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Serie Reference Premiere II de Klipsch: tecnología, polivalencia sonora, relación calidad/precio y atemporalidad con ADN de leyenda

La estadounidense Klipsch, que en 2026 celebrará su 80º cumpleaños, es una de esas marcas convertidas por derecho propio en verdaderos símbolos de lo que significa hacer las cosas bien en su sector… en este caso, el de la reproducción sonora a tamaño real a través de un abanico de opciones que no para de ampliarse como consecuencia de un éxito comercial que en su país de origen es simple y llanamente apabullante. Un éxito que radica en algo tan sencillo como haber sabido “hacer los deberes” y por lo tanto conocer con precisión las demandas de múltiples generaciones de aficionados utilizando como elemento diferenciador clave una trayectoria empresarial como pocas. Pero en el presente artículo no vamos a hablar de Klipsch en general ni de la que sin ninguna duda es su familia de cajas acústicas más carismática para los lectores de un medio como hifilivemagazine.com, la legendaria Heritage, sino de la de que desde el punto de vista conceptual viene a ser la más lograda, el “alumno avanzado”, de sus traslaciones al mundo real: la Serie Reference Premiere, ya en su versión II. He dicho conceptual porque las similitudes formales de los modelos de la gama en cuestión con las cajas acústicas que son la memoria viva de la firma fundada por el singularísimo “genio total” Paul Wilbur Klipsch son más bien pocas, pero si exploramos su ingeniería con un poco de detalle resulta fácil darse cuenta de que todas comparten el mismo ADN. Es en estas coordenadas que me permito afirmar que las Reference Premiere II consiguen, y además con matrícula de honor, su objetivo de poner el espíritu de Klipsch al alcance del máximo número de amantes de la Alta Fidelidad y el Cine en Casa posible.

La Serie Reference Premiere II ofrece una flexibilidad de configuración absoluta en sistemas de Alta Fidelidad y Cine en Casa de excepcional relación calidad/precio.

La fuerza de la tradición Klipsch

He tenido la ocasión de ver y, lo más importante, escuchar la élite de Klipsch, un tipo de producto que en principio descansa sobre el valor de la tradición, tanto en elementos objetivos como la fabricación artesanal como en otros más subjetivos pero igualmente poderosos como son el saber que, por ejemplo, al adquirir una Klipshorn uno se convierte en propietario de un trozo de historia de la Alta Fidelidad en su máxima expresión, entre otras cosas porque no hay ahora mismo en el mercado mundial ni una sola caja acústica que lleve 77 años de presencia ininterrumpida en el mercado. Pero hay más: excelencia en audio implica necesariamente excelencia en tecnología, y las Klipsch clásicas no sólo fueron en su momento pioneras al respecto sino que con el paso del tiempo han ido actualizándose (eso sí, discretamente) en sus elementos clave (sobre todo los altavoces, pero también la topología y los componentes del filtro divisor de frecuencias y los conectores, sin olvidar sutiles pero contundentes aportaciones en materia de calidad constructiva y acabados) con el fin de ganar en musicalidad sin renunciar a su personalidad. Pero la Klipschorn, al igual que la monumental edición creada para celebrar el 75º cumpleaños de Klipsch y otros modelos (sobre todo los superiores) de la gama a la que pertenece, no deja de ser para quienes se la pueden permitir. Hay, por lo tanto, que quedarse con su esencia: ¿y cuál es dicha esencia? Pues las cualidades que caracterizan a su sonido, fácilmente reconocibles en la forma de su ampliamente contrastada capacidad para reproducirlo a unos niveles de presión sonora genuinamente “live” a partir de electrónicas de ataque no particularmente potentes (en realidad, de potencia mediana) y, en paralelo, maximizar la dispersión y la transparencia en el contexto de una gran precisión tonal minimizando a la vez la distorsión.

¡Nada nuevo bajo el sol dirán algunos! Y están en lo cierto, aunque no del todo. La gracia está en saber trasladar las virtudes reseñadas a productos si no obligatoriamente asequibles, sí acordes con las posibilidades del grueso de aficionados a la reproducción con mayúsculas de música y el cine en el hogar. Y ahí es donde entra en juego la protagonista del presente artículo: la versión más reciente Serie Reference Premiere (fácilmente identificable como “RP” en los modelos que la constituyen y con un “II” adicional en algunos de ellos), que recurre a una ingeniería práctica e imaginativa a partes iguales para lograr el objetivo que acabo de apuntar. He dicho “práctica e imaginativa”, pero hay que añadir un término absolutamente fundamental que explica en buena parte la casi prodigiosa relación calidad/precio de la gama en cuestión: estandarizada. Y es que el uso de la misma tecnología de base en cada “RP” permite reducir de manera sustancial los costes de fabricación, amén de garantizar una curva tonal virtualmente idéntica (la célebre nivelación tímbrica o “timbre-matching” de los primeros tiempos del THX) en cada diseño que va como anillo al dedo a la hora de, por ejemplo, expandir una configuración estereofónica a una para Cine en Casa de 5.1 canales o de ahí a una de 5.1.2, 7.2.4, 9.1.2, 9.2.2, 9.2.4 o lo que proceda.

