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Un gran «hermano pequeño»

DarTZeel es la marca de Hervé Delétraz, ingeniero electrónico suizo cuya filosofía se resume en esta frase: «primero escucha y después mide». Para él la parte subjetiva o humana es vital a la hora de diseñar y construir aparatos dedicados a la música y tal como describe en su página, cuando están desarrollando un producto se centran en escucharlo y hacerse la pregunta: ¿nos acerca al espíritu de la música? Ars Antiqua Audio es ahora su distribuidor nacional y curiosamente su alma máter, Xubing Zhu, suele hacernos esa pregunta cuando escuchamos algún equipo o aparato suyo… ¿te está gustando la música que hace sonar este equipo? Es verdad que a veces hay que intentar dejar apartada la búsqueda de la perfección audiófila para escuchar con esa perspectiva y el ejemplo más fácil puede ser la escucha de sistemas «imperfectos» como platos o válvulas. Si nos centramos en el ruido de fondo o el impacto en grave, por ejemplo, quizás nos estaremos perdiendo todo lo demás… que posiblemente sea lo más importante.

Pero darTZeel no fabrica platos ni aparatos de válvulas, y sin embargo su mando de volumen se llama «Pleasure Control» (!) muy en línea con su filosofía. Cuando este amplificador arranca el mensaje en pantalla es «Initialising Little Heaven Corner»… algo de humor y bastante de realidad. A nivel técnico abogan por el uso de circuitos minimalistas en lo posible, rápidos, sin realimentación, y buscando una distorsión temporal nula. Su gama es muy exclusiva y poco amplia: unas etapas monofónicas (165.000 euros), una estéreo (40.000 euros), un previo (40.000 euros), un integrado (25.000 euros), y ahora se les suma el integrado «básico» (16.200 euros) que probamos: el darTZeel LHC-208. Sus aparatos suelen ofrecer mejores prestaciones de las que anuncian en diferentes mediciones, algo no muy usual y menos en una marca que afirma dejar esas mediciones como algo secundario.

Muy integrado 

Cuando decimos «integrado» en este caso no nos quedamos cortos, porque el LHC-208 no sólo incluye previo y etapa en su chasis, además cuenta con un convertidor digital-analógico DAC propio (y el primero de la marca) y además un reproductor de medios digitales también interno. Es decir que con él y una pareja de altavoces tendremos equipo, al que se podría añadir un transporte digital (lector CD) o/y un tocadiscos (y su fono, pues el darTZeel no lleva). Visto así, tenemos de alguna forma cuatro aparatos en uno: reproductor «streamer», DAC, previo y etapa. La reciente subida de precio a esos 16.200 euros sigue pesando, pero dividida entre cuatro sí que pondría más complicado montar un equipo con cuatro componentes separados que estuviera a su altura, por mucho menos.

Encerrado en un robusto chasis en los colores de la casa (dorado y rojo, llamativo sin duda) que mide los habituales 44 cm de ancho por 35 cm de fondo y 16 cm de alto, el LHC-208 ya declara sus intenciones cuando lo coges y sientes sus casi 20 kg de peso. Y eso que no tiene apenas aluminio en forma de grandes disipadores: la ventana a su izquierda desvela la solución elegida por los suizos en este caso, algo muy original en audio que yo sepa. Se trata de un radiador estilo informático (del especialista en disipadores y «silent PCs» Arctic, también suizo) , con «heat pipes» que llevan el calor de los transistores de salida hacia el ambiente. La etapa interna trabaja en clase AB, y a la decena de minutos de estar conectada mantiene unos 45ºC (lo indica en la pantalla de la que enseguida hablamos). Si escuchamos música a nivel moderadamente alto, veremos 50-52 grados y a partir de ahí un ventilador empieza a girar suavemente (es inaudible incluso con el oído pegado) para evacuar las calorías extra.

 

Esta no es la única solución avanzada en este amplificador. La gran pantalla frontal es a color y ¡táctil! En ella tendremos toda la información para escuchar la fuente elegida, subir o bajar volumen (y elegir nivel según la fuente), y servirá para darnos información al usar como fuente su propio reproductor digital interno. Todo es también manejable cómodamente desde el mando a distancia, que por cierto es demasiado sencillo (plástico) para el nivel (y precio) del darTZeel. Por debajo cuenta con tres pies algo elásticos dispuestos de forma asimétrica que aseguran buena estabilidad.

Delante tenemos además de la pantalla una salida de auriculares (jack grande de 6’35 mm) y una entrada auxiliar (jack estéreo 3’5 mm). La parte trasera la ocupan la conexión de corriente (IEC), las entradas digitales con dos coaxiales, dos ópticas e incluyendo Ethernet y USB, y las entradas analógicas (3 RCA y unas BNC «Zeel» propias de baja impedancia). Las salidas de altavoces usan los excelente conectores Cardas, que no aceptan muy bien bananas pero sí son seguros con otras conexiones.

