No existe en el mercado de la alta fidelidad una compañía que se asemeje a la suiza Nagra. Esta firma reúne en su curriculum tantas cualidades y singularidades, que la han convertido en un mito del sonido high end y sobre todo profesional. Si echamos la vista atrás y repasamos su historia, vemos que Nagra fue fundada por Stefan Kudelski en 1951. Polaco de nacimiento y emigrante en la 2ª Guerra Mundial, tras vagar por varios países europeos se estableció con su familia finalmente en Suiza, donde realizó sus estudios universitarios. Tras finalizar estos, fundó su empresa bajo el nombre de NAGRA, en polaco “grabará”. Es fácil adivinar que el primer producto que vio la luz fue un grabador de audio portátil denominado Nagra I. En este segmento centró todos sus esfuerzos, convirtiéndose en un referente del audio profesional por sus excepcionales especificaciones y su alto nivel de calidad. Décadas de duro trabajo sirvieron para forjarse una leyenda y para adquirir la experiencia necesaria para dar un paso más e introducirse en el mercado del high end, aunque eso no se produjo hasta el año 1997 con la salida al mercado de su preamplificador PL-P. A este producto siguieron muchos otros, etapas de potencia tanto a válvulas como a transistores, DACs, reproductores de CD, previos de fono… Una gama completa de productos que, gracias a su éxito, se mantuvieron en catálogo durante muchos años –más incluso de lo usual en empresas high end–. Tras unos años en que la compañía parecía empezar a perder su capacidad de liderazgo y necesitar una renovación en todas sus gamas de productos, esta comenzó el el 2012 con la salida de su preamplificador Jazz, continuó en el 2013 con el más económico también preamplificador Melody y con la fuente de alimentación MPS, y en el 2014 con el producto analizado en esta ocasión, su HD DAC.
Tiempo llevaba la compañía necesitando actualizar sus fuentes digitales, con un DAC que fuera capaz de reproducir todo tipo de formatos de audio en alta resolución, tanto desde un transporte como desde cualquier ordenador o servidor de audio. Numerosas compañías ya llevaban años con productos similares en el mercado y parecía que Nagra no reaccionaba a las demandas del sector con la agilidad necesaria. Es verdad que el Nagra HD DAC se hizo esperar, pero tras poder escucharlo sobradamente, debo decir que ha merecido la pena esta demora, necesaria al parecer para desarrollar un producto como este, fabuloso en todos los aspectos.
Construcción
Casi parece innecesario describir este producto, pues conserva la estética y calidad constructiva de los clásicos productos de la compañía suiza. ¿Cómo cambiar algo que se ha convertido en santo y seña de la firma? Una imagen inconfundible, clásica y tecnológica a la vez, a medio camino entre un producto de laboratorio y un artículo de high end extremo y que identifica su pedigrí al primer vistazo. Todas las firmas aspiran a tener algún día una imagen corporativa tan fuerte y positiva, y muy pocas lo logran.
Para quien no haya tenido la oportunidad de manejar y tocar un producto de Nagra, decir que rezuma calidad en todos los aspectos de su construcción: los selectores tienen un tacto robusto y una precisión admirable, los clásicos vúmeters que montan sus productos desde su inclusión en el grabador Nagra II allá por el lejano ya 1952… Todas sus partes estructurales y de terminación: chasis, conectores, spikes de desacoplo, transmiten el cuidado por alcanzar la máxima calidad estética y sonora.
Para esta revisión, Antonio Almeida de Ajasom me envío este DAC acompañado por la fabulosa fuente de alimentación MPS, capaz de funcionar directamente alimentada por la red eléctrica de nuestro domicilio, como por baterías –y que como veremos después cambia el comportamiento y el rendimiento del DAC de manera absoluta–. Así pues tenemos dos chasis independientes, el del HD DAC, más grande, que tiene unas dimensiones de 280x350x76 mm y un peso de 5 kgs. y la fuente de alimentación MPS con 277x268x73mm y 5.6 kgs. Estos se conectan entre si con dos cables suministrados con el DAC con conectores Lemo en sus extremos.
Empezando por el DAC, en su frontal observamos de izquierda a derecha primero un pulsador que controla la iluminación de su característico Modulometer que se encuentra a su lado, un pequeño display informativo, un botón controlador de las funciones y ajustes del DAC, un selector de Mute, un potenciómetro de ajuste de volumen, un selector para elegir la salida entre RCA/XLR o de auriculares, el selector general de encendido y por último la salida para conectar nuestros auriculares si disponemos de ellos.
