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De referencia

Descubrí Absolare con su previo y sus etapas con las 845, si recuerdo bien en una audición que inauguraba las instalaciones de Audio Elite cercanas a Madrid. Recuerdo que me gustó su sonido, en particular del previo, pues las etapas pese a su buena potencia necesitaban las cajas adecuadas para dar todo lo que podían. Cuando supe que Absolare había desarrollado un integrado a base precisamente de su previo más una etapa de salida con transistores, me dije que debía escucharlo porque podía ser muy bueno.

El tiempo pasó y mi intuición se fue confirmando cuando este integrado fue recibiendo diferentes reconocimientos y premios. Y por fin me llegó el turno de poderlo disfrutar en directo.

Híbrido

Mis sospechas eran fundadas y realmente este integrado viene a ser el previo independiente con sus dos válvulas, al que se ha añadido dos módulos amplificadores de transistores, uno por canal, que eliminan el calor generado en un discreto disipador que discurre por el “lomo” del aparato. Igual que con el previo, hay dos versiones del integrado en función de los materiales internos –cableado y condensadores– utilizados.

El normal o Passion, cuyo precio supera por poco los 20.000 euros, y el Signature que probamos, que roza los 30.000. El primero usa condensadores Mundorf Silver-Gold-Oil en la señal y alimentación, y cableado interno Echole Obsession con aleación de plata, oro y paladio. El segundo, Signature –probado–, va más allá con condensadores Duelund Cast seleccionados en la señal, y cable Echole Signature. Las válvulas son NOS seleccionadas especialmente, además.

Llama la atención en los Absolare el recubrimiento en piel. No es sólo una solución estética –se puede elegir color–, es la forma que han encontrado de dejar inerte el chasis metálico que hay debajo. Un chasis realizado en placas de aluminio cortadas con láser, de 3 mm en laterales y 5 mm en suelo de espesor. Me chocó la primera vez que los vi, pero cuando lo tocas y lo piensas tiene mucha lógica. Muchos aparatos muy “brillantes” por fuera está claro que no amortiguan en sus paredes las vibraciones como éstos. La forma puede resultar incómoda o incluso complicada según en qué sistema: no es muy ancho –menos de 40 cm– pero sí muy profundo –casi 70 cm– además de bastante pesado –más de 30 kg–.

El compromiso estético va más lejos, quizás demasiado en este caso, con los botones de control. Son dos, para selección de fuentes y control del volumen, pero la total ausencia de indicadores nos deja siempre un poco perdidos al controlar ambas cosas. Para el volumen tenemos mando a distancia, pero como el volumen no es un potenciómetro sino uno con 48 pasos y resistencias discretas, más preciso y puro, al accionarlo escuchamos los “clic-clic” de las conexiones internas a cada paso. En la parte trasera un conmutador permite reducir la ganancia total en 6dB si nos quedamos con poco margen de regulación del volumen –puede pasar con fuentes con salida muy alta o cajas de gran sensibilidad–.

La parte trasera cuenta como es habitual con las conexiones. No tan habitual es que podemos elegir las 4 entradas: que sean todas RCA, todas XLR o, como en el que probamos, dos de cada. Las entradas balanceadas cuenta con un transformador interno por canal que pasa la señal a “single end” pues el Absolare no cuenta con arquitectura balanceada interna –pero así se aprovechan las ventajas de ese cableado y una eventual fuente balanceada–. La parte de previo funciona con dos válvulas 12AU7 equivalentes a ECC82 o E80CC, y Absolare entrega el aparato con unidades NOS de máxima calidad. Pudimos comprobar en el previo, tiempo atrás, cuánto influyen en el sonido, y las que vienen son posiblemente el mejor punto de partida –Telefunken–.