Por dentro, la sección de amplificación del LHC-208 es casi gemela de la del integrado CTH-8550 de muy superior precio. De hecho, es casi idéntica, pero cuidando menos la topología, es decir, cómo están dispuestos los componentes: el hermano mayor es «doble mono» con todo simétricamente dispuesto, aquí las cosas están menos «ordenadas» (también hay más circuitos y menos espacio). Pero tenemos prácticamente los mismos 200 W a 8 Ohm, que se multiplican a impedancias más bajas, llegando a medir algo más de 500 W dinámicos por canal.

En cuanto al reproductor digital o «streamer», estaba convencido que darTZeel había aprovechado alguna de las plataformas existentes tipo «micro-ordenador» pero no es así. Parecen haber desarrollado realmente algo propio y que como veremos funciona muy bien, además lo han hecho bien y es estándar UpnP, es decir, casi cualquier aplicación compatible servía para manejarla. Usé Bubble UpnP que es seguramente la más versátil o potente (y la que uso más junto a la de Lumin). 

Esa es media parte digital, la otra media es el DAC: ambas son novedades en este aparato pues hasta aquí darTZeeel sólo había fabricado amplificaciones, no fuentes. El DAC usa un chip que no es último grito, el Burr Brown (ahora Texas Instruments) DSD1796. Es un chip bastante usado en aparatos de hace unos años (me vienen varios Marantz a la mente) que aquí han implementado con algunas particularidades, con un reloj bien trabajado y lo mismo en cuanto a alimentación y por supuesto parte analógica, su especialidad. Según Delétraz tardaron un tiempo en poner a punto este circuito hasta estar del todo convencidos o satisfechos que ofrecía el sonido que buscaban. Y por eso este aparato se llama «danalogue», porque es digital con sonido analógico… un nuevo toque de humor suizo. Puede decodificar PCM hasta 384 kHz/24 bits o DSD128, tanto al reproducir internamente como vía USB (por coaxial/óptico sólo PCM 192).

Prueba

La filosofía de darTZeel está clara, y cuando escuchas sus ampificadores no te quedan dudas de su perfil. Había disfrutado de este LHC-208 en las instalaciones de Ars Antiqua y me gustó como para querer «más», de ahí esta prueba… Lo usé en mi sistema del salón, tanto con las cajas Bonysound que recientemente probamos (https://hifilivemagazine.com/bonysound-symphony-ii-silver) como con mis Bowers 802D. Es curioso que los suizos diseñen aparatos tan personales y diferentes del resto como los darTZeel o los Nagra… aunque reconozco mi debilidad por la estética de los segundos.

Instalar el darTZeel es sencillo porque no es demasiado grande ni pesado. No me quedó del todo claro si prefería su sonido directo en el suelo (grave algo más presente) o sobre la base de granito que suelo usar para amplificadores (sonido algo más ágil) porque también influían en esa «ecuación» los cables. Ars Antiqua me prestó un juego de Cardas Clear (altavoces) que preferí a mis habituales Kimber al darle precisamente un toque más cálido. Seguí con ellos y el suizo sobre la base. Como ya he comentado, a los pocos minutos de estar encendido se estabiliza en unos 40 grados (tibio) y si le «damos caña» estará en los 50 grados: 54 o 55 será lo más que vi en la pantalla, con el ventilador a unas lentas 300 rpm o así. Sin encerrarlo, es un aparato que puede estar en una estantería o mueble más «justo» sin problemas.

¿Y cómo suena? Enseguida lo tienes claro: cálido, rico, musical… ése es el perfil del darTZeel y parece que su marca de la casa. Esto no significa que no sea detallado ni que no tenga capacidad de mostrar una escena sonora grande y precisa. Al contrario, escuchando música con el suizo te sientes más metido en ella, y aprecias mejor la profundidad de la escena, el «aire» que te dan esos microdetalles. Seguramente la mejor manera de entender cómo es su sonido sea por contraposición a mis etapas Hypex NC400. Al cambiar de uno a otras, me llegó ese sonido familiar suyo, con un grave más impactante y controlado (la pegada es el único punto flaco del suizo), con una buena neutralidad, «desaparecen»… Pero la música me parecía estéril en comparación a darTZeel. Así de claro: estéril, vacía, simplificada. Quizás si te concentras sí aprecias esos detalles, esos sonidos y ecos que se pierden… pero no es algo obvio, y además parece que te estás perdiendo algo, como si desapareciera el aire que antes sostenía el escenario. Entre el mayor esfuerzo mental y la aparente ausencia de armónicos, pues lo dicho, estás deseando volver al sonido del darTZeel y su sonido «rico». 

Probar este integrado suizo me ha dado bastante qué pensar… En nuestra afición, o en nuestra faceta como probadores si nos dedicamos a eso (aunque seguimos siendo aficionados con amor por lo que hacemos) a veces hay etapas en las que se da más o menos importancia a algún eslabón de la cadena. Es una pregunta habitual de gente nueva: si es más  importante esto o aquello, si hay que invertir más en fuente, cables, cajas… A estas alturas todos tenemos claro que las cajas y su interacción con la sala es un elemento clave, pero a mí de vez en cuando me ocurre que redescubro lo importante que es la amplificación. No es sólo que sea capaz de mover bien las cajas (mis 802D a volumen alto son difíciles y las Hypex ya las mueven muy bien) sino que la música que ese amplificador con ellas «te mueva a ti»… y en eso el darTZeel ganó por goleada a la Clase D. 

