Siempre es interesante asistir a una feria de una afición que me entusiasma, y más cuando tengo la oportunidad de compartir, desde estas páginas, mis impresiones con todos los fanáticos que día tras día siguen nuestras evoluciones dentro de este mundillo, tan desgraciadamente minoritario en nuestro país. Aparte de tener la oportunidad de ver y escuchar equipos de cierto postín, lo agradezco, tengo el placer de encontrar compañeros, y sobre todo amigos, que disfrutan de la misma pasión.
Lo primero agradecer a los organizadores y a todos los expositores el esfuerzo realizado a la hora de preparar en pocas horas todo su material y equipos, para que sean visibles y sobre todo audibles, en unas condiciones que siempre distan mucho de ser ideales. Solo hay que ver lo mucho que peleamos con nuestra sala y cacharros, y el tiempo que nos lleva afinarlos, para darnos cuenta del titánico esfuerzo que supone el hacer que las cosas suenen decentes en unas pocas horas. Gracias a todos por vuestra dedicación.
Tuve la gran suerte de poder gastar bastantes horas de mi tiempo en este evento, con lo que pude escuchar y ver casi todo con mucha tranquilidad e interés. La mayor parte mostró un nivel decente de acuerdo con las posibilidades de cada aparato, está claro. Aunque en ciertos momentos, algún equipo brilló por encima de lo que se puede esperar de él en un evento de estas características, como es el caso del conjunto Sonus Faber, D’Agostino, Brinkmann. Este conjunto me entusiasmó como pocos lo han hecho en una feria. Enhorabuena a Sarte Audio Elite por la labor realizada.
Por otro lado y lo antes posible dentro de este artículo, quiero dedicar unas líneas a lo que menos me gustó, para luego hablar de lo que realmente mereció la pena. No es agradable dar un tirón de orejas a nadie, pero en este caso es muy merecido y debo de hacerlo, aunque duela.
Me pareció cuando menos triste la presentación por parte de Bowers & Wilkins de su nueva Serie 800 Diamond. Me resultó una especie de falta de respeto a los aficionados que allí acudieron –muchos de ellos para escuchar las prometidas 802–, el hacer una demostración tan lamentable del sonido de unos altavoces míticos, que para la mayoría de nosotros representaban una absoluta novedad. Acompañados por electrónica de Classe, las B&W 802 literalmente se arrastraron ofreciendo un pobre ejemplo de su sonido. Los responsables de la sala presentaron las 802 con un volumen siempre ridículamente bajo –que no subían ni ante nuestras peticiones–. Y entre paseos tableta en mano, estos señores eran incapaces de “pinchar” desde sus listados nada que fuera medianamente decente para que se pudiera apreciar alguna virtud de las cajas en cuestión. Tanto las cajas como sus representantes se debatían en el ridículo más flagrante que haya presenciado en una fería. Y mientras tanto… una de sus afamadas caracolas lucía cual estatua, dejando claro de lo que va todo esto, más de lucir palmito que de sonar. Lo siento por B&W, pero el espectáculo que dieron ha hecho mucho más daño a la marca, que cualquier cosa que yo pueda decir ahora. Una lástima, porque los anteriores modelos son exquisitos. Una vergüenza que termine este evento sin que seamos capaces de apreciar ni ligeramente que tal es el sonido de esta novedad mundial.
Bien, acabada esta desagradable tarea, ahora toca entrar en las alabanzas. No voy a decir que todo lo demás sonaba de acuerdo con las expectativas depositadas en aparatos de un precio bastante considerable, que siempre suponen un importante esfuerzo por parte del aficionado a la hora de adquirirlos. Pero si destacar que a pesar de algunos desastres menores, debidos principalmente a la especialmente mala acústica de muchas de las salas, el esfuerzo hecho en el espacio y en el poco tiempo disponible, ciertamente honra a estos profesionales –las cosas no salen siempre como uno quisiera–. Muchos suplían con ganas y simpatía una situación que en muchas ocasiones no podía ser solucionada de otra manera. Para eso están las personas, para arreglar lo que las circunstancias y las máquinas muchas veces no pueden.
