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Miguel Castro

Existen algunos productos de audio, desgraciadamente menos de los que quisiéramos, que no dejan de sorprendernos positivamente cuando descubrimos que su rendimiento supera con creces lo esperado, ateniéndonos exclusivamente a la franja de precios en los que se encuentran. Éste es el caso de los cables de interconexión RCA de Liveline Cables.

Para los que no hayan oído hablar de ellos, decirles que éstos cables están fabricados por Franck Tchang… ¿Cómo, tampoco te suena de nada este nombre…? Refrescando brevemente la memoria, pues Internet está lleno de referencias que consultar, decir que Franck Tchang se dio a conocer mundialmente, por ser el creador de los resonadores de Acoustic System, aunque actualmente en su catálogo encontramos desde cajas acústicas, hasta muebles para hi-fi, o electrónicas de muy alto nivel.

Si algo ha demostrado su creador, es que es un experto en la fusión y el uso de diversos metales, tanto en sus resonadores, como también en sus cables Liveline.

Construcción

Los cables Liveline están formados por conductores sólidos, de cobre para el vivo y plata para la masa. En los extremos de dichos cables, agrega en los últimos 2 mm, aleaciones diferentes de los cinco metales que emplea en sus resonadores (cobre, plata, oro, oro especial y platino), según sea la salida o la llegada de la señal o el conductor sea de ida o de retorno. También en el punto medio de la longitud del cable, aplica otra aleación diferente para cada tipo de cable (altavoz, interconexión, digital).

Una característica particular de este cable, es que cambiando la dirección del mismo, conseguimos una rotación de la fase de 180 grados. Existen equipos donde puede ser interesante esta opción e incluso, el fabricante apunta, que en equipos a válvulas puede llegar a mejorar el sonido. En nuestro caso, el cambio de fase, daba peor resultado que el conseguido respetando la dirección original de los cables.

Hablando de los conectores RCA que emplea, son los conectores económicos de la marca Neutrik, con alguna pequeña modificación, como tres minúsculos agujeros en la carcasa exterior y un agujero en la punta del conector.

Los cables, no están pensados para satisfacer al aficionado exigente con el nivel de acabado exterior, podemos decir que éste se asemeja más a un acabado artesanal que a un acabado industrial. Todo el esfuerzo se ha volcado, en el sonido que son capaces de transmitir, vamos intentar describirlo.

Su sonido

Las principales características que destacaría en el sonido de los cables son, su correcta tímbrica y su asombrosa dinámica.

Tonalmente, los cables son muy neutrales. No podemos decir que tiendan al lado caliente del sonido, ni al lado frío del mismo de manera ostensible, aunque sí destacan de manera especial en el tratamiento de las frecuencias altas y medio-altas. Mi sala de escucha es moderadamente absorvente  y a pesar de tener colocado una cantidad importante de material absorvente, el sonido que presenta el cable Liveline, siempre supone un pasito arriba, en la extensión y presencia de frecuencias agudas respecto a los demás cables comparados. Una sala menos tratada o con un sonido más vivo, debería ser un factor a tener en cuenta por si el equilibrio tonal varía algo.

Tímbricamente, todo suena de una manera muy natural, los agudos alegres y extendidos, medios ricos y equilibrados, graves profundos y definidos. Otorgan una transmisión de los armónicos perfecta, no se produce ningún tipo de recorte de información.

En cuanto a la dinámica que son capaces de transmitir, creo que la manera más gráfica de entender lo que quiero explicar, es con un ejemplo. Siempre que comparo cualquier otro cable con el Liveline, pienso en una tubería con un grifo en el extremo. Los demás cables siempre dejan el grifo medio abierto y el Liveline abre el grifo totalmente, en este caso saliendo música, recreando una sensación de directo muy grande. Hace totalmente honor a su nombre, ¿o es que la música  en vivo no es así? Maneja igual de bien tanto la micro, como la macro-dinámica.

Y ese aluvión de música que recibimos, siendo una virtud, también puede llegar a ser el único defecto que le encuentro. Especialmente con música vocal el torrente de voz que proporciona el cable, puede convertirse en «un poco» estresante, sobre todo a volúmenes altos, que es como suelo escuchar la música.

Comparado el Liveline con mi cable Purist Audio Dominus Ferox Rev. C, el Purist otorga a las voces un poco más de tranquilidad, ésto unido a que tiene algo menos de dinámica, hace la escucha más relajada. El Purist tonalmente, es un poco más predominante en frecuencias medias que el Liveline que es más neutro. El Liveline tiene algo más de dinámica, rapidez y claridad que el Purist.

Mi otro cable de interconexión, el Synergistic Research Tesla Apex, se encuentra prácticamente al mismo nivel que el Liveline en cuanto a dinámica, haciendo las voces algo más suaves que el Liveline. Los dos son superados en este aspecto por el Dominus, que es más suave que los demás.

Estas comparaciones hay que interpretarlas teniendo muy en cuenta el PVP de los cables, para que podamos apreciar la tremenda relación calidad-precio que nos ofrece el Liveline. Estamos hablando de cables con un PVP de casi 6000 euros para el Purist y de casi 4000 euros para el Synergistic, comparándolos con los 625 euros que cuesta el Liveline.

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