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Llamarlo punto de venta, incluso especializado, es casi un insulto porque Werner –estrictamente hablando, Unión Musical Casa Werner- es un lugar con alma. Para entendernos, un espacio icónico, un auténtico clásico en el que lo comercial se combina con una verdadera pasión por la que debe ser la esencia del audio High End: recrear en casa la emoción de la música y la fuerza del cine. Un clásico –barcelonés para quienes no lo conozcan- que se acaba de reinventar para seguir haciendo lo que mejor sabe hacer: ofrecer excelencia en producto y servicio. Bienvenidos a Werner MKII.

Detalles que sí importan: incluso las persianas tienen su personalidad.

Más de medio siglo en primera línea dando siempre prioridad a la música

Como pueden imaginar, no tengo la más mínima intención de escribir una reseña sobre el “cambio de sede” de un lugar con el que tengo -y, sobre todo he tenido, tanta vinculación emocional sin, como me gusta decir con este tipo de “escritos”, situar el texto en su contexto. Así, pues, viajaré hacia atrás en el tiempo recordando -si la memoria no me falla- que mi primera visita a la ubicación “de toda la vida” -allí desde 1970 para ser exactos- en la barcelonesa Calle Fontanella, muy cerca de la emblemática Plaza de Cataluña- fue a mediados de los 70’, cuando empezaba mi afición por el sonido de alta calidad. Como dato apunto que el establecimiento original estaba ubicado en el barcelonés Paseo de Gracia… ¡desde 1933!

El actual -¡y fundamental!- equipo humano de Werner (de izquierda a derecha y de delante a atrás): Lluís Portolès, Xavi Casellas, Anna Sorribles, Rafa Fernández, Vicente Viguera y Marc Mujals.

Aprovechaba los sábados por la mañana para coger un tren a Barcelona –yo vivía en Mataró, a unos 27 km al norte- y visitar tiendas de Alta Fidelidad… Sindelén, Coesa, Hi-Fi Arimón, Aixelà o Adagio. Nombres ya entrañables que recuerdo con mucho cariño y que junto con el certamen Sonimag –cuya última edición se celebró en el año 2000- me conectan con el principio de una afición a la que, para bien y para mal, llevo dedicando toda mi vida profesional.

En aquel entonces, Werner estaba más concentrada en la venta de discos que en la de componentes de Alta Fidelidad, que, desde luego, tampoco faltaban y que, de nuevo si la memoria no me falla, estaban dispuestos, como marcaba la tradición de la época –había excepciones, que conste, caso de la mencionada Aixelà, en aquel entonces un auténtico escaparate del entonces incipiente, en nuestro país, audio High End- en varios estantes en lo que respecta a las electrónicas, estando las cajas acústicas repartidas entre dichos estantes -¡algo que ahora mismo sería considerado una “herejía” en toda regla!- y el suelo.

Un escaparate a la altura de lo que hay en el interior.

Fue precisamente el poderoso vínculo de Werner con la música lo que a la postre conformó uno de los rasgos más característicos de su personalidad: el perfecto conocimiento de lo que realmente se busca con un sistema de Alta Fidelidad, la reproducción de la música a tamaño natural. En definitiva, para Werner la música siempre ha tenido prioridad, algo que se ha transmitido en sus propuestas tanto puramente comerciales como “sociales”, léase el sinnúmero de eventos y presentaciones que se han ido celebrando en sus instalaciones durante el transcurso de los años, y, por supuesto, en algo tan aparentemente banal y obvio como el hecho de ser uno de los poquísimos establecimientos de su clase donde hoy todavía se puede comprar música –muchísima, de gran calidad y a precio simbólico en el caso de los vinilos de segunda mano- y quienes te atienden saben –aunque unos más que otros- de música.

Un gran clásico en relación calidad/precio exclusivo de la casa: las realizaciones de Opera Consonance.

La conexión High End cobra protagonismo

Mi vínculo “fuerte” con Werner empezó en la primera mitad de la década de los 90’ del siglo pasado, coincidiendo con el despegue del audo High End en nuestro país –que comenzó a darse a conocer con cierta entidad en la segunda mitad de la década de los 80’ vía eventos varios- y el auge del CD, que en su momento hizo estragos con las tiendas de discos de toda la vida. No fue el caso de Werner, por lo menos en el sentido radical, drástico, de la palabra, precisamente como consecuencia de un elevado grado de especialización –en música clásica para ser exactos- que le permitió realizar una transición ordenada al nuevo soporte rey, a la vez que su conocimiento del mercado del audio de alta calidad fue utilizado como punto de partida para una expansión cualitativa y cuantitativa que conformó el establecimiento barcelonés tal y como lo conocen la inmensa mayoría de entusiastas del sonido de excepción de nuestro país.

Hasta donde llega mi memoria, la experiencia de escucha más impresionante que he vivido en Werner tuvo como protagonista una de las versiones mejoradas de las fabulosas cajas acústicas Muon de KEF.
Dynaudio y Kharma al máximo nivel debidamente atacadas.