Una estandarización tecnológica garante de excelencia y asequibilidad

Si repasamos con la debida calma lo que nos propone la “familia” Reference Premiere, veremos que la estandarización a la que acabo de referirme es obvia. Al respecto, me viene a la cabeza una de las filosofías clave que hay detrás de la inmensa mayoría de compañías aéreas “low cost”: el uso de un único modelo de avión para reducir de manera drástica los críticos (por elevados e imprescindibles) costes de mantenimiento. Esto significa que tanto los monitores de estantería como las columnas, las cajas acústicas para el canal central y los modelos “especiales” (caso de los módulos Atmos separados) y los subwoofers “RP” presentan un montón de rasgos comunes en materia de recinto acústico, filtro divisor de frecuencias y, sobre todo, transductores, todo ello, por supuesto, en el contexto de una capacidad productiva espectacular. Veámoslo.

 

Recinto: Pocos misterios al respecto, por lo que Klipsch ha optado por lo seguro en términos de efectividad/coste. Hablamos, en consecuencia, de una receta que nunca falla y que no es otra que la combinación de paneles de MDF de alta rigidez y refuerzos internos para conseguir una plataforma lo más neutra y estable posible para que los altavoces se expresen a sus anchas. Al respecto, vale la pena señalar que la estructura de los refuerzos a la que acabo de hacer referencia se ha ido depurando para que el incremento de la robustez de cada conjunto vaya pareja con la mejora de la musicalidad habitualmente asociada a un superior aislamiento de los transductores o grupos de transductores que constituyen cada modelo. En este sentido, la disposición del “subrecinto” Atmos integrado en la zona superior de la columna RP-8060FA II habla alto y claro al respecto por cuanto logra separar por completo lo que de hecho son dos cajas acústicas con cometidos muy distintos. El “apartado recinto” se completa con un elemento por el que la firma de Hope (Arkansas) ha mostrado siempre un gran predicamento, por cuanto contribuye en buena parte a reforzar desde el punto de vista acústico el que históricamente ha sido uno de los grandes argumentos de venta de la marca, léase la combinación de alta sensibilidad y baja distorsión de sus realizaciones. Dicho elemento no es otro que el puerto bass-reflex, en nuestro caso con la característica geometría Tractrix (la columna con módulo Atmos integrado RP-8060FA II monta dos en su panel posterior), que acelera la transferencia de aire desde el recinto reduciendo simultáneamente el ruido en la “interfaz” (al minimizar las turbulencias) con el exterior del mismo y por tanto incrementando la pegada y transparencia de los graves.

En lo que concierne a los subwoofers recientemente incorporados a la gama “RP”, la exigencia de una rigidez elevada se combina con una innovación de última hora que permite marcar la diferencia: un puerto de forma rectangular y perfil aerodinámico, con el correspondiente flujo de aire laminar, una solución que permite ganar en control sin sacrificar extensión y que asociada a la particular geometría interna del recinto incrementa el nivel de presión sonora máximo sin añadir distorsión. Además, la ubicación del citado puerto en el panel frontal multiplica las opciones de ubicación “favorables”, sobre todo en salas de pequeñas dimensiones.

Filtro divisor de frecuencias: Las RP se basan en la misma filosofía que las Heritage y que no es otra que minimizar la manipulación de la señal musical por componentes eléctricos con el fin de concentrarla en los altavoces. Una manipulación que por otro lado penaliza la sensibilidad de la caja acústica si se utilizan topologías circuitales complejas como consecuencia de lo que se denomina “pérdidas por inserción”, que son inherentes a cada componente (resistencia, condensador, bobina) empleado. Esto significa que también aquí se opta por una receta tan clásica como efectiva: el uso de configuraciones minimalistas ejecutadas con elementos de alta calidad que, insisto, aseguren una intrusión mínima en el funcionamiento de los diferentes transductores. La excepción la encontramos en los subwoofers, equipados con una sofisticada circuitería de filtrado (para lograr una integración óptima con las demás cajas acústicas) y de gestión de entradas (con opción de conectividad inalámbrica) por un lado y, por otro, con una sección de amplificación de alta potencia y elevada eficiencia (Clase D) que en el caso del modelo superior de la gama, el imponente RP-1600SW, es capaz de entregar 800 vatios en régimen continuo y 1.600 vatios de pico.