En la trasera disponemos de cualquier entrada y salida que podamos necesitar. En el mismo orden encontramos un conector de tierra, las salidas analógicas –tanto RCA como XLR–, y a continuación las entradas digitales: I2S, USB, óptica, doble AES EBU, BNC y RCA. Para finalizar se encuentran las dos entradas DC que alimentan el DAC –una para la parte analógica y otra para la digital–.
La fuente de alimentación MPS en su frontal dispone del ajuste de luminosidad del Modulometer que se encuentra a su lado, y a la derecha del mismo un selector donde escoger la visualización de las distintas funciones del mismo: voltaje principal, voltaje de la batería o salida individual de voltaje. Después encontramos unos leds indicadores del estado de sus cuatro salidas, de la salida trigger y del estado de la batería. Por último tenemos el selector principal de encendido donde escogemos el funcionamiento a la red o a baterías.
El Nagra DAC muestra en su interior la obsesión perfeccionista del fabricante suizo: de entrada es el aparato más denso, repleto de componentes, que recordamos, todo un contraste con DAC que apenas tienen mucho más que “aire” en su interior. Y están las fuentes externas, es decir que la cantidad de componentes que nos llevamos con el Nagra es notable. Sólo su descripción detallada nos llevaría más espacio del que tenemos para la prueba… así que repasaremos someramente su estructura.
Las entradas digitales acceden a una sección sellada y que Nagra ha confiado al especialista digital Andreas Koch –de ahí la inscripción AKDesign– que fue uno de los desarrolladores del flujo DSD y fundador y CEO de Playback Designs–. Las señales ya analógicas pasan primero a unos transformadores –las dos piezas “chapadas” a ambos lados de la única válvula– y luego a esa válvula, antes del filtrado de salida, de donde pasan por el control de volumen –se aprecia el potenciómetro Alps azul motorizado elegido, los favoritos de Nagra– y ya hacia las salidas analógicas. Toda esta compleja y perfeccionista parte analógica es clave en el rendimiento del Nagra. Los suizos han trabajado mucho en que sea “perfecta” y buena muestra son no sólo el uso de transformadores y una válvula –algo inusual en un convertidor digital–, sino los enormes condensadores de paso de la señal. La construcción paralela de ambos canales es perfectamente visible en la foto, así como la presencia de placas con la elaboradísima alimentación, que no sólo está trabajada a nivel local –al lado de cada circuito a alimentar– sino a nivel externo, con las alimentaciones separadas del HD DAC, que en sí mismas son otra maravilla técnica.
Todo este alarde tecnológico y constructivo nos deja imaginar que estamos ante algo especial. Y así es, pero no solo por su sonido, su capacidad de funcionar como DAC, preamplificador y amplificador de auriculares también contribuyen a que su versatilidad sea otra de sus principales virtudes.
Sonido
El Nagra HD DAC es un producto que me obliga a compartir un pensamiento que me asalta cada vez que me dispongo a escucharlo. ¿Dónde está el límite de las fuentes digitales en la actualidad? He tenido la fortuna de poseer o evaluar alguno de los mejores DAC del mercado: EMM Labs DAC2X Reference, conjunto dCS Vivaldi y ahora este Nagra HD DAC. Todos ellos se encuentran entre las realizaciones más destacadas jamás creadas en sonido digital. Los tres son magníficos y los tres de manera diferente me han obligado a elevar mi horizonte y exigencias dentro del mundo de los ceros y unos. En líneas generales, el EMM Labs me seduce por su sonido corpóreo, con su gran peso en graves y su falta de agresividad a pesar de su gran nivel de detalle. El dCS en cambio elevó el listón de la resolución, el refinamiento y la seducción de su maravilloso y sutil detalle, no exento de empuje y contundencia abajo por descontado. Pero el Nagra es muy especial… reuniendo lo mejor de cada uno de ellos y lo más importante, siendo capaz de emocionar de una manera desconocida para mí. Un poco más adelante entraré en detalles.