Dicho lo anterior, no es mi intención entretenerme en describir unas instalaciones que acaban de pasar a mejor vida pese a que tampoco me privaré de decir que algunas de sus salas –en especial la que daba a una de las murallas de BCN- sonaban especialmente bien y, por encima de todo, subrayar el que en mi opinión fue un punto de inflexión que permitió a Werner marcar verdaderamente la diferencia y ascender varios peldaños en lo que a su apreciación desde el exterior se refiere: su célebre loft, situado muy cerca del establecimiento principal y ahora mismo a unos pocos metros de la nueva ubicación de este último.

Kharma y JBL apoyadas por lo último de la fabulosa Spectral.
Kharma, en este caso atacada por las carísimas electrónicas de la francesa A. Charlin.

Muy espacioso, léase lo suficiente para demostrar cualquier “peso pesado” del High End mundial, lo que no es poco… Así a bote pronto me vienen a la memoria realizaciones de referencia absoluta de marcas como Air Tight, dCS, Kharma, JBL, Spectral, Soulution o KEF, y albergar a la vez un número de personas respetable El loft en cuestión destaca asimismo por su excelente musicalidad, cortesía de un diseño acústico a camino entre lo académico y lo personal firmado por Xavi Casellas, mano derecha de Vicente Viguera –alma mater de Werner- y máximo responsable, como si del “Jefe de Sala” de un restaurante de postín se tratara, del día a día del establecimiento barcelonés. En el loft de Werner se han celebrado –y se continúan celebrando- presentaciones de producto y audiciones verdaderamente memorables, cuatro de las cuales inmortalicé en otras tantas fotos que acompañan al presente reportaje, así como un sinnúmero de conferencias conducidas por auténticos expertos –en realidad eruditos- relacionadas con conceptos y obras prominentes de la música clásica.

Kharma, acompañada para la ocasión por una fuente digital de referencia absoluta de dCS y las elitistas electrónicas a válvulas de la rumana Thrax Audio.

Observen que en todo momento me he concentrado en la estereofonía al máximo nivel, pero sobra decir que en Werner el audio multicanal y el Cine en Casa también han tenido su espacio precisamente como consecuencia del efecto multiplicador que tiene la imagen en contenidos como los conciertos en directo de todo tipo de música y, muy especialmente, en las representaciones de ópera. 

Werner MKII: un cambio que no cambia nada y a la vez lo mejora todo

Y llegamos finalmente al “leitmotiv” del presente artículo: el cambio, realmente histórico por cuanto es el primero en más medio siglo, de ubicación del establecimiento principal de Werner desde la antes mencionada calle Fontanella hasta la misma calle –a poco más de un centenar de metros de distancia- en la que está situado su emblemático loft. Un cambio cuya relevancia no admitía prisas ni improvisaciones, motivo por el que fue ejecutado con la debida calma durante un largo año.

Una delicia a todos los niveles formada por ingredientes que nunca fallan: las electrónicas de la británica Naim Audio y las cajas acústicas de la francesa Focal.
Una demostración contundente del carácter ecléctico de las propuestas de Werner.

Cosas de la vida, pasé por el establecimiento de Fontanella, convertido ya en un espacio más vacío que otra cosa, cuando el traslado estaba a punto de consumarse y la verdad es que sentí un poco de pena por un lado y nostalgia por otro. Pero, como dice el refrán, “a rey muerto, rey puesto” y la verdad es que el cambio ha valido la pena en todos los sentidos porque se mantiene la ubicación en el centro de Barcelona y el punto “oculto” de la misma multiplica su interés para los verdaderos aficionados. Digo esto último por algo tan obvio como es el hecho de que Werner no es la típica tienda del “pasaba por ahí y me compré una Koetsu”, sino más bien un lugar muy especial donde aficionados de todo el mundo –repito, de todo el mundo- saben que es posible encontrar una de las maravillas hechas a mano por el hijo del mítico Sugano San y por lo tanto irían allí aunque estuviese debajo de una estación de metro o de tren (¡como en Tokio, vamos!).

Otro clásico de Werner que se mantuvo incluso en los tiempos más oscuros del disco de vinilo: la vitrina con cápsulas fonocaptoras (las Koetsu se guardan en una caja fuerte, como corresponde a su condición de joyas).
Otra maravilla hecha en Japón para desgranar la lectura de vinilos.

