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GRADO RS1i, sonido americano en auriculares dinámicos

Introducción

En esta ocasión nos ha tocado probar un producto de una marca especial, Grado. Con un carácter que se acerca a lo artesanal, basado en unos diseños y una construcción muy elementales, se centra en lograr un producto con estilo propio, casi único, tanto en el sentido estético como en el perfil sonoro. Y a fe que lo consigue. El resultado son unos auriculares y unas cápsulas para giradiscos de alta calidad que se han ganado el respeto y el reconocimiento internacional desde hace muchos años.

Su fundador, Joseph Grado, está reconocido como un importante diseñador de cápsulas del siglo pasado, y su sucesor en la empresa, su sobrino John Grado, ha sabido continuar la creación de Joseph aportando un nuevo enfoque al perfil sonoro, más agresivo y directo, y creando nuevas series de auriculares de gran éxito comercial.

El modelo que tenemos ahora en prueba, el Grado RS1i, es probablemente el máximo exponente del sonido grado creado por John. Y no sin razón, ya que atesora todas las virtudes de este estilo sonoro con una fuerza muy especial.

Calidad material

En esta ocasión tenía ganas de llegar a este apartado. No puedo negarlo. Normalmente este punto de los análisis suele ser de carácter secundario, aunque siempre de reconocida importancia, especialmente si el producto tiene un coste elevado. Uno suele encontrarse diferencias poco importantes entre los productos que se hacen competencia en el mismo sector. Este caso es una clara excepción.

Grado RS1i__1

He conocido los productos de esta marca desde hace mucho tiempo, y en general puedo decir que, sin ser mi perfil sonoro preferido, siempre he encontrado razones para respetar y admirar su sonido. De la misma manera, nunca me ha dejado indiferente la capacidad que tiene su creador para ignorar el aspecto material.

La presentación del producto es pobre, por no hacer una valoración excesivamente dura. No importa el modelo que uno adquiera, todos llegan en similar presentación: una caja blanca de cartón de baja calidad. Este detalle, que no me importó lo más mínimo cuando adquirí por vez primera los Grado SR60 años ha, me deja un poco más perplejo cuando se mantiene en productos que cuestan entre diez y veinte veces más -los precios son así literalmente, no es una exageración-, con el consiguiente mayor margen de beneficio.

Grado RS1i__2

Está clara la política comercial de Grado, el esfuerzo va en el sonido, el resto son florituras secundarias. Respeto al máximo este enfoque, y como he dicho antes, en el caso de los SR60 me parece hasta acertado. Grado ofrece un producto excepcional en calidad por un precio muy razonable. Los 99€ del Grado SR60 los convierte en uno de los mejores auriculares del mercado por debajo de 100€ en cuanto a calidad sonora. Y por eso mismo la calidad material se olvida de inmediato.

Pero en productos donde el coste ya es mucho más alto se entiende que debería existir una mejora proporcional en todos los sentidos. Y no es así, en absoluto. Los diferentes modelos de la marca, con un escalonado en calidad sonora muy bien planteado -tal vez de los más claros del mercado, todo sea dicho-, mantienen en todo momento un nivel de acabados similar. Y si bien encontramos que los materiales pasan del plástico en la copa y la diadema al metal, la madera y la piel, el diseño es exactamente el mismo y los acabados de la presentación, las juntas y la ergonomía, punto este fundamental, no implementan mejora alguna. Y claro, considerando que estamos hablando de auriculares que pueden superar por mucho los 1000€ en el mercado europeo, la cuestión sobrepasa lo anecdótico.

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