Considero una paradoja la situación actual de las fuentes de audio digitales y analógicas, como también lo fue en el nacimiento del CD. En aquellos lejanos años ya, el interés comercial de grandes firmas nos consiguieron imponer un sonido digital pésimo que desembocó en un incomprensible declive del sonido analógico, siendo muy superior sonoramente hablando. En la actualidad en cambio, estamos ante un feliz resurgimiento de la música en vinilo –del que me alegro mucho–, cuando la calidad sonora actual de los últimos DAC es tan alta que “cuando menos” rivaliza con el mejor sonido analógico. Este es tema que levanta pasiones y seguro que algún aficionado ya me está “criticando”, pero… ¿debo ser político o decir mi opinión abiertamente? Respetando y disfrutando como el que más de un buen giradiscos, debo confesar que a mí no me compensa ya su utilización en mi sistema, gracias a esta nueva hornada de DACs y a su increíble calidad. Como anécdota comentar que grandes amigos que hasta hace poco solo usaban el sonido digital para “calentar el equipo”, se encuentran ahora ansiosos de probar y comparar estos nuevos DACs, que han conseguido que cambien radicalmente su manera de pensar.
Para mi el Nagra HD DAC es el máximo exponente de la calidad que es capaz el audio digital de mostrar en la actualidad. Si empiezo por el aspecto más destacado de este producto, sin duda la exactitud en el timbre de cada instrumento es fuera de serie. Nagra siempre ha sido un referente de respeto por la fidelidad tímbrica, pero en el caso de este HD DAC todas las impresiones anteriores se han quedado cortas. La riqueza y el color de cada uno de los instrumentos y voces que reproduce, consigue que permanezca pegado al sillón de escucha, sorprendido por cada entrada de un músico o de un instrumento. Cada uno llama la atención de manera irremediable, sonando con una intensidad y una vida que nunca había escuchado antes en una fuente digital. El HD DAC es lo más parecido que ha pasado por mi sistema al nombre de esta publicación desde la que os escribo, es “alta fidelidad en vivo”. El Nagra trae la interpretación a tu sala, y siendo esta una analogía a veces demasiado utilizada, nunca ha tenido tanto sentido como en esta ocasión.
Intentar explicar el rendimiento de este conversor en cada franja de frecuencias carece de interés a mi parecer, pues roza la perfección en cada una de ellas. Si no fuera así no sonaría creíble, ni la música estaría viva –un mal sonido en seguida nos recuerda que estamos escuchando una grabación y en momentos una mala grabación–. A pesar de eso debo elogiar de manera especial la calidad de las frecuencias graves que es capaz de proporcionar. Una de las diferencias más evidentes que existían entre el sonido analógico y el digital, era la percepción que el oyente tenía de una superioridad analógica en el empuje y dinámica en la zona baja. El Nagra HD DAC cuestiona este pensamiento de forma definitiva, pues si nos gustan los graves con profundidad, pegada y contundencia, con este DAC no echarás en falta nada en absoluto. ¡Ahhh, se me olvidaba! Si alguien tiene algún recelo de que estas frecuencias tengan un ligero toque blando o lento debido a la existencia de una válvula en su circuito, que lo olvide de inmediato.
En el otro extremo de frecuencias, los agudos son maravillosos, así de claro. Limpios, extensos, plenos de aireación y de detalle, pero lo más difícil es que son delicados y a la vez con cuerpo y presencia. Es un misterio que contradice el natural equilibrio de los sonidos que creía a rajatabla. Son capaces de tener una intensidad importante y no destacar en exceso, son muy extensos pero no molestan de ninguna manera, tienen grosor y cuerpo pero quedan flotando en el aire infinitamente.
En cuanto a la franja media de frecuencias, es la más natural, creíble y placentera que he escuchado. Sin duda la válvula y la combinación de condensadores tan acertada que los diseñadores han escogido –junto a los SCR hechos por encargo, hay una pareja de Jupiter que sospecho tienen mucho que decir–, son responsables de su magia.
¿Queda ya algo que añadir? Temo que un elogio más colme a quien lea el artículo y pierda credibilidad su contenido. La escena sonora tiene las dimensiones necesarias para que se recree nuestra interpretación ante nuestros ojos de manera perfecta. Especialmente destacada es su profundidad, siendo no obstante necesario fijarse expresamente para percibirla. No es esta la cualidad a la que más importancia le doy, pues la música es tan generosa en directo, que… ¿quién repara en ella en una actuación en vivo? La música se proyecta tanto en directo que deja de tener sentido y sin embargo nos gusta dárselo en nuestros sistemas de sonido domésticos. ¡Qué curioso…! Quizás necesitamos dar importancia a ciertos aspectos que nos reportan satisfacción saber que tenemos satisfechos, ante la ausencia de ciertas emociones que no encontramos en un sistema de alta fidelidad comparándolo a una interpretación en vivo!
