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El sonido de las electrónicas de la firma danesa tienen un sello personal, que los que las hemos escuchado a conciencia conocemos y valoramos. Bien, pues el RCD-101, a pesar de ser un producto englobado en la serie de entrada de la compañía, mantiene intacto su ADN Vitus, siendo esto una garantía de buen sonido. El gusto de Vitus Audio en conseguir en todos sus productos un sonido corpóreo, con una gama media y baja sólida y consistente, se ve reflejado en el carácter del RCD-101. En el disfrutamos de un acercamiento admirable a cualidades propias del sonido analógico, como realismo tímbrico, falta de agresividad y de huella digital en su sonido, acompañado de una pincelada de suavidad que me envolvió desde la primera nota escuchada. El confort de escucha que transmite este aparato gracias a ello, es tan elevado, que puede llegar a dejar una errónea sensación de limitar algunos picos dinámicos en su desempeño, pero si nos paramos a escuchar con tranquilidad y atención, la intensidad y la energía de cualquier interpretación apasionada permanece intacta, eso sí presentada de una manera que nos permite disfrutarla mejor.

Esta ausencia de cualquier atisbo de fatigante agresividad no viene propiciada por una limitación o recorte de su respuesta en altas frecuencias, que las disfrutamos con sobresaliente extensión, aireación y detalle. Los timbres reales de los metales de una orquesta los escucharemos en todo su esplendor, con ese brillo necesario para que la música tenga toda su viveza, pero sin querer sobresalir por encima del resto de frecuencias. Las frecuencias altas siguen disfrutando por tanto del toque sedoso y humano del sonido que caracteriza este producto y el sonido Vitus en general.

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Las frecuencias medias son cálidas y carnosas, pero no empalagosas ni desproporcionadas por un aumento excesivo de su tamaño. Todos los instrumentos y las voces conservan la escala correcta en su reproducción, no apareciendo tampoco como focos puntuales y planos, sino con cuerpo y un relieve 3D que nos permite casi visualizarlos en nuestra sala.

El desempeño en bajas frecuencias es irreprochable, constituyendo la base sobre la que se erige el sonido de este reproductor de forma absolutamente convincente.

Funcionando como DAC

Un buen reproductor de CDs que cuente con un DAC de primer nivel, es el sueño de cualquier aficionado a la alta fidelidad actualizado a esta nueva realidad de escuchar música que vivimos, y que cada día se impone irremediablemente. Queramos o no, y aunque nos resistamos un poco de tiempo más, todos acabaremos con un buen DAC y escuchando contenidos de un servidor o de una plataforma de descargas de música –a ser posible en HR como Tidal–.

Permitidme que me salga del tema, pues esto me recuerda a la situación que estoy viviendo ahora, con la primera necesidad que estoy teniendo de graduarme la vista para leer de cerca. ¡Qué malo es acercarse a los 45 años! Mi médico me ha dicho que aunque ahora me defienda y os escriba estas líneas sin gafas, para qué aplazar más la compra de algo que es seguro que voy a necesitar. Esto mismo su puede extrapolar a un DAC. Todos los que decidamos escuchar música en formato digital vamos a acabar con un DAC en nuestro sistema, y este Vitus RCD-101 puede ser el que nos abra el horizonte a nuevas maneras de disfrutar de la música y a la vez nos sirva para no olvidarnos de nuestra querida colección de CDs.

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Para esta prueba, empleé el transporte EMM Labs TSDX Reference que uso habitualmente para reproducir CD y SACD y mi ordenador Apple MacBook Pro para reproducir música en alta resolución, en formatos PCM y DSD.

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