El diseño interno es bastante minimalista y artesanal, al estilo de los mejores amplificadores de válvulas. Todo se basa precisamente en eso: un mínimo de componentes usados de la máxima calidad posible, en particular los condensadores de señal y alimentación son raros de ver en aparatos de cualquier precio. En el modelo 2018 se ha modificado la posición de algunos elementos buscando minimizar la interacción entre ellos. Del selector de fuentes la señal va al control de volumen –pasivo– y de ahí a las válvulas –previo–, trabajando en triodo single end, desde donde pasa a cada placa amplificadora de transistores. Cuenta con 12 por canal, capaces de ofrecer mínimo 150 W a 8 Omhios y más de 200 W a 4 Omhios. La alimentación es doble mono –dos notables toroidales– con rectificación independiente también y las citadas baterías de condensadores de gran calidad.

 

Escucha en dos tiempos

La prueba del Absolare tuvo un primer encuentro aprovechando unas sesiones de escucha organizadas por su importador Audio Elite. En su sala grande lo montaron junto a fuentes de lujo y unas cajas excelentes: las Marten Bird 2 o, alternativamente, los monitores Raidho D11. Yo pasé una gran y larga tarde escuchando las primeras. Como fuentes teníamos el lector óptico TAD D600 –CD y SACD–, o un reproductor en red Lumin U1 conectado al DAC Meitner MA-1 V2. El cableado era Kubala Sosna, Echole y/o Neotech.

Había escuchado esas cajas en diferentes ocasiones y con diferentes amplificadores de válvulas y transistores, y enseguida me di cuenta que el Absolare era… otra cosa. La primera sensación es de un sonido cálido, dulce. Pero en lugar de acompañar eso de un velo o de falta de detalle en frecuencias agudas, el Absolare permite apreciar perfectamente detalles a veces ocultos en las grabaciones: pequeños ecos que ayudan a la sensación de aire o ambiente, ruidos de chasquidos de dedos, la cola de sonido de un triángulo o platillo… No, sin duda no recorta en detalle. Y probando alguna pieza elegida con notas agudas de piano, algo difícil dado el carácter percusivo del instrumento, me quedó claro que también ahí puntuaba con nota muy alta este integrado. Veo escrito en mis notas “mano derecha perfecta” y creo que no hay mucho más que decir.

Esta notable combinación de virtudes, la calidez y dulzura general con la transparencia y detalle ofrecido, fue la tónica general durante las escuchas en la sala de Audio Elite y lo sería más adelante, al probar el Absolare en mi sistema doméstico. Pero igual que en las frecuencias altas este integrado no esconde nada y ofrece excelente resolución, la sorpresa es que en las frecuencias bajas tiene extensión e impacto: todo el que necesitemos. No es desde luego tímido, y dio igual el órgano de una pieza barroca que el ritmo de Madonna. Está claro que la sección de salida de transistores va sobrada y mueve sin dificultad cajas como las Marten –sus drivers exigen corriente para notar la patada en el pecho como la notábamos–.

Hablando de esas cajas, sus altavoces cerámicos –y el de agudos de diamante–, confieso que a veces me han sonado demasiado analíticos. La calidez del Absolare se me hizo obvia enseguida con una pieza flamenca: las guitarras, las palmas, incluso las voces dejarían en evidencia enseguida un conjunto “frío”, y con esta combinación no fue así. Las guitarras parecían tener más caja, más cuerpo, las voces sonaban humanas… una delicia, pero insisto, sin exceso de azúcar o recorte de detalles. Otra prueba de fuego fue un aria barroca en la que la soprano está acompañada de instrumentos de metal. Sobresaliente resultado de nuevo, tengo muy escuchado ese corte y la soprano parecía haber ganado algún kilito, estaba más “rica”, pero su voz y el acompañamiento sonaban con total claridad. Tengo en mis notas varias veces la expresión “ideal” con temas muy repetidos y eso creánme no es nada frecuente. En algún tema con graves infrasónicos aprecié alguna ausencia, pero me quedé con la duda de si sería la sala o directamente las cajas, porque me dio la sensación que si la caja llega, el Absolare llega.

Hora de probarlo en un sistema más conocido, en casa, en mi salón con mis Bowers 802D. Y mismo resultado: el Absolare aporta su punto de calidez, un timbre a la vez realista y “rico”, pero también una precisión, un control, una apertura del sonido, sobresalientes. Sí, es un híbrido de válvulas y transistores, y consigue lo que pocas veces alcanzan estos aparatos, combinar de verdad lo mejor de ambos mundos y que lo mejor de uno potencie lo mejor del otro.