Llega el turno de comprobar su funcionamiento reproduciendo archivos de alta resolución. Como es habitual, emplearé mi McBook Pro como fuente de reproducción. Cuanto mejor sonido consigue entregarnos un DAC en calidad CD, menos suele destaca su sonido reproduciendo archivos HR, y es que parece mentira la cantidad de música que sigue conteniendo una buena grabación en CD, mostrada de la manera que el Nagra lo hace. Además la reproducción desde un dispositivo informático, siempre acarrea ciertos inconvenientes que la diferencia de calidad de un fichero de 24 bits frente a otro de 16 bits suele compensar. Si la reproducción en calidad CD no es demasiado brillante, la alta resolución marca la diferencia a su favor con más facilidad. Este claramente no es el caso, pero a pesar de eso el Nagra HD DAC demuestra su solvencia también en este apartado.
La riqueza tímbrica que aporta en un circuito de calidad la inclusión de una válvula de preamplificación, se agradece aún más cuando de lo que se trata es de humanizar los siempre “más delicados” contenidos digitales albergados en ordenadores o servidores musicales –que a fin de cuentas son lo mismo–. Quizás este sea uno de los secretos del sonido del HD DAC gestionando este tipo de ficheros, más naturales que en otros DAC’s evaluados en otras ocasiones –¿o quizás sea la huella de la sabiduría de Mr. Koch en este diseño?–. Sea como fuere, en mi opinión el mejor sonido que pude disfrutar con el Nagra fue a través de transportes convencionales –que por otra parte es la norma habitual en mis pruebas–. Si bien con el EMM Labs el sonido fue magnífico, la llegada a mi domicilio del transporte MBL 1621A supuso un escalón más hacia la perfección sonora digital. Por favor, que nadie desdeñe la importancia de este tipo de componente en su sistema…
¿Cómo suena a baterías?
La unidad MPS que he recibido para realizar este análisis inicialmente no contaba con su módulo de baterías instalado, con lo que el HD DAC tuve que limitarme a escucharlo de manera convencional, alimentado directamente desde la red. De esta manera ya me convenció de tal manera que decidí su adquisición con absoluto convencimiento. Recuerdo que pensé –“lo normal es que funcionando a baterías mejore su rendimiento”–, pero la calidad que este DAC me estaba dando, ya justificaba su compra. Tras acostumbrarme a él durante casi 2 meses, envié la fuente de alimentación MPS al distribuidor para que insertaran las baterías en su interior –al parecer solo un servicio técnico Nagra puede realizar esta tarea–. A su regreso, la mejora en el funcionamiento del HD DAC alimentado por baterías, mejoro cualquier expectativa previa que pudiera tener.
Todos los aficionados utilizando el sentido común imaginan cualidades asociadas a una alimentación a baterías, como un mayor silencio, más estabilidad sonora, resolución y nivel de detalle elevado… Todas y cada una de estas ventajas existen y se aprecian claramente en el HD DAC. Pero hay ciertos aspectos mejorados, por los que no apostaba al principio y que me han sorprendido gratamente. Por un lado la sensación –quizás subjetiva– de contar con una dinámica superior. El sonido que el Nagra entrega en modo baterías presenta un mayor control de las frecuencias graves, con superior definición y agilidad. Esta circunstancia nos conduce a disfrutar de unos transitorios más rápidos, exactos y precisos, mejorando la microdinámica de manera apreciable. Pero esta limpieza nueva y mejorada, consigue que el sonido en general se encuentre más libre y suelto –es como si hubiésemos estado escuchando música hasta ahora con el freno de mano ligeramente accionado y con las baterías lo hemos quitado por completo–, aumentando también la macrodinámica del sistema.
