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Intentar explicar el rendimiento de este conversor en cada franja de frecuencias carece de interés a mi parecer, pues roza la perfección en cada una de ellas. Si no fuera así no sonaría creíble, ni la música estaría viva –un mal sonido en seguida nos recuerda que estamos escuchando una grabación y en momentos una mala grabación–. A pesar de eso debo elogiar de manera especial la calidad de las frecuencias graves que es capaz de proporcionar. Una de las diferencias más evidentes que existían entre el sonido analógico y el digital, era la percepción que el oyente tenía de una superioridad analógica en el empuje y dinámica en la zona baja. El Nagra HD DAC cuestiona este pensamiento de forma definitiva, pues si nos gustan los graves con profundidad, pegada y contundencia, con este DAC no echarás en falta nada en absoluto. ¡Ahhh, se me olvidaba! Si alguien tiene algún recelo de que estas frecuencias tengan un ligero toque blando o lento debido a la existencia de una válvula en su circuito, que lo olvide de inmediato.

En el otro extremo de frecuencias, los agudos son maravillosos, así de claro. Limpios, extensos, plenos de aireación y de detalle, pero lo más difícil es que son delicados y a la vez con cuerpo y presencia. Es un misterio que contradice el natural equilibrio de los sonidos que creía a rajatabla. Son capaces de tener una intensidad importante y no destacar en exceso, son muy extensos pero no molestan de ninguna manera, tienen grosor y cuerpo pero quedan flotando en el aire infinitamente.
En cuanto a la franja media de frecuencias, es la más natural, creíble y placentera que he escuchado. Sin duda la válvula y la combinación de condensadores tan acertada que los diseñadores han escogido –junto a los SCR hechos por encargo, hay una pareja de Jupiter que sospecho tienen mucho que decir–, son responsables de su magia.

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¿Queda ya algo que añadir? Temo que un elogio más colme a quien lea el artículo y pierda credibilidad su contenido. La escena sonora tiene las dimensiones necesarias para que se recree nuestra interpretación ante nuestros ojos de manera perfecta. Especialmente destacada es su profundidad, siendo no obstante necesario fijarse expresamente para percibirla. No es esta la cualidad a la que más importancia le doy, pues la música es tan generosa en directo, que… ¿quién repara en ella en una actuación en vivo? La música se proyecta tanto en directo que deja de tener sentido y sin embargo nos gusta dárselo en nuestros sistemas de sonido domésticos. ¡Qué curioso…! Quizás necesitamos dar importancia a ciertos aspectos que nos reportan satisfacción saber que tenemos satisfechos, ante la ausencia de ciertas emociones que no encontramos en un sistema de alta fidelidad comparándolo a una interpretación en vivo!

Llega el turno de comprobar su funcionamiento reproduciendo archivos de alta resolución. Como es habitual, emplearé mi McBook Pro como fuente de reproducción. Cuanto mejor sonido consigue entregarnos un DAC en calidad CD, menos suele destaca su sonido reproduciendo archivos HR, y es que parece mentira la cantidad de música que sigue conteniendo una buena grabación en CD, mostrada de la manera que el Nagra lo hace. Además la reproducción desde un dispositivo informático, siempre acarrea ciertos inconvenientes que la diferencia de calidad de un fichero de 24 bits frente a otro de 16 bits suele compensar. Si la reproducción en calidad CD no es demasiado brillante, la alta resolución marca la diferencia a su favor con más facilidad. Este claramente no es el caso, pero a pesar de eso el Nagra HD DAC demuestra su solvencia también en este apartado.

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La riqueza tímbrica que aporta en un circuito de calidad la inclusión de una válvula de preamplificación, se agradece aún más cuando de lo que se trata es de humanizar los siempre “más delicados” contenidos digitales albergados en ordenadores o servidores musicales –que a fin de cuentas son lo mismo–. Quizás este sea uno de los secretos del sonido del HD DAC gestionando este tipo de ficheros, más naturales que en otros DAC’s evaluados en otras ocasiones –¿o quizás sea la huella de la sabiduría de Mr. Koch en este diseño?–. Sea como fuere, en mi opinión el mejor sonido que pude disfrutar con el Nagra fue a través de transportes convencionales –que por otra parte es la norma habitual en mis pruebas–. Si bien con el EMM Labs el sonido fue magnífico, la llegada a mi domicilio del transporte MBL 1621A supuso un escalón más hacia la perfección sonora digital. Por favor, que nadie desdeñe la importancia de este tipo de componente en su sistema…

¿Cómo suena a baterías?

La unidad MPS que he recibido para realizar este análisis inicialmente no contaba con su módulo de baterías instalado, con lo que el HD DAC tuve que limitarme a escucharlo de manera convencional, alimentado directamente desde la red. De esta manera ya me convenció de tal manera que decidí su adquisición con absoluto convencimiento. Recuerdo que pensé –“lo normal es que funcionando a baterías mejore su rendimiento”–, pero la calidad que este DAC me estaba dando, ya justificaba su compra. Tras acostumbrarme a él durante casi 2 meses, envié la fuente de alimentación MPS al distribuidor para que insertaran las baterías en su interior –al parecer solo un servicio técnico Nagra puede realizar esta tarea–. A su regreso, la mejora en el funcionamiento del HD DAC alimentado por baterías, mejoro cualquier expectativa previa que pudiera tener.

Todos los aficionados utilizando el sentido común imaginan cualidades asociadas a una alimentación a baterías, como un mayor silencio, más estabilidad sonora, resolución y nivel de detalle elevado… Todas y cada una de estas ventajas existen y se aprecian claramente en el HD DAC. Pero hay ciertos aspectos mejorados, por los que no apostaba al principio y que me han sorprendido gratamente. Por un lado la sensación –quizás subjetiva– de contar con una dinámica superior. El sonido que el Nagra entrega en modo baterías presenta un mayor control de las frecuencias graves, con superior definición y agilidad. Esta circunstancia nos conduce a disfrutar de unos transitorios más rápidos, exactos y precisos, mejorando la microdinámica de manera apreciable. Pero esta limpieza nueva y mejorada, consigue que el sonido en general se encuentre más libre y suelto –es como si hubiésemos estado escuchando música hasta ahora con el freno de mano ligeramente accionado y con las baterías lo hemos quitado por completo–, aumentando también la macrodinámica del sistema.

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Por otro lado, las baterías dan paso a lo que podríamos llamar “full live sound”. En más de una ocasión nos ha ocurrido a todos: tener un aspecto del sonido de nuestro sistema que nos gusta tanto, que lo consideramos totalmente optimizado e imposible de mejorar. ¡Pues no, siempre hay un pasito más por conseguir! Este es quizás el motivo que nos impulsa a seguir mejorando nuestra instalación, alcanzar esas mejoras leves o no tan leves que están ocultas todavía para nosotros. El caso es que el Nagra HD DAC conectado a la red ya me ofrecía un sonido muy parecido al directo como antes he comentado… ¡aunque no sabía que lo mejor estaba por llegar! El rendimiento de este conversor a baterías es capaz transportarnos al sitio donde se grabó cada interpretación y sentir que dichos músicos están frente a nosotros, gracias a detalles de ambiente –respiraciones, crujidos, ecos– que nunca escuchábamos, aunque el disco lo hayamos reproducido cientos de veces. Pero no hablo de una sensación sutil, es increíblemente llamativo como parece que “algo” ha desaparecido entre los músicos y yo, nunca habían estado tan aquí…

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