición.
Y para finalizar un pequeño espacio para la ópera, en concreto el segundo acto de La Boheme en la interpretación que Karajan, Pavarotti y Freni firmaron para la Decca en 1972. He elegido este fragmento para el presente análisis, porque es un momento en el que todo brilla, las voces de los protagonistas deben sobresalir sobre el coro y la deslumbrante orquestación de Puccini, en este inolvidable momento frente al café Momus. ¡Qué voz la de ese Pavarotti!, encantadora la Mimi de Freni y sobre todo Musetta, siempre un punto más agudo a los demás. Todos deslumbrantes a unos niveles de auténtica locura, todos brillan excepto la Proteus que suaviza todo ofreciendo una escena audible y placentera. Quiero destacar positivamente este aspecto, porque la aterciopelada musicalidad de esta Transfiguration es la que nos va a garantizar largas horas de audición sin un ápice de cansancio, siempre con un timbre natural y una excelente linealidad.
Conclusiones
La Transfiguration se desliza por el surco con elegancia, ha adoptado el negro como su inseparable amigo, pero aun así no puede pasar inadvertida. No importa qué vinilo suene, de qué estilo o de qué época, pues siempre destaca por su musicalidad exquisita, por su lectura transparente, aunque su mejor virtud es la de ofrecernos una sensación deliciosa y placentera en la escucha de nuestros vinilos. Una agradable sensación que nos adhiere con mayor fuerza si cabe a nuestro sillón.
Después de haberme deleitado con largas horas de escucha, haber oído muchos de los más selectos vinilos de mi colección, después de haberme excedido de forma consciente en el tiempo de prueba de esta pequeña joya, debo confesar decididamente que este componente no habla el idioma audiófilo, siempre pendiente del menor detalle o de demasiados factores que se puedan cuantificar en mediciones de todo tipo, sino que adopta el lenguaje musical en el que prima la naturalidad y la emoción sobre el resto de los factores. A este respecto les diré que nunca escribe, siempre dibuja, en acuarelas casi transparentes, volátiles, vaporosas…
Se puede decir más alto, con más profundidad, con mayor claridad, pero nunca de una forma tan delicada, de una forma tan exquisitamente musical. Esta es la auténtica esencia del vinilo, lo que realmente lo hace diferente del resto de los formatos y esa es la característica esencial de la Transfiguration Proteus, mi más sincera recomendación.
Transfiguration Proteus – 3550€ + IVA
Distribuye Sound Sevilla Import
Equipo utilizado
- Giradiscos Kuzma XL4
- Brazo Air Line con cableado Nordost
- Cápsula Ikeda KAI
- Previo de Phono Jeff Rowland Cadence
- Reproductor de CD-SACD/DAC Emm Labs XDS1-V2
- Previo de línea Jeff Rowland Criterion
- Etapas de potencia monofónicas Jeff Rowland 301D
- Cable digital USB d1 Totaldac
- Cable interconexión entre fuentes y previo Cardas Golden Reference Balanceado
- Cable interconexión entre previo y etapas Transparent Reference XL Balanceado
- Cables de Corriente etapas y CD Furutech Alpha 3 con conectores de Rodio
- Cables de corriente previo y giradiscos Virtual Dynamics Power One
- Rack Artesania Audio Esoteryc