El primero es el control del balance por pasos de frecuencia compensada, que nos permite por un lado poder compensar grabaciones que claramente están mal en origen, lo que lamentablemente ocurre con bastante asiduidad y otra opción no menos importante es corregir el desfase entre un altavoz y el otro. Perfecto para utilizarlo cuando la sala de escucha no tiene unas proporciones iguales para ambos altavoces, como es el caso de muchos usuarios que tienen el equipo en el salón o sala de estar, con proporciones irregulares que hacen que sea imposible recrear una escena sonora real y creíble (lo que todos conocemos como hacer desaparecer los altavoces). Pues bien, los aficionados que sufran este caso, que me consta que son muchos, están de enhorabuena, ya que con este ajuste podremos corregir a la perfección el problema.
La segunda parte es el control de tonos. Debo empezar aclarando que no era nada partidario de asociar un ecualizador a un equipo de Hi-End, ya que de todos es sabido que lo que por un lado corrigen, por otro estropean. Pero no es este nuestro caso, ya que el control que monta el HP700 no es precisamente un ecualizador, sino otra cosa muy diferente. De hecho podemos ver en el manual de instrucciones los gráficos que demuestran que la respuesta en frecuencia se mantiene estable. Esto lo he podido verificar y he de reconocer que estoy absolutamente maravillado con la mejora que aporta en algunas grabaciones que tenía abandonadas por su pésima calidad sonora, aún siendo estas auténticas joyas interpretativas. También nos garantizan en Octave que este control ofrece increíbles mejoras en las nuevas grabaciones digitales de última hornada, que pecan de un exceso de brillantez y poca naturalidad… si bien esto último no lo he podido verificar ya que actualmente no dispongo de un DAC para comprobarlo.
Escucha
Como viene siendo habitual en las pruebas de aparatos de este calibre, lo asocié a mi primer equipo. Así pues para poder evaluar este previo con más criterio, he seleccionado una serie de discos que considero son de lo más perfectos en cuanto a calidad de grabación. No olvidemos que a veces nos precipitamos en valorar un producto sin pensar si la grabación posee la debida calidad. Pero por otra parte, he escogido otros registros que tienen ciertas deficiencias en su toma de sonido y de este modo ver si el control de tonos cumple con su cometido y logra solucionar las carencias de estos.
Para comenzar opté por la fuente digital y escogí el CD con Ivo Pogorelich interpretando obras de W.A. Mozart para la DG. En concreto puse el track nº 1, que no es otro que la Fantasía para piano KV397. Como he comentado ya en pruebas anteriores no me apasiona la versión/interpretación que el pianista yugoslavo ofrece de Mozart. Sin embargo la toma sonora es una de las mejores que pueden comprarse en lo que a este instrumento se refiere. La escena que nos presenta el HP700 es perfecta, con un piano de dimensiones realistas, sin exageración alguna en tamaño o timbres. La riqueza armónica por su parte es cautivante, con unas notas que se mantienen en el aire y parecen no apagarse. Como segunda pieza escogí la Sinfonía nº 2 de Gustav Mahler en la versión de Pierre Boulez al frente de la Filarmónica de Viena para la DG. Esta grabación aunque un poco baja de volumen, también posee una excelente toma de sonido, con un realismo y veracidad que sólo los aparatos de un nivel de referencia consiguen extraer. La escena amplia y bien estructurada. Estable con unos músicos bien ubicados y una separación de instrumentos que nos permite seguir hasta las melodías más sutiles que se desarrollan en un segundo plano. La sensación de directo es simplemente perfecta. Los timbres naturales en todo el rango de frecuencias, desde los agudos hasta el extremo grave, pasando por unos medios llenos. Las cuerdas con unas texturas sedosas, los metales con la sección de trombones, sin ningún tipo de dureza o frialdad, todo sucede con una facilidad pasmosa y una fluidez que consigue transportarnos al momento de la grabación. El control y sujeción en los ataques es tal, que no pensarías nunca que se trata de un previo basado en dispositivos de vacío, sino que por el contrario es más bien propio de los mejores previos a transistores.