No me andaré por las ramas: el Absolare Integrated es la mejor amplificación que he probado en mi equipo. Tal vez ha habido alguna capaz de sacar de las 802D un impacto más sobrecogedor en grave, pero sólo eso, y ninguna ha estado a su nivel en todo lo demás. El piano lo borda, con la microdinámica necesaria, con el aire y la resonancia perfectas. Las voces las clava, son más seductoras que nunca si la canción lo busca, con coros daba escalofríos el realismo… Incluso con música rock o electrónica con ritmos brutales respondía sin problema. Tremendo. Un tema de muestra, el primero y que da nombre al álbum Acatao del grupo Indialucía –fusión de flamenco y música india–, sonó increíble, abierto, profundo, detallado, potente… Son de esas veces que uno agradece no haber cometido nunca el error de vender unas cajas como mis 802D, capaces de dar tanto cuando se las alimenta así de bien.

Conclusión

Confieso que no esperaba tanto de este amplificador: su apariencia y la primera sensación de sonido dulce pueden llevar a engaño sobre su capacidad real. Pero no, no es –sólo– un aparato bonito para gente caprichosa, es realmente un amplificador integrado de máximo nivel al que veo pocos rivales. Es cierto que su precio, alto, le coloca en una posición aparentemente débil frente a integrados o combinaciones de previo y etapa de otros fabricantes. Pero aquí sentado no puedo decir que algunas de esas combinaciones “suenan” mejor que el Absolare. Quizás en algún aspecto concreto sí podría apuntar alguna alternativa, pero en conjunto diría que no. Es, verdaderamente, el híbrido ideal, conjugando como no recuerdo haber escuchado la dulce transparencia de unas buenas válvulas con el ritmo y pegada de los transistores.

Tal vez con cajas muy complicadas la sección de salida sí se vea en un compromiso, pero movió sin problemas cajas como las Marten o mis 802D y eso ya pone el listón muy alto. El integrado Absolare no es sólo que suene muy bien y bonito, o que tenga “de todo” –buenos graves, medios y agudos–, es sobre todo que va un paso más allá de los parámetros habituales. Su sonido ofrece una riqueza, una calidad de timbre, que sólo es frecuente en sistemas de muy alto nivel bien ajustados. Pensando en alternativas con esta capacidad sólo me vienen a la cabeza aparatos de válvulas muy especiales que imponen una selección inteligente –y escasa– de cajas compatibles. Absolare pone a disposición del aficionado un integrado “absoluto” sobresaliente con el que podremos atacar prácticamente cualquier caja. Merece nuestra mejor recomendación: a escuchar a poco que se tenga oportunidad.

Puntos destacados

+ Capaz de amplificar con soltura casi cualquier caja

+ Sonido seductor: cálido y dulce

+ Timbres de gran riqueza

+ Mando a distancia de volumen

+ Estética en directo (las fotos no le hacen justicia)

 Controles “invisibles”

 Precio exclusivo

PVP: 30.000 euros (Signature probado, modelo normal 20.000 euros)

Distribuye Audio Élite

Ficha técnica

Potencia máxima: 150W mínimo a 8 Ohm (200W a 4 Ohm). Impedancia de entrada: 50K Ohms (entradas XLR 10 kOhm). Sensibilidad de entrada 0’5 Vrms RCA (2 Vrms XLR). Ganancia total máxima 37 dB (31 dB con interruptor trasero en “low”). Respuesta de frecuencia: 20Hz–20KHz (+-0’1dB). Válvulas: 2 12AU7 Telefunken. Entradas: 2 línea RCA y 2 XLR. Mando a distancia para volumen. Medidas: 382 x 670 x 200 mm (ancho x profundo x alto), peso 32 kg.

EQUIPO UTILIZADO PARA LA PRUEBA

Fuente

  • Linn Akurate DSM (reproductor en red y DAC)
  • Meridian

Cajas acústicas

  • B&W 802D

Cableado

  • Nordost, Kimber, Neotech

 

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