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Manteniendo su legendaria resolución ha avanzado enormemente hacia una tímbrica extraordinariamente natural, nada forzada: resulta mucho más fácil escuchar los dCS de esta generación que los anteriores. Habrá quien crea que no es la evolución natural, pero en mi opinión sí lo es. Realmente la firma tiene ya poco margen de mejora en el nivel de detalle con el que reproduce las grabaciones, pero la tímbrica parecía estar en un segundo plano durante mucho tiempo. Ahora han dado un paso de gigante y la diferencia a oído respecto al sonido analógico se ha acortado de una forma extraordinaria.

El desempeño de todo el sistema fue abrumador, no teniendo la amplificación Soulution la menor dificultad en atacar las siempre exigentes Exquisite Classique, de tal manera que lo que oímos fue música únicamente, con un timbre de los instrumentos casi absolutamente real. Algún pasaje con agudos un punto ásperos es la única faceta mejorable. Tanto con los cortes en CD, como con el reproductor alimentado por la tableta, la música se reprodujo con la misma solvencia y autoridad. Por mucho que me empeñé, no fui capaz de encontrar diferencias entre uno u otro origen. Dejo al criterio de cada cual el hecho de si pude verme en una situación de sugestión o no, pero desde la objetividad más absoluta no puedo decir que yo escuchase diferencias de ningún tipo.

Con posterioridad conmutamos a la amplificación a válvulas Icon Audio, tras una breve pausa. Esto incluyó también el cambio del cableado. Vaya por delante que Icon goza de un prestigio y una reputación extraordinarias y para la firma era una gran piedra de toque mostrarse en un sistema del nivel del mencionado. Mantuvo el tipo con una gran dignidad, dando una tímbrica magnífica, a pesar de la dificultad que suponía mover las Exquisite Classic. Recuerdo especialmente el corte del aria para barítono de “El Holandés Errante“, donde la voz de Bryn Terfel suena con toda su elegancia y autoridad, rica y matizada. Este aria me dejó impresionado, sencillamente. He escuchado a este barítono innumerables veces y nunca hasta este momento me había sonado de una forma tan pletórica como en esta configuración. Por otra parte, me gustaría señalar con total honestidad, que en algún momento las solventes monofónicas de Icon tuvieron algunas dificultades con el grave, con la entrada de grandes masas orquestales o con frecuencias especialmente bajas, donde se perdía definición de ese rango. Esto no me parece preocupante, porque el nivel de exigencia es muy alto con estas cajas, y es posible que el enfoque de mercado de Icon sea otro completamente diferente. Quiero destacar especialmente la total ausencia de fatiga auditiva con el sistema de válvulas sonando. Intuyo que puede proporcionar muchas horas de placentera escucha, eso sí, moviéndose en su hábitat natural.

Tanto con un sistema como con el otro, la música sonó francamente bien. Los instrumentos y las voces destacaron por su realismo, incluyendo especialmente unas cuerdas sencillamente superlativas en todos los órdenes. Me gustaría decir, a modo de conclusión, que el Vivaldi ONE es el mejor componente de dCS que yo haya oído nunca. Me ha gustado más que el buque insignia Vivaldi en cuatro chasis, que para mi gusto pecaba de una tímbrica “a la antigua“ aunque fuera capaz de revelar hasta el más mínimo detalle. El Vivaldi ONE no le va a la zaga y estrena, por lo menos en mi experiencia, una tímbrica novedosa en la marca por real. Todo ello con una sensible reducción de precio, aunque sin llamarse a engaño: el Vivaldi ONE cuesta 63.000 euros, lo que estrecha sensiblemente su nicho de mercado. Sin embargo, si se está decidido a una inversión de ese calibre, el Vivaldi ONE debería ser un primer candidato sin duda ninguna. Sobre todo teniendo en cuenta los 108.000 euros que cuesta su hermano mayor, que sin duda encuentra acomodo en sistemas de muy alto nivel con mayor facilidad. Mencionar que su exclusividad, que ya el propio producto garantiza per se, puede ser aumentada optando por la terminación en plaqué de oro, que lleva el precio hasta los 126.000 euros, si no nos parecen lo suficientemente distintivos los acabados en gris plata y negro mate que se ofrecen de serie.

A modo de conclusión, en la actualidad, el mercado de reproductores digitales está muy concurrido y los argumentos de los actores son muy sólidos, siendo la competencia enorme. Así pues, en este escenario, ¿que aporta el Vivaldi ONE frente a la competencia?: restitución de una fidelidad al original grabado ejemplar, reducción de tamaño y peso sobre la propuesta original –que no es en absoluto una cuestión menor– y una disminución de precio a prácticamente la mitad, lo cual también debe ser tenido en cuenta. Esto le posiciona en la cumbre por ahora. Veremos cuánto le dura este liderazgo.

No me gustaría finalizar sin agradecer al sr. Liam Davison, Export Sales Manager de dCS, su colaboración en la presentación del producto y a Xavier Casellas, de Werner-Música, su dedicación y entusiasmo en toda la audición, así como la amabilidad y cooperación para conmigo, en los muchos años ya que hace que le conozco. Muchas gracias a todos.

Distribuye Werner

 

 

 

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