Me gustaron mucho las nuevas cajas Focal Sopra, sonaban bastante decentes y la apariencia, al menos para mi gusto, es sumamente agradable. Lo cierto es que estuve bastante rato en esta sala disfrutando de un sonido dinámico, muy espacial y con un timbre bastante decente, dadas las circunstancias. Estoy convencido que estos altavoces en el equipo de un aficionado pueden alcanzar cuotas de sonido elevadas. También tuve la oportunidad de oír las cajas activas de Focal, claramente más orientadas al mercado profesional. No me defraudaron a pesar de estar en una posición que no les hacía ningún favor.
La sala de Sound & Píxel tampoco estaba nada mal presentando las cajas Zero 1 de Avantgarde Acoustic junto con electrónicas de Moon. Muy bonitas las Avantgarde y de un sonido bastante dinámico. Seguro que encontrarán sitio en muchos distinguidos salones, proporcionado un sonido elegante y refinado con un toque de diseño que contentará a las siempre temidas compañeras del esforzado e impenitente audiófilo. Me quedo con la curiosidad de ver hasta donde puede llegar el sonido de las Avantgarde en un entorno mimado. Sospecho que pueden ser algo más que un objeto de diseño.
También pudimos escuchar en la misma sala, aunque en opuesta orientación, un sistema compuesto por las cajas Dali Opticom 8 y electrónica Cambridge Serie CX. Sonido de muy alto nivel con un precio sorprendentemente contenido –en especial el de las cajas Dali, con un tamaño y diseño de primer nivel–.
La sala del distribuidor Corpaw, con cajas Audiovector y amplificación a válvulas Synthesis, por otro lado me pareció enorme para las cajas en demostración. Estas se debatían, entre la necesidad de mover una cantidad de aire excesiva para su contenido tamaño, con una acústica de sala dominada por unos modos que parecían por momentos querer tomar el protagonismo de cada audición. Es lo que hay cuando se juntan un cúmulo de circunstancias adversas. Mucho ánimo a sus importadores, estoy seguro que en la próxima ocasión todo saldrá mucho mejor, las ganas y la simpatía no les faltan.
Había diversas salas en las que se exhibían algunos proyectores de cine de última generación, destacando un brutal modelo de Panasonic 5K que sacaba una impresionante imagen en UHD que dejaba boquiabierto a la mayor parte del personal, con el detalle que era capaz de poner en escena. Nos referimos a la sala del importador malagueño Reydis, donde vimos las más que razonables –en cuanto a calidad-precio– propuestas de sus marcas representadas: cajas acústicas de la firma alemana Heco, los sorprendentes servidores de audio de la coreana Cocktail Audio o las electrónicas en clase A de la francesa BC Acoustique entre otras.
También hay que destacar una sala de cine en casa con electrónica Marantz y proyector 4K de Sony, todo reproduciendo imágenes en UHD y sonido en Dolby Atmos. Al igual que la sala Vieta-Epson donde pudimos ver el nuevo proyector láser Epson EH-SL 10000. Muy interesante ver cual es el futuro del cine en casa de calidad. Un espectáculo que queda a la espera de que dispongamos en nuestras hogares del software adecuado para poder aprovechar todas esta posibilidades.
En otra amplia sala podíamos encontrar la “guarida” del incombustible Ken Ishiwata. Allí había montado un equipo con electrónica Marantz, moviendo unas cajas Tannoy. Es curioso como no deja de sorprenderme por muchas veces que lo vea, tanto su extraña pero genial forma de colocar y orientar los altavoces dentro de la sala de escucha, como su “loca” indumentaria. Es un verdadero clásico en todos los eventos a los que asiste. Esperemos que siga así por muchos años.
