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Juan Antonio conoce bien el mercado de la alta fidelidad y especialmente el analógico. No en vano en su catálogo podemos encontrar productos de ya contrastada reputación como Zyx (cápsulas), Kuzma (platos y brazos) u Octave (electrónica), pero no sólo eso, la empresa va cada vez más expandiendo su gama de productos y actualmente podemos encontrar otras firmas de gran proyección internacional como son Tsakiridis, Gauder Akustik, Isophon y Asw.

El 12 de febrero recibí un newsletter de Audio Pasión en el que Juan A. comentaba que acababan de recibir el nuevo modelo mejorado RCM MKIII y desde entonces he tenido gran curiosidad por evaluarla y poder compartir con todos vosotros qué podemos esperar de un producto tan peculiar como es este: una máquina de limpieza de discos de vinilo.

Okki Nokki RCM MKIII

Embalada en doble paquete y perfectamente acolchada, la Okki Nokki está realizada en aluminio y se encuentra acompañada por varios accesorios: 50ml de líquido de limpieza concentrado, brazo acodado de succión con tiras de terciopelo, cepillo de aplicación, completo manual de instrucciones (no español), cable de red con toma de tierra y clamp de rosca. Como posibilidades opcionales se puede incorporar al paquete una tapa de metacrilato para evitar que el platter se llene de polvo, un cepillo de madera con terciopelo para utilizar antes de aplicar el líquido de limpieza y brazos acodados de aspiración en tres medidas diferentes (7”, 10” y 12”) para los diferentes tamaños de nuestros discos.

Respecto del modelo MKII que dispongo, en la versión MKIII encontraremos algunas diferencias en cuanto a acabado y funcionalidad, pero destacaré la que más me ha gustado, un interruptor general en la parte trasera que permite tener la máquina enchufada pero completamente apagada.

Todo ello procura que el conjunto sea muy práctico y en ningún momento vamos a echar de menos algún otro “extra” que si bien otras máquinas de mayor precio incorporan, lo cierto es que no hacen mucha falta para el resultado final.

Manufacturada en China con diseño holandés, la Okki Nokki provista para le revisión es con el acabado negro, si bien es posible pedirla en un bonito acabado blanco mate, pudiéndola instalar en cualquier lugar de la casa sin que el factor estético quede mermado. Sus contenidas dimensiones y bonito acabado no hace absolutamente necesario tenerla que esconder en ningún armario, esta máquina se puede “lucir”.

Para su ubicación es preferible una mesa sólida y en su base disponer algún tipo de absorbente (una toalla) pues entre aplicación y aplicación es posible que derramemos alguna gotita que, por experiencia propia digo, si la base es de madera puede dejar surco. De suma importancia es también ubicarla en un lugar ventilado para evitar sobrecalentamientos.

Para su instalación simplemente tuve la precaución de conectar en fase eléctrica el IEC. Tras mezclar el líquido concentrado con un bote de un litro de agua destilada de Farmacia era momento de empezar a usarla.

Antes de continuar, como ya llevo algún tiempo con mi versión, quiero realizar una serie de recomendaciones para poder sacar el máximo partido y ser escrupuloso en la limpieza de los discos. Por comodidad personal y bajo mi criterio, utilizo un plumero atrapa-polvo que utilizo previamente antes de echar el líquido (Okki Nokki vende uno opcional para este menester de madera y terciopelo, como antes he comentado), una jeringuilla de 10ml y unas fundas antiestáticas que siempre cambio por cada disco limpiado si observo que las fundas están sucias, son de papel o simplemente no son antiestáticas.

En este caso recomiendo las fundas antiestáticas Kuzma, que vende también Audio Pasión, bellamente presentadas en caja de madera de 50 unidades.

Los disco que limpio son tanto usados como nuevos, alguno pensará ¿cómo es que limpia los nuevos? Pues muy fácil, en los discos nuevos nos podemos encontrar también problemas no deseados que surgen a partir de una mala funda (de cartón que suelta pelusilla o simplemente que no sea antiestática), grasilla de la máquina de prensaje o simplemente huellas del operario al introducir el disco en su caja. Por ello siempre recomiendo no sólo utilizar la máquina en los discos usados, también en los nuevos. Una vez limpio y con funda nueva los discos ya necesitarán mucho trote para que realmente sea necesario volver a pasar la máquina por ellos, podemos guardarlos en nuestra viniloteca tranquilos.

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