¿Es necesario gastar una gran cantidad de dinero para conseguir una calidad de sonido francamente buena y que satisfaga nuestras expectativas? Esta pregunta, a todos los aficionados, nos gustaría que tuviera una fácil y concisa respuesta, pero lamentablemente no es tan fácil de contestar.
Por desgracia para todos nosotros, mi experiencia me dice, que los artículos que podemos englobar en el selecto grupo de los aparatos a los que no les podemos encontrar prácticamente ningún defecto, y en los que todo son virtudes, tienen casi siempre un precio prohibitivo. Pero, como todo no pueden ser malas noticias, también hay algunas marcas de hi-fi, que nos muestran un rendimiento muy cercano a las referencias del sector, teniendo un coste mucho menor. La búsqueda de estas marcas, en estos tiempos de difícil situación económica para todos, se convierte en una necesidad, pues para muchos es la única manera de mantener vivo el espíritu y la ilusión de mejora de nuestro sistema, que todos conservamos.
Rogue Audio sin ninguna duda, la podemos escribir con mayúsculas dentro de este reducido grupo de marcas, que ofrecen más que otras por lo que cuestan sus productos.
Vamos a analizar si las etapas de potencia Rogue Audio Apollo, siguen con este guión y son también un acierto seguro por su óptima relación calidad-precio.
Construcción
El frontal de las etapas comparte el diseño con la etapa estéreo modelo Zeus, es decir un frontal de aluminio de 1 cm. de grosor con una abertura en forma de elipse en su parte superior. Éste hueco elíptico, además de estético es muy práctico, pues sirve de asa para moverla, aunque por sus dimensiones y peso se necesiten dos personas, y para accionar los interruptores de encendido, standby y conmutador a modo triodo, deslizando la mano por ella, cuando la cubierta de la etapa está puesta y no queramos desmontarla. En la parte inferior de este frontal, tenemos el nombre de la marca rebajado en un perfecto trabajo de máquina CNC.
Los laterales de cada etapa están construidos con el mismo material y con el mismo grosor, consiguiendo formar un chasis indestructible, con una solidez a prueba de bombas y una ausencia de vibraciones total.
Las Apollo en su parte superior están cubiertas por una chapa perforada y doblada por los laterales, que encaja perfectamente con una leve presión y protege a las válvulas de accidentes fortuitos. Retirando esta cubierta, tenemos acceso a las seis válvulas de potencia que monta por canal, que en este caso son KT90 de Electro-harmonix. Las válvulas de la sección de previo son dos ECC82 y una ECC83 cada una.
Sonido
¿Cuántas veces hemos escuchado a algún aficionado a nuestra común afición, referirse al sonido que producen las electrónicas a válvulas, con los manidos tópicos de siempre? A saber, que si distorsionan, que si recortan los agudos o que no controlan bien el grave de nuestras cajas, por poner unos ejemplos.
El universo de la válvula es tan amplio y ofrece tantas posibilidades, que es posible construir un amplificador a válvulas, con una falta total de todos los defectos atribuibles a éstas, que relatamos antes, y seguir disfrutando de las virtudes que los tubos de vacío tienen y que nadie pone en duda.
Como ejemplo perfecto de lo que unas etapas a válvulas pueden ofrecernos, bajo las premisas anteriores, tenemos a las Rogue Audio Apollo.
Por fortuna, las etapas que Audiohum, distribuidor en España de la marca, me facilitó para hacer la review, ya venían rodadas y pude dedicarme a escucharlas desde el primer momento.
Nada más conectarlas, pude comprobar como las etapas eran capaces de controlar mis cajas, con una soltura digna de amplificadores a transistores de gran tamaño. Rapidez, dinámica, pegada y gran escena sonora son adjetivos que me vinieron a la mente tras los primeros minutos de escucha.