También había una sala dedicada a expositores con stands, donde se podían encontrar algunas reputadas marcas de auriculares además de algún que otro plato de talla mundial, como el que podíamos encontrar en el stand compartido de “Audiohum” y “Alma Audio”, el plato AMG Viella con su brazo y la primicia en España de la nueva cápsula de la misma marca, el modelo Teatro. Las marcas Oppo, Hifiman y las representadas por HifiMansión, habitaban en aquellos recónditos rincones, entre otras.
Por último me he dejado para el final la sala de Sarte Audio donde tenían expuestos varios equipos, de los cuales solo tuve la oportunidad de escuchar dos, aunque estuve bastante tiempo allí. El equipo con electrónica Prima Luna y cajas Wilson Audio Sabrina sonaba bastante bien, dando una buena idea de lo que las nuevas cajas de contenido tamaño de la firma americana son capaces de dar a poco de que uno se ponga a ello.
Contundencia en los ataques, grave extenso y controlado, medio cálido y articulado y agudo extenso y bien definido, son una pequeña muestra de lo que estas recién llegadas ofrecen. Una buena manera para el aficionado que esta dispuesto a entrar en el mundo del sonido “Wilson”, de hacerlo sin tener que hipotecar la casa en el intento.
Las Sabrina son unas cajas más que honestas, las cuales proporcionan unas prestaciones por encima de lo que uno podría anticipar dado su tamaño. Un gran logro para Wilson Audio. Una lástima su precio –aún muy lejos de ser apto para todos los públicos–, porque si solo fuesen un poquito más baratas, estoy seguro que arrasaban con el mercado. ¡Soñar es gratis! ¿Veremos el próximo año las nuevas Alexx? Por favor, señores de Sarte…
En el otro lado de la sala se encontraba el que ha sido sin duda la gran estrella de la feria. La combinación de electrónica D’Agostino, previo de fono, previo de linea y etapas monofónicas, junto con las Sonus Faber Lilium, y el plato Brinkmann con Cápsula Brinkmann EMT Ti, se convirtió en la referencia en cuanto a sonido se refiere.
Pude escuchar el equipo durante un rato bastante apreciable, y la verdad es que quede gratísimamente impresionado. Definir el sonido que ofrecía al afortunado oyente con una palabra puede parecer pretencioso, pero es posible, “transparente”. Ni más ni menos. No tiene ningún sentido entrar en describir cada faceta de su sonido, dinámica, timbre, control, transitorios, de todo lo que uno pueda observar y analizar iba sobrado. Y sobre todo cuando empezó a sonar con el plato. Amigos, ¡que combinación! El resultado ni más ni menos es, que en un ratito había pasado de analizar el sonido a disfrutar plenamente de la escucha, daba lo mismo que algún despistado pasase por delante o hablase a un volumen inadecuado, o que nuestro anfitrión, Juan Rubio, cambiase el corte, o que pusiese una grabación de referencia y en el proceso retrasase la escucha de otro de los equipos que había en la sala, nada podía molestar ni distraer la atención de tal despliegue de emociones musicales. Excelentes cajas y sobre todo excelente electrónica. Mi enhorabuena al señor D’Agostino por fabricar tales elementos de disfrute, que aunque están solo al alcance de una exigua minoría, no por eso dejan de ser increíbles. Tanto en diseño como en su desempeño son geniales y se merecen mis mejores palabras.
La verdad es que me he divertido bastante en este evento y espero que se repita de nuevo para disfrute de la afición de este país. Hace falta que este tipo de acontecimientos ocurran más a menudo. Nos dan la oportunidad de encontrarnos con viejas amistades, hacer algunas cuantas nuevas, y aprender siempre un poquito más sobre esta maravillosa mezcla de locura y pasatiempo que es la alta fidelidad y el Audio video. Mi enhorabuena a todos los expositores por los resultados y mi clara apreciación del esfuerzo realizado, aunque en algunas ocasiones no de el resultado apetecido. A seguir con ello.