Su sonido, su «color», me recordó al de los mejores amplificadores de válvulas que he tenido en casa, por lo menos aquellos que destacaban por este motivo. Mi propio Gran Filarmonía (cuatro EL34 por canal y 60 W) tiende más a la neutralidad que el suizo, por ejemplo. Es lo correcto… pero el darTZeel te seduce, y si necesitas potencia y corriente también es capaz de darla, a un ritmo que ninguno con válvulas puede seguir. Al final hay que dar la razón a estos suizos: escuchar música es algo subjetivo y el sistema te tiene que seducir para que sigas escuchando. Si te encuentras buscando el mando a distancia o tableta para buscar el siguiente corte, mala señal. Si parece que tienes ganas de hacer otra cosa, mala señal. Si miras el reloj, mala señal. Algo no está bien en tu equipo si te pasa eso. Si al contrario las canciones y los temas se suceden y te pasa el tiempo volando escuchando música… es que todo está bien y lo estás disfrutando. Eso es, justo, lo que consigue el darTZeel.

Podría extenderme otra prueba entera sobre su reproductor y DAC internos. Si el sonido de la amplificación me sedujo, eso fue toda una sorpresa para mí. Estoy bastante bien servido con mi Linn Akurate (reproductor y DAC además de previo) y, salvo cuando probé su hermano mayor Klimax Katalyst  (enlace a https://hifilivemagazine.com/linn-klimax-katalyst-dsm-2/) ha salido airoso de todas las comparaciones. Pero aquí… no lo tengo tan claro: el reproductor interno del darTZeel, y su DAC indisoluble (no hay salida digital para «comparar»), están muy bien resueltos. Reproduce cualquier tipo de archivos (PCM o DSD), es fácil escuchar Tidal a través suyo con una aplicación como Bubble UPnP (aunque sin MQA) pero sobre todo suena ¡realmente bien! Me pareció que frente al Linn ofrecía un sonido más refinado, más claro incluso y eso que ganaba también en pegada.

Que nadie piense que este DAC y reproductor interno son añadidos de última hora: darTZeel insiste en que han tardado en ponerlo a punto y escuchando el resultado les creo. Es algo a tener muy en cuenta al estudiar este aparato y hacer números… dudo que ahora mismo haya en el mercado nada por menos de un 30 por ciento del precio del suizo que esté a su nivel en este apartado. 

Conclusiones

Aunque la estética darTZeel choca con sus colores, en directo se ve un aparato de calidad y bien hecho. Curiosamente le da un toque particular a la música, así que tal vez el color rojo (cálido) y dorado (rico) están elegidos precisamente por ello… Los colores, lo confieso, no me gustan, pero la música que ofrece el aparato, sí y mucho. Prácticamente cumple con ese «grial» audiófilo de ofrecer la calidez o musicalidad de las válvulas, con la fuerza y limpieza del transistor. No me dejó indiferente cuando lo escuché la primera vez, y lo echaré mucho de menos después de probarlo a fondo en mi sistema… Ya sé que el precio obliga a pensarlo mucho, incluso dividiéndolo por las partes que suma, pero es un «integrado» casi único por lo que ofrece y cómo lo ofrece.

Puntos destacados

+ Sonido de alto nivel y «marca de la casa» con un bienvenido punto de calidez 

+ Muy versátil: entradas analógicas, digitales, y salida de auriculares

+ Reproductor en red incorporado (sobresaliente)

+ Pantalla táctil

– Mando a distancia de plástico

– Precio

PVP: 16.200 euros

Distribuye Ars Antiqua Audio

FICHA TÉCNICA

Amplificador integrado con cinco entradas analógicas de línea: 3 RCA, 1 Zeel (BNC 50 Ohm), 1 jack estéreo 3’5mm frontal (Aux). Entradas digitales: 1 USB (DSD256 PCM 24/384), 2 SPDIF RCA, 2 TosLink, 1 RJ45 Ethernet (reproductor interno). Potencia máxima de salida: 200 W por canal a 8 Ohm y 300 W a 4 Ohm. Salida de altavoces Cardas, para auriculares 1/8’’. Ganancia: previo 0 hasta +12 dB, etapa 26 dB. Mando a distancia para selección de fuentes, volumen, menú y standby. Pantalla de color táctil para todas las funciones. Consumo máximo 900 W. Respuesta en frecuencia 7 Hz a 170 kHz (+-3dB). Dimensiones (An x Al x Prof) 440 x 130 x 350 mm. Peso 16 kg.

EQUIPO UTILIZADO PARA LA PRUEBA

Fuentes

  • Linn Akurate DSM

Cajas acústicas

  • B&W 802D
  • Bonysound Symphony II silver

Amplificación

  • ARS Sonum Gran Filarmonía (integrado válvulas)
  • Hypex NC400 (etapas monofónicas Clase D)

Cableado

  • Cardas, Nordost

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