Publicidad

Dos fotos que muestran los efectos del Onix DX-3002

La primera foto muestra la señal de salida de un transporte de CD habitual, la segunda imagen es exactamente ésta señal, una vez que ha pasado por el Onyx DX-3002.

Típica señal de salida SPDIF de un reproductor de CD
La misma señal del reproductor después de ser recloqueada por el DX3002

DX 3002 trabaja con un reloj maestro ultra estable.

Transformadores de señal hechos por encargo, optimizados para bajas pérdidas y una precisa respuesta en la transparencia de la señal.

Fuente de alimentación especial con potencia más de 100 veces mayor que la realmente necesaria.

Uso de componentes de la mejor calidad en todo.

Cable de núcleo sólido con dieléctrico de aire.

Con doble apantallamiento: una capa de lámina de cobre y una capa de cobre trenzado.

Fuente de alimentación 100-240V, 0,7 A, 42 VA -56

¿Cómo suena?

Una vez vista su construcción, podemos decir que denominar al Onix DX-3002 únicamente como cable digital, se convierte en una simplificación excesiva, que se emplea solamente por pura comodidad.

Pero la pregunta que me asalta la cabeza, y me imagino que les ocurre lo mismo a la mayoría de los aficionados que lean esto es, ¿produce el cable digital Stein una mejora cierta y palpable en la reproducción de nuestra música, que nos obligue a plantearnos su adquisición o la sustitución del cable digital tradicional que ya tenemos?

Para salir de dudas, y con el ánimo de no ponérselo nada fácil al cable alemán, hemos comparado el Stein a dos cables americanos de absoluta referencia como son el Purist Audio Proteus Rev B y el Stealth Varidig Sextet.

Como el fabricante me envió una unidad del Onix DX-3002 nuevo a estrenar, necesité bastantes horas de rodaje hasta conseguir estabilizar el rendimiento del mismo. A parte de las recomendaciones del distribuidor en este sentido, pude ser testigo de cómo paulatinamente con más horas de funcionamiento, el sonido del sistema mejoraba. El sonido pasó de ser muy detallado pero algo frío, a ser cada vez más relajado y cálido conforme más horas acumulaba el cable funcionando. Aproximadamente, pasadas 200 horas, ya no pude apreciar nuevas mejoras, pues o rendía ya al 100%, o eran tan sutiles que pasaban desapercibidas. No obstante, el distribuidor recomienda alargar más el rodaje, pues indica que el cable continúa mejorando, ya en menor medida hasta alcanzar las 400 horas. No tuve ni tiempo ni paciencia para alcanzar esa cantidad y con unas 300 horas de rodaje comencé las audiciones y comparativas serias.

Entrando ya en valoraciones, el Onix DX-3002 confiere al sonido de nuestro equipo, unas cualidades que yo valoro de manera muy importante. El cable Stein ayuda a estructurar el sonido de nuestro sistema sobre una fuerte base, formada por una frecuencias graves muy convincentes, sólidas y profundas que le confieren a la escucha un gran realismo y sobre las que se apoyan el resto de las frecuencias.

Existen ciertas marcas que presumen de gran extensión, aireación y detalle en las frecuencias agudas, a costa de aligerar la zona grave y medio-grave. Este es un «truco» con el que la alemana Stein choca frontalmente. Su sonido se estructura de abajo a arriba con una zona grave y medio-grave insuperable, que le confiere al sonido un cuerpo y credibilidad que se mantiene hasta las frecuencias agudas.

Según mi opinión, no existe un sonido creíble que no tenga unos graves profundos y sólidos. Unos graves ligeros o «light» siempre me producen una sensación de sonido grabado e irreal. ¿Os habéis fijado los graves que reproduce un buen sistema analógico? Poco más queda que decir al respecto…

1 2 3

Comments are closed.