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Más detalles

Ya nos hemos puesto con la descripción del aparato así que sigamos por ahí. La conectividad es completísima, y además de los obligatorios HDMI compatibles 3D -5 entradas más una delantera, y 2 salidas-, contamos con 8 entradas analógicas estéreo, una multicanal y 5 digitales tradicionales -coaxial o/y óptica-. Y, novedad, una entrada digital USB con dos caras: puede actuar como entrada USB estándar,hasta 24 bit y 96 kHz, con cualquier ordenador, o podemos activarla como USB “asíncrona” hasta 24 bit y 192 kHz, instalando un driver en Windows -directamente con Mac-.

La parte digital del receptor merece mención especial, pues además de esa conectividad USB avanzada, dispone de un chip DSP de 40 bit dedicado sólo al sobremuestreo, a 24/192 de estas señales, usando el ya conocido algoritmo ATF original de la suiza Anagram. Todas las entradas digitales, y las analógicas que se digitalicen -lo hacen todas si no pulsamos el botón “analog direct”-, se beneficiarán de ello. Por cierto y antes de que alguien pregunte qué ocurre con el DSD -pues el ATF trabaja con PCM-, este receptor no soporta DSD -tampoco vía USB-. Para disfrutar de nuestros SACD deberemos pues usar un reproductor externo como el BD752 y las conexiones analógicas. En cuanto a los convertidores utilizados, usa un DAC CS43122 estéreo para los canales principales -ese chip es un viejo conocido de los receptores de la casa- y luego un chip multifunción CODEC -declaran en su ficha usar un CS52526 que no conozco, yo apuesto que es un CS42426- para la conversión DAC del resto de canales, y la conversión ADC de aquellas entradas que lo requieran. Por otra parte hay dos DSP TI de 32 bit dedicados al proceso del sonido, y un Anchor Bay ABT2010 para el vídeo.

CA_751r_detalle_conexiones_frente

La construcción interior de este Cambridge me ha gustado, es moderna con cableado mínimo gracias al entrelazado de placas, con una parte central ocupada por el “túnel” de disipadores de la parte de potencia que desemboca en un ventilador trasero -hay otro delantero para la admisión del aire-. El chasis, y la tapa, son de una chapa sólida de mayor espesor del habitual y no me llamó la atención ningún detalle mal resuelto. Es un aparato robusto que dará años de satisfacción.

La fuente: 752BD

Como acabo de comentar, si queremos reproducir SACD necesitamos una fuente… y la tenemos, pues el importador nos cedió para esta prueba, además del receptor su reproductor tope, el 752BD, capaz de leer todo tipo de discos -BR, DVD, SACD, DVD-A, CD, etcétera-. De hecho, este aparato es “LA fuente”, porque además de leer cualquier disco óptico también tiene conectividad USB para leer archivos de audio o de vídeo en un disco duro o memoria externa, además tiene conectividad de red -con cable o WiFi gracias al adaptador incluido- para hacer lo propio con esos archivos a través de nuestra red doméstica… y, también por tercera vez, conectividad digital a través de tres entradas, óptica, digital y HDMI/MHL para fuentes normales externas o móviles/tabletas.

CA_752BD

De hecho y salvo por la entrada USB asíncrona del receptor, el reproductor le supera en posibilidades, ya que comparte con aquél el procesado interno ATF y usa unos conversores DAC de mayor calidad, los Wolfson WM8740 estéreo. Tiene nada menos que cinco, uno para las dos salidas principales estéreo, y otros cuatro para las salidas multicanal -7.1 son ocho canales, y sí, se repiten las principales con otro chip-. El uso de estos DAC, el sobremuestro ATF y un detalle que no pasa desapercibido en el frontal del aparato con indicación de qué “filtro” digital se está utilizando -seleccionable en el propio frontal o con el mando a distancia-, nos recuerda a cierto popular convertidor de la casa. Sí, este reproductor tiene dentro -entre otras cosas- el equivalente a un Dac Magic. Otra “cosa” que tiene, es el conjunto de lectura y procesado de origen Mediatek de última generación, con lo cual estamos al nivel de la referencia -Oppo-, además del procesador de vídeo Marvell QDEO que actúa en las fuentes pero sólo por la salida HDMI 1.

Por cierto, que nadie piense con lo dicho más arriba que estamos ante un Oppo re-etiquetado. Ni caja, ni fuente de alimentación, ni opciones, ni circuitería analógica de salida, ni el sobremuestreo digital… ¡etcétera!… son iguales. Mirando las prestaciones de uno y otros, el Cambridge quedaría justo entre los dos Oppo -103 y 105-, lo cual es justo si vemos que su precio también se queda entre ambos. Sin embargo hay que tener en cuenta que el británico tiene una diferencia clave si nos fijamos en el audio. Como comentamos más arriba, cuenta con un DAC dedicado para cada pareja de canales, incluyendo un chip dedicado a la salida estéreo, cosa que lo equipara al modelo más alto de la gama Oppo (105) que también usa un Sabre para las salidas multicanal, y otro dedicado a las salidas estéreo (en su caso incluyendo una balanceada).

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