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Antology Of Piano Music By Russian And Soviet Composers

Mel 10 01963 Mel 10 01964

Parte 1 Disco 1

Nikolai Myaskovsky:  Sonata  Nº 3, Op. 19 (1920)  Yuri Favorin, piano

Aram Khachaturian:  Toccata (1932) Nikita Mndoyants, piano

Dmitri Shostakovich: Preludes, Op. 34 (1932–1933) Andrey Korobeynikov, piano

Tikhon Khrennikov: Five Piano Pieces, Op. 2 (1933). Three Piano Pieces, Op. 5 (1934–1935)  Tikhon Khrennikov jr., piano

Parte 1 Disco 2

Otar Taktakishvili: Poem (1951) Luka Okrostsvaridze, piano
Revaz Gabichvadze: Six Piano Pieces (1958) Luka Okrostsvaridze, piano
Kara Karaev: Six Preludes (“24 Preludes”) (1952)
Natalia Ruchkina, piano
Moisey Weinberg: Sonata Nº5 (1956)
Asiya Korepanova, piano
Alfred Schnittke: Improvisation and Fugue (1965)
Mikhail Turpanov, piano

Viktor Poltoratsky: Two preludes and Fugues from “24 Preludes and Fugues”, op.16 (1967) Nikita Mndoyants, piano
Arno Babajanian: Six Pictures (1965)
Nikita Mndoyants, piano

En 1964 el Ministerio de Cultura soviético creó el sello discográfico Melodiya, orientado principalmente a la distribución de música clásica elaborada por músicos y compositores rusos. Se realizaron grabaciones de los más grandes intérpretes de la antigua Unión Soviética como el gran violinista David Oistrakh o el conocido director Gennady Rozhdestvensky, y muchas de ellas llegaron a Europa de la mano del contrato en exclusividad firmado con EMI. Todavía conservo muchos de estos vinilos que ofrecen versiones únicas de música de Prokofiev, Shostakovich o Tchaikovsky, por nombrar sólo alguno de los más grandes. En 1994 Melodiya concede los derechos exclusivos a BMG en un contrato que duraría hasta el 2003, produciéndose abundantes reediciones en CD  de las antiguas grabaciones soviéticas. Finalizado el contrato, la compañía vuelve a abrir sus puertas  realizando nuevos registros y a partir de 2006 comienza a publicar las grabaciones bajo su propio sello, construyendo en pocos años un catálogo importante.

Melodiya, conjuntamente con la Fundación Tikhon Khrennikov, presenta este ambicioso proyecto que pretende realizar una antología de la música para piano de compositores rusos y soviéticos. Se trata de una serie de 30 CD con grabaciones de las obras maestras de la música rusa y soviética, incluyendo aquellas composiciones injustamente olvidadas por motivos ideológicos o políticos. Forman parte de dicha antología nombres tan conocidos como Shostakovich, Khachaturian, Shebalin, Kabalevsky, pero también otros autores y obras poco difundidas registradas ahora por primera vez. La antología cuenta con la colaboración de jóvenes virtuosos del piano, que además de aportar una interpretación fresca y brillante, han colaborado en la tarea de búsqueda e investigación que ha hecho posible la recuperación de estas partituras. Se trata de la perspectiva de una nueva generación de músicos, la de nuestro siglo, que ahora va a revisar la tradición pianística rusa de los dos siglos anteriores.

Del primer volumen destacan los 24 preludios de Shostakovich, magníficamente interpretados por Andrey Korobeynikov. Con esta composición se cierra la historia de este género especial en la música Europea, desde Chopin a Rachmaninov, pasando por Scriabin o Debussy. Obra de evidente eclecticismo, estas miniaturas musicales son difíciles de clasificar ya que van desde el ligero Preludio en la bemol mayorrepleto de humor, al dramático Preludio en mi bemol mayor,  pasando por el último Preludio en re menordonde Shostakovich parafrasea la Gavotade 1918 de Prokofiev.  Se nos muestra aquí la etapa juvenil del maestro, anterior a la condena oficial de sus obras. Del mismo período (década de los treinta) se han elegido el resto de obras que completan este CD, se trata de composiciones tempranas de Myaskovsky, Khachaturian y Khrennikov, éste último siempre fue fiel al régimen soviético, ocupando  el cargo de Secretario general de la Unión de compositores soviéticos durante 42 años. No podemos olvidar lo ocurrido en la Asamblea del  17 al 26 de febrero de 1948, donde Khrenikov critico duramente a numerosos compositores soviéticos y extranjeros, sufrieron sus críticas Prokofiev, Khachaturian o Myaskovsky, pero fue especialmente duro con Shostakovich, cuya música fue descalificada por su lenguaje abstracto, por su continuada representación de ideas y sentimientos ajenos al arte realista soviético y por la influencia destructiva y perniciosa del formalismo. Después de esto sólo me remitiré a las palabras del folleto informativo “ejemplo brillante de encarnación de los ideales de la cultura soviética”, por cierto la interpretación corre a cargo de su nieto, Khrennikov junior.

El segundo volumen es más variado, ofreciendo piezas de duración breve, entre las que cabe destacar la monumental sonata de Weinberg, así como el delicioso Poemade Taktakishvili. Desde la primera escucha me ha encantado esta obra del georgiano, una melodía sencilla que va creciendo en belleza, una miniatura de apenas cinco minutos que hará las delicias del melómano más exigente.  En cambió, la  dramática Sonata Nº 5 de Weinberg representa todo lo contrario, una sonata de veinticinco minutos de escritura lineal, donde el tiempo fluye lenta y horizontalmente. Pianista judío nacido en Varsovia emigró a la URSS donde perdió a toda su familia en un campo de concentración, pero logro llegar a Moscú gracias a una invitación de Shostakovich, el cual influyó positivamente sobre su posterior creación musical. Tal vez la música que aquí escuchamos nos muestre un episodio concreto de su vida. Los intérpretes cumplen ejemplarmente con su cometido, aunque en ocasiones es difícil contrastar, pues algunas obras presentan aquí su primer registro.  Es esta una excelente oportunidad para descubrir la música para piano rusa, un ambicioso proyecto del que pronto esperamos nuevas entregas.

Calidad Artística: 8
Calidad de Sonido: 8

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