 

Altavoces: Llegamos por fin al auténtico “leitmotiv” de la Serie Reference Premiere (tanto la actual como la precedente). Responsables últimos de la agilidad y la transparencia que caracterizan a cada uno de los modelos que la constituyen, los altavoces son en gran medida la parte más genuinamente ”Klipsch” de los mismos y los garantes de esa homogeneidad sonora que permite al usuario final diseñar las combinaciones que le apetezcan sin que la “personalidad” del sonido se resienta por ello. Aquí entran en juego la potencia industrial y la contrastada ingeniería de Klipsch ya que, en esencia, se utiliza un mismo tipo de transductor para los agudos y tres cuartos de lo mismo para medios/graves y graves… en definitiva, la estandarización a la que antes me refería. Concretando un poco, en el caso de las frecuencias altas el protagonista es un diseño de sofisticada ingeniería con diafragma de titanio y suspensión de desplazamiento lineal (tecnología LTS) montado en un recinto ventilado en parte trasera y en una bocina Tractrix expandida con sección transversal híbrida de nueva generación en su zona frontal. El resultado es una extensión del límite superior de la curva de respuesta en frecuencia hasta casi 25.000 Hz que resulta muy cómoda para armonizar exigencias de la “Hi-Res” (desde la capacidad de análisis de microinformaciones hasta la imprescindible calidez), niveles de presión sonora elevados, baja distorsión y amplia dispersión espacial.

Por su parte, tanto los “midwoofers” de las diferentes “RP” como los imponentes woofers de los subwoofers activos que la complementan recurren un tipo de transductor ya icónico en Klipsch por sus prestaciones y su característico color cobre, este último convertido ya en todo signo de identidad visual de la Klipsch más “moderna”: los conos Cerametallic con su característico centrifugado. Hablamos, por supuesto, de la generación más novedosa de los conos (diafragmas) en cuestión, caracterizados por su enorme rigidez y ligereza, cualidades ambas que junto a un motor magnético de alta potencia permiten maximizar la respuesta a los transitorios (de ahí la brutal vitalidad del “sonido Klipsch”), realizar grandes desplazamientos sin distorsión (lo que se conoce como alta capacidad de manejo de potencia o capacidad dinámica y, muy importante, exhibir una precisión tímbrica tal que les permite reproducir indistintamente infragraves (¡hasta 14’5 Hz en el caso del subwoofer RP-1600SW), graves, medios-graves, medios y en algunos casos incluso medios-agudos. Todo ello, siento insistir en ello, con una sensibilidad muy elevada (98 dB/W/m, una cifra demencial, para la antes mencionada RP-8060FA II) que facilita la obtención de niveles de presión sonora espectaculares (¡125’5 dB para a columna RP-8060FA II!) con tasas de distorsión muy bajas a partir de electrónicas de ataque no especialmente onerosas (50-70 vatios continuos por canal, por ejemplo).

Una de las claves del éxito de las “RP II” radica sin ninguna duda en la estandarización de los altavoces utilizados en los diferentes modelos que la constituyen puesto que ello permite rebajar costes de manera sustancial sin sacrificar calidad sonora ni elementos tan genuinamente Klipsch como esa (muy) elevada sensibilidad que permite alcanzar niveles de presión sonora extremadamente altos (“live”, para entendernos) manteniendo en paralelo a raya la distorsión.

La gama: flexibilidad garantizada en presupuesto y aplicaciones

En lo que a modelos se refiere, la versión más actualizada de la Serie Reference Premiere, alias “II”, está formada por las columnas RP-8060FA II (la “A” indica que integra un módulo Atmos en su zona superior), RP-8000F II, RP-6000F II y RP-5000F II, los monitores de estantería RP-600M II y RP-500M II, las cajas acústicas centrales RP-504C II, RP-404C II y RP-500C II, el monitor de efectos Atmos RP-500SA II, el monitor de efectos dipolar RP-502S II y los subwoofers activos (las dos primeras cifras hacen referencia al diámetro en pulgadas del transductor que montan) RP-1600SW, RP-1400SW, RP-1200SW y RP-1000SW. Como consecuencia de la versatilidad de los altavoces con cono Cerametallic que antes apuntaba, ninguno de los modelos mencionados utiliza una configuración de 3 vías, con lo que ello comporta en simplificación de la circuitería de filtrado y, por lo tanto, control de los costes. 

En síntesis, una invitación a explorar las posibilidades de un gigante del audio

La condición de “Klipsch del mundo real” de la propuesta “RP” constituye una invitación en toda regla para adentrarse en un portafolio del que también forman parte un amplísimo abanico de productos (sistemas todo en uno, cajas acústicas con conectividad a redes, auriculares, sistemas de altavoces para instalaciones personalizadas, etc.) inspirados en la misma filosofía y que a día de hoy superan a la mayoría de sus competidores directos no sólo en relación calidad precio son también en realismo sonoro. En definitiva, una propuesta por la que vale la pena dejarse atrapar.

Distribuye Magnetron

 

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