Es curioso al respecto la aparente –hablo en lo práctico, que no en lo emocional- preocupación de Vicente Viguera, que con 78 años recién cumplidos y mejor llevados sigue estando al frente del que sin duda es al gran amor de su vida. Una preocupación que más pronto que tarde desapareció por completo y dio paso a ese “Werner MKII” en el que, como me ha parecido justo sugerir “no ha cambiado nada pero a la vez se ha mejorado todo”. ¿Y qué es lo que tenemos? Pues para concretar en lo objetivo “hice currar” un poco a Xavi Casellas para que esbozara las particularidades más significativas de la nueva tienda, siendo su respuesta –literalmente- la siguiente:

  • Nuevo espacio con una distribución más simétrica, mejor acústica, con dos salas más grandes que las antiguas para estéreo y una sala para Home Cinema con Dolby Atmos.
  • La tienda en su totalidad ocupa un espacio ligeramente más pequeño pero por su organización parece más grande.
  • Todo el local tiene un nuevo –y mejor- tratamiento acústico para garantizar una buena audición en todo su perímetro hasta los espacios de exposición.
  • Sistema de renovación de aire continuo ya que las obras se iniciaron casi con el inicio de la pandemia de Covid y por lo tanto incorporamos todas las medidas necesarias para proteger la salud tanto de empleados como de clientes.
  • También mantenemos el loft pero ahora lo tenemos aún más cerca.
  • En este último año se han disparado las ventas de streamers de alta calidad y giradiscos, motivo por el que les dedicamos mucho más espacio, al igual que a los auriculares y a los amplificadores de auriculares.
  • Hemos incrementado la presencia de discos de vinilo nuevos editados por sellos discográficos seleccionados a la vez que seguimos manteniendo nuestra extensa oferta de vinilos de música clásica de segunda mano a 1 €.
  • Además, el nuevo espacio nos permite atender mejor a nuestros clientes porque nos ahorramos tener que soportar el ruido de coches y las vibraciones del metro.
La nueva Werner mantiene uno de sus tradicionales –y más valorados- puntos fuertes: una oferta que lo abarca todo a nivel de precio teniendo como elemento común la musicalidad.
Originalidad estética y creatividad técnica en lectura de vinilos firmada por Opera Consonance.

Estuve largo y tendido en el nuevo espacio y, sinceramente, para mi gusto es mucho más cálido y acogedor que el anterior. Aún así, hay cosas que no han cambiado -¿por qué cambiar lo que está cojonudamente bien?- en absoluto, como la atención que brinda Anna Sorribes, mano derecha de Vicente Viguera en la “sala de máquinas” de Werner y persona tan discreta como eficiente que siempre sabe atender a la gente con la mejor –y, lo más importante, sincera- de sus sonrisas. Dicho esto, he de reconocer que el concepto de “multiespacio interconectado abierto” en el que se ha convertido el decano de los especialistas en High End de la Ciudad Condal resulta de lo más atractivo, sobre todo si tenemos en cuenta que las salas de escucha propiamente dichas están muy bien resueltas tanto en dimensiones como en acústica y los espacios que las “conectan” se han aprovechado para propósitos tan útiles como la exposición de componentes de ocasión. Valga a respecto el conjunto previo/etapa Rotel Michi y las cajas acústicas KEF 105 de edición original –en ambos casos- que puede ver durante mi primera visita.

Atemporal: el fabuloso amplificador integrado estereofónico ATM-2 de la japonesa Air Tight, en este caso con las mismas válvulas de potencia que lo equipaban cuando llegó por vez primera a nuestro país en la década de los 90’ del siglo pasado.
Icon Audio: relación musicalidad/precio rompedora en electrónicas a válvulas.

La gama de productos, concentrada en lo que podríamos llamar “High End de precio no estratosférico” –para eso ya está el loft- combina con buen sentido del equilibrio marcas exclusivas de Werner –Icon Audio, Pathos, BAT- con una parte de exposición en la que figuran los auriculares –en abundancia, con una buena representación de marcas tan distinguidas como Audio-Technica, Meze, Sennheiser o Stax- como protagonistas principales acompañados por una también potente representación de cápsulas fonocaptoras, cables y accesorios varios, todo ello sin olvidar una cuidada selección de los magníficos discos de vinilo distribuidor en nuestro país por la inquieta, comprometida e imaginativa empresa castellonense Kleifri Records.

¡Que no falten! Los vinilos –de música clásica- de segunda mano, en abundancia y a 1 euro la pieza se han convertido en habituales en Werner.
Los accesorios más variopintos y los discos de vinilo siempre han formado parte del “portafolio” de Werner.

Un corolario a modo de Guía Michelín: “la visita merece la pena”

En el universo del High End, los detalles marcan más la diferencia que en ningún otro relacionado con la electrónica de consumo, y lo cierto es que Werner ha sabido preservar con elegancia y capacidad de convicción los que han definido su personalidad durante las últimas tres décadas, en buena parte gracias a la continuidad del que ha sido el “núcleo duro” de su equipo humano, con mención especial para su perseverante “boss”. Concluyo, pues, la presente retahíla de reflexiones –que no reseña- sobre el veteranísimo establecimiento barcelonés citando ese “la visita merece la pena” con que la legendaria Guía Michelín señala a sus restaurantes más distinguidos. 

Signo de los tiempos: el impresionante espacio de exposición dedicado a los auriculares.

Ficha Técnica

Werner, Carrer de les Moles, 4, 08002 – Barcelona – Tel. 93 302 17 92 – Sitio web www.werner-musica.com

 

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