Por otro lado, las baterías dan paso a lo que podríamos llamar “full live sound”. En más de una ocasión nos ha ocurrido a todos: tener un aspecto del sonido de nuestro sistema que nos gusta tanto, que lo consideramos totalmente optimizado e imposible de mejorar. ¡Pues no, siempre hay un pasito más por conseguir! Este es quizás el motivo que nos impulsa a seguir mejorando nuestra instalación, alcanzar esas mejoras leves o no tan leves que están ocultas todavía para nosotros. El caso es que el Nagra HD DAC conectado a la red ya me ofrecía un sonido muy parecido al directo como antes he comentado… ¡aunque no sabía que lo mejor estaba por llegar! El rendimiento de este conversor a baterías es capaz transportarnos al sitio donde se grabó cada interpretación y sentir que dichos músicos están frente a nosotros, gracias a detalles de ambiente –respiraciones, crujidos, ecos– que nunca escuchábamos, aunque el disco lo hayamos reproducido cientos de veces. Pero no hablo de una sensación sutil, es increíblemente llamativo como parece que “algo” ha desaparecido entre los músicos y yo, nunca habían estado tan aquí…
Antes de finalizar, he de comprobar el funcionamiento del Nagra HD DAC como preamplificador. Para ello es imprescindible el uso del ergonómico mando a distancia que trae de serie, que aunque de sólido y resistente material plástico, no deja de ser un aspecto que el fabricante debería mejorar de manera urgente –sobre todo porque no abarca opciones claves que se deben seleccionar durante la reproducción por falta de botones suficientes, como la elección de fase absoluta–. Es un inconveniente que conlleva el emplear un mando no exclusivo –el mismo mando lo he encontrado al menos en dos marcas más de electrónica–. Con él podemos seleccionar la fuente de entrada, controlar el volumen y silenciar el aparato –mute–. Exclusivamente para la función de preamplificación es más que suficiente, y todo hay que decirlo, su exactitud y rapidez de funcionamiento es muy alta.
Respecto al sonido que es capaz de proporcionarnos el Nagra, este es de un nivel tan alto, que si nuestro preamplificador no es de auténtica referencia, me atrevería a pronosticar que el HD DAC le superará. Hasta ahora todos los DAC con control de volumen que he probado –incluyendo al fabuloso dCS Vivaldi–, tienen más semejanzas entre sí que con este aparato. El Nagra vuelve a hacer gala como previo de una riqueza tímbrica y una presentación colorista y real de cada instrumento, que me recuerda más a un preamplificador de válvulas de primerísimo nivel, que a un DAC. Mi Ypsilon PST-100 MKII comparándolo cara a cara, supera al Nagra en su funcionamiento de previo por detalles sutiles que no ensombrecen la altísima calidad del HD DAC. No olvidemos que estamos hablando de un preamplificador que en mi opinión seguro se encuentra entre los cinco mejores del mundo. Una cierta mayor profundidad escénica, junto a un funcionamiento ligeramente más silencioso por parte del griego, son las diferencias más destacables entre los dos. Resumiendo este aspecto, si no necesitas conectar ninguna otra fuente de sonido y tu preamplificador no es fuera de serie, con el Nagra HD DAC puedes disfrutar mucho con su sonido colorista, rico, vivo y natural por encima de todo.
Conclusión
El Nagra HD DAC es el conversor que más ha conectado con mi parte emocional escuchando música, de todos los que he podido probar hasta la fecha.
El HD DAC es un producto redondo, magníficamente construido interior y exteriormente, que ofrece un sonido rico, detallado, contundente cuando debe serlo y si me lo permitís “muy analógico” en el mejor sentido del término. Su funcionamiento alimentado de la red ya es inmejorable, pero cuando en su fuente de alimentación se selecciona el modo BAT, el HD DAC destila una magia que lo convierte en único. Destaca en todos y cada uno de los aspectos sonoros evaluables y su manejo es un puro placer.
Con sinceridad, no puedo recomendar su adquisición de manera más entusiasta, siendo consciente de la limitación que conlleva su elevado precio. Por desgracia la calidad se paga, a veces en mayor medida del aconsejable en productos no que siempre justifican todos y cada uno de los euros que cuestan. En el caso del Nagra HD DAC podemos estar seguros que adquirimos uno de los mejores y más musicales conversores que podemos encontrar en el mercado, y esto hay que pagarlo. De mi sala ya no saldrá, me ha enamorado, es mi nueva referencia.
Nagra HD DAC – 26250€ con fuente de alimentación MPS
Módulo de baterías – 1050€
EQUIPO UTILIZADO
Cajas acústicas
- Sonus faber Stradivari Homage
Amplificación
- Preamplificador Ypsilon PST-100 MKII
- Etapas monofónicas Ypsilon Aelius
Fuentes
- DAC EMM Labs DAC2X Reference
- Transporte EMM Labs TSDX Reference
- Transporte MBL 1621A
Cables
- Interconexión Stealth Audio Sakra y Fono Acustica Armonico
- Digital Stealth Varidig Sextet
- Altavoz Stealth Dream V10
- Corriente Okutsu Denko Prestage, Okutsu Denko Extreme
Accesorios
- Vibex Granada, Acoustic Revive RR-77, Vibex Stands y Vibex Pies de Résistance